El curso de verano del vino UEMC arrancó hoy con la tercera de sus sesiones, la primera presencial, en la Universidad Europea Miguel de Cervantes aludiendo a la pasión, a la vida, a las sensaciones y a la música, a los límites, al cielo y a la tierra, como reza parte del título genérico del mismo.
Las charlas comenzaron con Carlos Moro quien empezó aludiendo a su libro ‘Pasión por la tierra, pasión por la empresa’, y acompañado del director de Es-Radio, Florencio Carrera. El empresario bodeguero relató su vida de familia de agricultores y ganaderos, su carrera de ingeniero agrónomo y destacó la importancia de la formación, pero también del trabajo. En 1982 cuando se crea la Ribera del Duero, destacó su impulso por crear la primera bodega. Una trayectoria que él define como pasión por la tierra y pasión por la empresa. Vino, comunicación, Marketing, ventas, no solo en Ribera, si no en otros lugares de la geografía nacional como La Rioja, o Ribeiro para concluir con los vinos sin alcohol que próximamente tendrá un reconocimiento de la Comunidad Económica Europea y que, según dijo, “se han convertido en una tendencia en muchos países para las nuevas generaciones”.
A continuación, Nacho Álvarez, enólogo joven revelación hace un par de años, expuso su ponencia acompañado de Nieves Caballero, y haciendo referencia a su misión de recuperar viñas muy antiguas desde 2018 que es cuando elaboró sus primeros vinos. Todo ello en un terreno en el medio entre Galicia y Castilla y León, siendo El Bierzo y su D.O., pero bañándole el río Sil y con influencias gallegas. Produce seis vinos en viticultura heroica, todos viñedos de más de 100 años y cuyo nombre ‘Pago de los abuelos’, debe su nombre a que Nacho fue comprando las vides de todos los abuelos, los suyos y los de sus amigos.
La marca de garantía Torrezno de Soria, torrezno, que no es tocino, es panceta, una de las partes más nobles del cerdo, como se indicó en el curso, fue presentada por Juanjo Delgado y el productor Samuel Moreno. Un proyecto generado en 2001 que hasta 2009 no aprobó la primera etiqueta, pero que va teniendo cada vez más reconocimiento a nivel nacional e incluso internacional.
La sorprendentemente cata con música con cuatro vinos que animaban a todos los sentidos recordando emotivos recuerdos y parajes, apelando al ritmo del corazón y bajo la dirección de Rubén García Franco y Cristina Aldavero, fue una sorpresa para todos los asistentes