Ecologistas en Acción ha denunciado hoy que muchas ciudades de España, incluida Valladolid, incumplen las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud acerca de la contaminación del aire, las únicas recomendaciones científicamente reconocidas en el mundo sobre la calidad del aire que respiramos, cuyo cumplimiento reduce significativamente los riesgos para las personas.
Así, la concentración anual recomendada de dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante tóxico cuya principal fuente en las ciudades es el tráfico motorizado, ha pasado de 40 a 10 µg/m3 (microgramos por metro cúbico). Por su parte, la guía anual para las partículas inferiores a 2,5 micras (PM2,5) –las más dañinas para la salud– baja de 10 a 5 µg/m3, cuando la normativa permite 20 µg/m3.
En este sentido, Ecologistas han reconocido que muchas ciudades han avanzado en la reducción de la contaminación por NO2 y PM2,5 en los últimos años. Sin embargo, los datos muestran que todas las ciudades españolas superan actualmente las nuevas guías de calidad del aire establecidas por la OMS, pese a la fuerte caída de sus niveles en 2020 por efecto de las medidas de lucha contra la COVID-19.
De esta forma, y tomando como referencia el último año sin confinamientos (2019), los niveles de NO2 en Barcelona, Granada y Madrid cuadruplicaron la nueva guía anual de la OMS, superando el actual valor límite legal que coincide con la anterior recomendación.
En ese año duplicaron la nueva directriz de la OMS, para este mismo contaminante, además de Valladolid, ciudades como A Coruña, Algeciras, Alicante, Almería, Avilés, Bilbao, Castellón, Ceuta, Córdoba, Cuenca, Donostia, Gijón, Girona, León, Lleida, Málaga, Murcia, Ourense, Oviedo, Palma, Las Palmas de Gran Canaria, Pamplona, Santa Cruz de Tenerife, Santander, Sevilla, Tarragona, Torrelavega, València, Vigo, Vitoria y Zaragoza.
Causa de mortandad
Ecologistas en Acción ha recordado que el NO2 provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente, más de 200 de ellas en la ciudad de Valladolid. Es un gas irritante que provoca enfermedades respiratorias como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y merma la resistencia a las infecciones. Diversos estudios han relacionado la mortalidad de la enfermedad COVID-19 con este contaminante atmosférico.
Por eso la organización recalca que la importante reducción de los niveles de contaminación que la OMS considera como malsanos debería ser un acicate para los diferentes gobiernos para avanzar todo lo posible en la mejora de la calidad del aire. Se debe tener como meta estos objetivos y no los límites legales que marca la normativa, que no siempre garantizan la protección de la salud. Al menos mientras la legislación no se aproxime más al conocimiento científico, lo que está previsto que suceda en 2022, con la revisión de la directiva europea de calidad del aire.
Zonas de bajas emisiones
En el Día Europeo Sin Coches y a la luz de estos datos, Miguel Ángel Ceballos, portavoz de Ecologistas en Acción, ha pedido a las autoridades "que consoliden las buenas prácticas adquiridas durante la pandemia como la compra de proximidad, el teletrabajo, la administración electrónica o el escalonamiento de horarios laborales, además de potenciar el transporte colectivo eléctrico y la movilidad activa peatonal y ciclista, redistribuyendo el espacio urbano en beneficio de estos medios".
En el caso de la ciudad de Valladolid, la organización ambiental reclama al Ayuntamiento que implante la ZBE prevista en el centro histórico el próximo 1 de enero, y proceda a ampliarla en 2023 a toda la zona ORA y en 2024 al conjunto de la ciudad, englobada por la Ronda Interior y la autovía A-62. Limitando el acceso al centro y a los barrios de los vehículos más contaminantes y con baja ocupación.