Los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, de boda en la Ribera del Duero
No es la primera vez que la pareja real formada por Federico y Mary de Dinamarca se deja ver por la zona y visita la Ribera del Duero, ya que en 2019 disfrutaron de la historia, la arquitectura y la gastronomía que ofrece la localidad de Peñafiel. Esta vez han regresado al pequeño municipio de Valbuena de Duero y lo han hecho de forma totalmente discreta, de incógnito y en un viaje no oficial para asistir a la boda de unos amigos, Leonora Sissek y Carlos del Río.
El viaje ha servido al heredero del trono danés y a su esposa para disfrutar de una celebración religiosa en el Monasterio de Santa María de la citada localidad de Valbuena, a unos cuarenta kilómetros de la capital. Precisamente la pareja de ‘royals’ (llevan juntos más de veinte años) ha regresado a la Ribera del Duero por la estrecha amistad que les une con el ingeniero agrónomo Peter Sisseck, el fundador y precursor de Dominio de Pingus, una bodega de gran prestigio a nivel nacional e internacional ubicada en Quintanillla de Onésimo.
Como no podía ser de otra manera, la celebración ha contado con todas las medidas sanitarias, pruebas PCR incluidas para los invitados que disfrutaron de un banquete al aire libre rodeado de viñedos. Además de disfrutar del enlace matrimonial, Federico y Mary de Dinamarca han aprovechado para conocer más a fondo la zona de la Ribera del Duero, donde además han podido disfrutar de una visita guiada por dos conocidas bodegas, la Hacienda Monasterio (Pesquera de Duero) y Dominio de Pingus (Quitanilla de Onésimo).