Óscar Puente no es un político al uso. Aunque cuida mucho su forma de hablar y el tono al expresarse, casi nunca deja indiferente a nadie con sus manifestaciones. Es una persona que no rehúye el enfrentamiento dialéctico y opina, sobre todo a través de las redes sociales, de aquellos asuntos que mejor le parecen.
Cuando llega a su despacho a su cita con EL ESPAÑOL -Noticias de Castilla y León lo hace apresurado. Llega de una reunión y le espera una mañana repleta de citas y encuentros relacionados con la ciudad en la que es alcalde desde 2015.
Se sienta en una silla de la mesa de reuniones y cambia el semblante en un instante. Responde a todo sin filtros y se le ve cómodo en todo aquello en lo que se refiere a la política. Es su hábitat natural y no duda en ninguna respuesta. Solo toma aire y reflexiona cuando las preguntas se encaminan a otros temas. Más aún en aquellos en los que se tocan temas personales.
¿Qué balance puede hacer de mitad de la legislatura?
Un periodo marcado por la pandemia. Creo que ha habido un buen tono del equipo de gobierno y hemos aprovechado para hacer muchas cosas, sobre todo relacionadas con la movilidad. Además, hemos llevado a cabo políticas de apoyo a los sectores que más han padecido con la pandemia. El Ayuntamiento, en esta situación excepcional ha funcionado francamente bien.
¿En materia de apoyo a Pymes, autónomos y hostelería da la impresión de que han hecho un gran esfuerzo?
El volumen de ayudas que hemos puesto en marcha para las empresas de Valladolid es mayor que el que ha dado la Junta de Castilla y León para toda la Comunidad. Creo que con eso está dicho todo. El esfuerzo ha sido brutal.
Incluso en la cultura Valladolid ha sido de las pocas provincias que ha mantenido la actividad…
La disyuntiva estaba entre no hacer nada o hacer lo que se pudiera con mucho esfuerzo, imaginación y cuidado. Al final optamos por lo segundo. Hemos dejado atrás unas fiestas que hasta la propia hostelería ha puntuado con sobresaliente.
Y en la Feria y Fiestas de Valladolid hubo conciertos…
En el Consejo de alcaldes socialistas que hemos tenido este finde semana me preguntaban algunos cómo lo habíamos hecho. Pues poniendo un dispositivo en Plaza Mayor de 70 personas para que todo funcionara y se cumplieran las normas marcadas por la Junta.
Esta pandemia ha ralentizado algunas de las actuaciones previstas al inicio del mandato ¿Lo entenderá la ciudadanía?
Algunas se han ralentizado y otras ya van lentas de por sí por la lentitud que tienen las propias administraciones. Es verdad que la pandemia ha ralentizado o paralizado algunos procesos y espero que la ciudadanía lo entienda. Espero que la ciudadanía lo entienda. En su capacidad de discernir saben que tienen un gobierno comprometido con la ciudad y que trabaja duro. Si hay cosas que no avanzan al ritmo que queremos no es porque no pongamos todo.
Pues uno de los temas que parece que no avanzan es la integración ferroviaria…
Pero ahí no podemos echar la culpa a la pandemia. Va lenta porque la maquinaria administrativa, en este caso, es lenta. Hablamos de cuatro administraciones involucradas. Y dentro de una de ellas, que es Fomento, dos entes -Adif y Renfe- que es como si fueran otros dos Ministerios.
¿Pero se van a ver resultados?
Sí. De hecho, hoy -lunes 20 de septiembre- están entrando las máquinas, por fin, en la calle Labradores. Yo creo que todo va a avanzar y se van a ver resultados.
Por fin…
Pues sí. A las dificultades que tiene cualquier obra hay que añadir que en ésta es todo más complejo. Desvío redes suministradoras, aprobación de sus presupuestos, permisos de Renfe y Adif… Pero está todo en marcha y los ciudadanos van a ver los resultados.
¿Esos avances sí se ven el plan de movilidad?
Ayer celebramos el Día de la Bici y no había visto nunca algo semejante en Valladolid. Me impactó, sobre todo, la cantidad de niños que había en el recorrido. Eso indica que los cambios que estamos haciendo empiezan a calar en los ciudadanos. La cultura del uso de la bicicleta, poco a poco, se va extendiendo.
