Desde el pasado 22 de junio, en Valladolid capital no ha caído ni una sola gota de lluvia. Dos meses en el que el olor a humedad falta en la ciudad y que ha provocado que las precipitaciones hayan brillado por su ausencia. Es decir, sesenta días sin petricor, el distintivo aroma que acompaña a la primera lluvia tras un largo período de sequía.
Unos datos que chocan con los de los cinco últimos años en que, en todos ellos, sí hubo chubascos y tormentas que, al menos, dieron algo de tregua durante el mismo periodo.
Así, el año pasado, en esas mismas fechas, la capital se mojó los días 24 y 25 de junio, además del 8,9,11,12 y 21 de julio, con algunos chubascos el 8,11 y 21 de agosto. En ese año hubo una precipitación acumulada de 29,8 litros por metro cuadrado siendo el 9 de julio, con 7,8 l/m el día en que más llovió.
En 2019 Valladolid las lluvias aparecieron el 20 de junio, los días 8, 13, 22 y 23 de julio, además de los 9 y 10 de agosto. El 13 de julio, con 14,2 l/m fue la jornada con más precipitaciones con un acumulado de 31 l/m.
Un año antes, en 2018, junio fue el mes que acumuló más agua con lluvia los días 20, 26, 28, 29 y 30, además de los 1, 18 y 20 de julio. El día con más agua fue el 20 de junio con 16,4 l/m y el acumulado fue el más alto del último lustro con 44,6 l/m.
Por último, en 2017, las jornadas del 20, 25 y 27 de junio, sumadas a las del 6 y 7 de julio y la del 14 de agosto, fueron las que registraron precipitaciones, siendo la del 7 de julio la que más acumuló, con 23,8 l/m llegando a un acumulado de 35,2 l/m.
Tampoco parece que en breve vaya a variar la situación puesto que las previsiones para esta semana según al Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) son de tiempo seco con temperaturas altas. Así que, de momento, los paraguas no serán necesarios en la ciudad.