Después de un año sin la noria, los autos de choque, el ‘tren de la bruja’ o la tómbola, el Real de la Feria de Valladolid volverá este año a ofrecer un espectáculo de luz, música y diversión a los más pequeños. Los carruseles vuelven a la ciudad, en su máximo esplendor, después de que, para su sector, se hayan relajado las medidas anti COVID que en 2020 hizo inviable su presencia.
Porque este año, aunque algunas de las actividades de la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo no saldrán adelante, los carruseles sí formarán parte de la programación. Para ello se mantendrán una serie de medidas de seguridad que, como ha explicado José Miguel Martín, vicepresidente de la asociación de feriantes de Valladolid.
“Vamos a controlar el acceso en las puertas para que no se supere el aforo” aunque se ha fijado inicialmente un 75%, aún se mantienen a la “espera de como queda el protocolo”. De momento se trabaja para ver la superficie exacta del recinto y luego calcular el aforo que se permite. Una tarea en la que trabajan técnicos municipales junto a ingenieros de la asociación.
Medidas necesarias que según Martín se harán sin ningún problema. Pero para él, la mejor noticia es que “podemos instalar nuestras atracciones”. “Respecto a 2019, el último año que hubo carruseles en el Real de la Feria en Valladolid, hay cuatro o cinco bajas porque ha habido empresarios que no han salido al haberse suspendido muchas ferias en España”. En total serán, por tanto, alrededor de 140 “entre casetas, bares, carruseles y otro tipo de instalaciones” las que lleguen a Valladolid.
Lo que no habrá es ninguna novedad ya que “este es no es un año para muchas novedades”. La noria, sin embargo, atracción siempre emblemática en cualquier feria, si estará una vez que su propietario haya ya confirmado su asistencia en la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo.
En cuanto a la celebración del Día del Niño, Martín confirmó que será el “domingo 19 de septiembre en el que todas las atracciones tendrán un coste de dos euros”. Y como novedad, la semana siguiente, desde el día 20 al 26, también habrá una rebaja sobre los precios iniciales ya que cada atracción costará “2,50 euros el viaje porque queremos hacer el esfuerzo para que el público de Valladolid venga hasta la última semana para disfrutar de la Feria”.
Un esfuerzo que pretende también mostrar un “agradecimiento al Ayuntamiento de Valladolid” por no haberles cobrado las tasas municipales para poder instalar sus atracciones.
Sector más afectado
Respecto a la situación que han vivido desde el inicio de la pandemia por COVID-19, Martín aseguró que “nuestro sector ha sido el más afectado. Desde el primer momento no hemos podido trabajar, mientras que la hostelería, por ejemplo, ha podido hacerlo en distintas fases y de diferentes maneras, pero a nosotros, desde el primer minuto nos pararon los negocios”. A eso se sumó la suspensión de las ferias en todas las ciudades y ya les fue “imposible retomar la actividad”.
Foto cedida por Dani García
En marzo de este año ya han podido empezar a trabajar “gracias a ayuntamientos valientes que han empezado a celebrar fiestas, aunque hay otros que, hasta este mes de agosto, aún no han celebrado nada”.
Pese a que se permiten los carruseles, hay gente que aún es algo reacia a acudir a este tipo de eventos. En ese sentido, el representante de los feriantes comentó que “al principio, cuando hemos empezado en marzo a instalar los carruseles en algunos sitios, es verdad que notamos ese temor, pero últimamente no es así y acude sin ningún tipo de problema”.
Ilusión por volver
Sobre todo, porque son fiestas “al aire libre, con la mascarilla puesta y guardando las distancias de seguridad”. Y cumpliendo escrupulosamente la reglamentación, fundamentalmente la de desinfección. “Se hace una diaria, que es la que exige la normativa, porque ya no es como al principio en que se nos exigía la limpieza después de cada viaje”. Una situación que era prácticamente inviable y que actualmente ha variado a una al día. Eso sí, “si se abre por la mañana, antes de hacerlo hay que desinfectar y si se hace un parón y se abre de nuevo por la tarde, hay que hacerla otra vez”.
Ese cambio, que se ha hecho “porque se ha demostrado que el contagio por contacto en superficie es mínimo” ha facilitado mucho las cosas a los feriantes que con la anterior legislación “era imposible mantener el negocio sin pérdidas”.
En definitiva, un paso hacia la nueva normalidad que, seguro, los más pequeños agradecerán con sus sonrisas y caras de asombro cuando vean en el Real de la Feria que la diversión ha regresado en forma de carruseles.