¿Le sorprendió?
No, porque es algo que se vive en más ciudades de Europa y la ciudadanía entiende que el uso de la bici es saludable, seguro y económico. Una mezcla imbatible que se va a ir imponiendo.
¿Pero los críticos dicen que en Valladolid hace mucho frío?
Este adagio del clima de Valladolid… ¿Y el de Copenhague? ¿O el de Amsterdam? Y allí el uso de la bicicleta está muy extendido. Dentro de la climatología de las ciudades europeas que usan de forma intensa la bici Valladolid es una privilegiada. Ya quisieran en Hamburgo…
Hablemos de su partido. El mes que viene van a comenzar los Congresos del PSOE. El primero será el Federal ¿va a seguir en la ejecutiva?
No. Pronto anunciaré que he tomado una decisión que es incompatible con seguir en la ejecutiva federal.
Evidentemente eso es porque ya ha decidido presentarse como secretario general en Valladolid.
Es un tema que todavía tengo que terminar de despejar, pero es muy probable que tome esa decisión.
¿No le gustaba como ha trabajado la actual ejecutiva?
No es cuestión de eso. No puedo reprochar nada a quienes han estado al frente del partido en Valladolid. Pero creo que hay un momento en el que hace falta poner toda la carne en el asador y quien tiene la autoridad la ejerza.
¿Lo ha decidido usted solo o ha habido conversaciones para ello con más personas?
No tomo la decisión ‘motu proprio’ sino porque hay mucha gente que me ha dicho que me toca asumir la responsabilidad y que tengo que estar al frente del partido porque soy la persona en la que todo el mundo cree. Quedan dos años para las elecciones municipales y debemos tener un buen resultado en la provincia.
En la provincia hay pocos municipios en lo que gobierne el PSOE…
Sí. La capital es muy importante y no podemos relajarnos ni bajar la guardia, pero creo que hay que hacer un trabajo importante en la provincia.
En el Congreso Autonómico se presenta Luis Tudanca. ¿Qué le parece?
Bien. Es la persona que ganó las últimas elecciones y parece que algunos se han olvidado de ello. Si al final hay unas elecciones anticipadas en Castilla y León, como todo apunta, será la confirmación que ese gobierno que se creó no debió haber nacido nunca. Era un gobierno antinatural y el legítimo ganador, que fue Luis Tudanca, es quien debería de haber gobernado.
¿Ha pensado usted alguna vez en la Comunidad Autónoma como objetivo?
Me falta decirlo en inglés o en chino. No tengo ambiciones autonómicas. Soy alcalde de la ciudad, que es lo que más me llena, y mi pretensión es en seguir siéndolo.
Cambiemos de asunto, vayamos a algo más personal. En las redes sociales es usted una persona muy activa. Tiene, por ejemplo, en Twitter, 48.500 seguidores… ¿y cuántos bloqueados?
No lo he mirado. Pero mis bloqueos son por las faltas de respeto, insultos, gente que te hace perder el tiempo o te increpa. No tiene sentido mantener ese tipo de comunicación. La red social es un vehículo para comunicar y recibir incluso críticas pero que sean útiles. No tiene sentido tampoco aguantar insultos o descalificaciones. Quien se quiera desahogar que vaya al médico. Yo no soy terapeuta.
¿Entonces la crítica no es motivo de sus bloqueos?
Yo tengo multitud de seguidores de derechas pero que son respetuosos y mantienen un diálogo cordial. Pero no entran en el insulto. Tampoco creo que tenga tantos bloqueados como dicen desde la oposición. Hago una reflexión, si bloqueo tanta gente como ellos dicen y soy el político de Castilla y León con más seguidores, imagínense si no bloqueara. Deberían de hacérselo mirar, porque si ellos no bloquean, o al menos eso dicen, y no pasan de 4.000 seguidores…
¿En Twitter no deja pasar ningún tema?
