Un cartel a la entrada ya da pistas sobre la experiencia que se va a vivir en su interior. "Soul and wine" (alma y vino) son dos de las palabras que definen el curioso y novedoso proyecto que ha decidido poner en marcha Silvia Camacho. Inquieta por naturaleza, con don de gentes y encanto andaluz, después de casi 20 años en la capital de España dedicada al mundo del cine y de la televisión hizo sus maletas por amor para echar raíces en Peñafiel. 

Lleva ya cuatro años en la localidad y asume que "el cambio es grande, pero estoy muy contenta de vivir en Peñafiel es un pueblo con un potencial increíble en todos los sentidos y espero que vaya creciendo en todos los sentidos", comenta Camacho.



Cuando llegó al pueblo lo tuvo claro, "quería reinventarme a través del autoempleo", sentencia con un sonrisa. Y aunque no dio con la forma de la noche a la mañana, cuando le enseñaron la bodega familiar lo tuvo claro. "Llega a mis ojos este mundo tan mágico como el mundo subterráneo de las bodegas, yo lo desconocía por completo y me deja alucinada, me enamora y he tenido la gran suerte de que ponen las llaves de la Bodega La Olmilla en mis manos para crear lo que quisiera", argumenta la sevillana.

Y lo primero que hizo fue llevar la bodega a su terreno poniendo en valor Peñafiel y su importante historia y tradición sin perder de vista la esencia de Sevilla. El resultado fue un proyecto que desde el pasado mes de julio está en marcha y funciona a buen ritmo entre todo tipo de público. Silvia ha dado una vuelta de tuerca a las visitas guiadas por bodegas tradicionales y hace que los visitantes que pasan por la bodega La Olmilla vivan una experiencia completa de la que se sientan parte importante.

"Queríamos huir de la típica dinámica de charla, por ello, aquí vienen conocen una bodega, el proceso de elaboración y de almacenamiento del vino, degustan cosechero en jarrillo de barro y un aperitivo, todo de la zona, conocen historias, costumbres, palabras...". Y aquí viene la clave de todo, después, los visitantes se sientan a disfrutar de una experiencia sorpresa. "No saben lo que se van a encontrar, siempre es algo dirigido a todos los públicos y procuro contar con gente del propio pueblo, aquí hay talento", asegura la emprendedora.

Bajo el castillo de Peñafiel y frente a la torre del reloj, el fin de fiesta de sus visitas guiadas a la bodega puede ser teatro, clown, danza, flamenco, música, humor... "Como vengo del mundo del espectáculo quería hacer algo así, también con esencia de esas cuevas de Granada donde se vive el arte. En La Olmilla nunca sabes lo que puede tocar y en ese sentido no hay ninguna bodega de este tipo por la zona". Además, Silvia va a dar el paso de salir La Olmilla para llevar a cabo visitas teatralizadas, al barrio de las bodegas, visitas a los rincones "que si no te enseña una persona de aquí pasarían desapercibidos, quiero potenciar el entorno y dar a conocer Peñafiel en todos los sentidos", confiesa. 

La pandemia ha supuesto un parón importante, pensaba abrir al público antes, pero se ha dedicado a recabar información con los mayores de su pueblo "para que no se pierdan odas esas historias maravillosas relacionadas con el vino" y aunque no fue fácil asimilar el retraso de la apertura no perdió la ilusión en ningún momento. 

"Aunque me va a costar bastante más tiempo de lo que pensaba recuperar la inversión total que hemos tenido que hacer, creo bastante en el proyecto y creo que poco a poco irá aumentando le número de visitas. Para la gente que quiera dar el paso que sepa que hay ayudas que suponen un respaldo a los que vivimos en los pueblos, en mi caso es una subvención de Diputación por autoempleo de mujer emprendedora en el mundo rural que me ayuda en un 35% según he calculado, pero hay más ayudas que seguro se adaptan a cada perfil, por eso animo a todo el que tenga un proyecto de ilusión que lo haga, que no se quede con las ganas. Hay que atreverse a dar el paso ", comenta feliz Camacho. 

Desde la Bodega La Olmilla se despide, mientras sigue pensando en nuevas formas de sorprender a todo el que se acerque a conocer ese pedacito escondido de Peñafiel, que recibe con los brazos abiertos a todo el que quiera vivir una experiencia única que mezcla la tradición y espectáculo fusión. A los pies de su castillo, el pueblo de Peñafiel ha visto nacer y dar los primeros pasos a un negocio con alma y vino.