Es que soy un ser humano, no un bloque de piedra. Me involucro en muchos temas. Además, las llevo yo de forma personal, no cuento con un community manager. En el fútbol, por ejemplo, el Real Valladolid lleva dos años muy mal. Y a veces me he metido en temas que no debía como cuando critiqué el juego del equipo después de perder un partido y me llamaron la atención desde el club. No lo he vuelto a hacer, aunque con ganas me quedo.
¿Con lo árbitros no se corta tanto?
Es que las injusticias me sublevan y las estoy viendo todos los días en contra del Valladolid. El día del Tenerife, por ejemplo, no pitan una mano dentro del área rival porque, según dijo un entendido, la mano estaba por debajo de la cintura. Que vea la repetición a ver si es que va a tener la cintura como ‘Cachuli’, a la altura del ombligo.
¿Cómo es la vida de un alcalde?
Bonita en muchos aspectos y complicada en otros muchos. En la mía, en concreto, la parte bonita es que hago lo que me gusta, tengo una ciudad maravillosa, me encanta mi trabajo y estamos en un momento de transformación de Valladolid que me ilusionan mucho.
¿Y qué es lo que no le gusta?
Hay un hándicap que es el de la vida personal que me supone mucha incomodidad. No puedo ir a ningún sitio sin que me hagan fotos, sin que me paren… Es complicado.
¿Está bien pagado ser alcalde?
Si digo que no mucha gente se va a molestar. Pero siempre he mantenido que la política, en general, no está bien retribuida. No solo me refiero a alcaldes, hablo del presidente del Gobierno, del de la Junta… Por otro lado, está mal e injustamente organizada. Hay puestos de mucha responsabilidad que tienen menos retribución que ser, por ejemplo, presidente de las Cortes o estar en la Mesa de las Cortes. Que me digan a mí que responsabilidad tiene en comparación con un alcalde.
O las empresas públicas…
Esa es otra. Un presidente de Paradores, por ejemplo, tiene una retribución enorme. ¿Por qué? ¿Dirigir los paradores de España tiene más responsabilidad que un presidente de Gobierno? Yo creo que no.
Cualquier trabajador quiere que llegue el fin de semana para descansar ¿a usted le pasa igual?
A mí me da igual. Yo no tengo fines de semana. Los sábados y domingos tengo casi siempre eventos a los que acudir. Tengo algunas aficiones y si me cojo un martes por la tarde para hacerlo se me critica que lo hago en horas de trabajo. Si los fines de semana no puedo, los de diario tampoco ¿cuándo me puedo coger un rato?
Pues si hablamos de las vacaciones, este año descansar y desconectar…
No son las primeras en las que sucede, pero estas han sido especialmente duras. No tengo derecho a privacidad, de todo se trata de sacar conclusiones extrañas, pensar mal… Mis vacaciones son mi vida privada y no hay relación de nada con mi cargo como así se demostrará.
Abogado, actor profesional, ha jugado al baloncesto, le gusta el fútbol, el golf, político… ¿Elija una de todas estas facetas?
La que más me ha llenado es la política.
¿Por qué o por quién dejaría la política?
Por nadie. No creo que haya nadie que este en disposición de pedirme que abandone la política. Si uno es feliz con lo que hace, los que le rodean no le pueden decir que lo deje. ¿Por qué? Porque pierda las ganas. No porque me achuchen, por ese lado lo llevan claro. De la política me iré cuando yo quiera irme.
¿Y en estos seis años y medio algún día lo ha pensado?
No. Antes de llegar a la Alcaldía sí he tenido momentos en que lo he pensado, pero durante estos dos mandatos no he tenido ni la más mínima tentación de dejar la política ni la Alcaldía. Y eso que he tenido tentaciones desde fuera para lo segundo que seguro que otros hubieran considerado. Quiero ser alcalde por lo menos un mandato más y seré candidato en 2023 esperando que cuente con el apoyo de la ciudadanía para ello.
Usted tiene dos hijas ¿Qué es más difícil ser alcalde o padre?
Ser padre es muy complicado. Yo tengo dos hijas que son canela, buenas estudiantes, buena gente y son brillantes en diferentes ámbitos. Estoy orgulloso pero es complicado sobre todo cuando entran en una edad como la adolescencia y muchas veces la relación es complicada.