“Con la muerte convivimos a diario. Siempre la vemos de cerca, en accidentes y otras muchas actuaciones”, asegura Carlos Paniagua Escanciano, técnico de Emergencias Sanitarias con función de conductor de la UME 3 de Valladolid.
Este leonés, que vive en Valladolid, de 35 años de edad, suma 12 en el puesto y nos cuenta cómo es su día a día. Una profesión dura, para la que hay que estar sumamente preparado mentalmente, que también tiene sus momentos buenos y para el recuerdo.
P. ¿Cómo decide ser Técnico de Emergencias Sanitarias y qué le lleva a ello?
R. Empecé conduciendo las ambulancias convencionales y a los tres años, como me gustaban mucho las Emergencias, busqué mi sitio en la UME 3. Me dieron la oportunidad de empezar. Estoy en la unidad desde el principio. De esto hace más de doce años.
P. Usted ejerce de conductor en una UVI móvil medicalizada. ¿Cómo recuerda esos inicios y cómo se han desarrollado estos años?
R. Ha cambiado mucho. Cuando empecé yo, el sector no estaba profesionalizado. Entrabas sin ningún tipo de titulación porque no se exigía. Solo se pedía un carné para conducir. El BTP que ni existe. Hace, entre ocho y diez años, salió el módulo y me formé como Técnico en Emergencias Sanitarias mientras trabajaba. En estos 12 años ha evolucionado mucho y ahora está todo mucho más profesionalizado.
P. ¿Cuántas personas van en la ambulancia? ¿Siempre viajan con el mismo equipo?
R. Van un enfermero, un médico y dos Técnicos de Emergencias Sanitarias. Por lo general, siempre trabajo con el mismo técnico y en cuanto a los médicos y enfermeros siempre lo hago con tres, rotan, pero más o menos estamos compenetrados para formar un equipo.
P. ¿En qué consiste su labor?
R. Mis funciones son compartidas con el otro técnico con el que viajo. La principal pasa por movilizar e inmovilizar a los pacientes. Utilizar todo el material de inmovilización y el apoyo a los otros dos sanitarios cuando afrontan una parada o una reanimación. Preparamos el material al médico, ayudamos al enfermero, ponemos las pegatinas del electro… al final consiste colaborar en todo lo que podemos.
P. También llevan a cabo las maniobras de resucitación en reanimación cardiopulmonar y llegan incluso a realizar RCPS avanzadas y básicas en solitario. Explíqueme.
R. Nosotros en la UVI móvil, como vamos con médicos, siempre hacemos la RCP avanzada. También estamos capacitados, con nuestros conocimientos, para hacer una RCP básica en solitario. Nosotros, en la UME, llevamos un monitor desfibrilador que lleva el médico, hacemos las mismas funciones que en la básica pero, a parte, ayudamos en la resucitación avanzada. Preparamos el tubo endotraqueal para que intube el médico, ponemos las pegatinas y los parches para desfibrilar.
P. Acuden a situaciones que son sumamente duras. Hay que estar mentalmente preparados para afrontarlas.
R. Sí, sobre todo el continuar. Cuando vas a un aviso, acudes con la adrenalina y en el momento no lo notas pero luego sí. Después de un aviso con una situación complicada y en la que se da, por ejemplo, un fallecido, cuando recoges es psicológicamente muy duro. Desconectar es complicado.
P. ¿Les preparan psicológicamente?
R. Durante el módulo sí que se nos prepara y, si lo solicitamos, tenemos apoyo psicológico.
P. ¿Se acuerda de alguna situación especialmente dura que haya tenido que afrontar?
R. Varias. Sobre todo las que marcan son las que hay niños de por medio. En estos doce años he tenido que acudir a cuatro muertes de menores: dos naturales que son duras también y que no te esperas y luego otras dos violentas, en la que la situación es todavía más dantesca, y es muy complicado. Después tienes que revivirlo porque debes que acudir a juicio como testigo y es muy duro.
P. También hay momentos muy buenos.
R. Los partos son muy satisfactorios para el equipo porque al final es traer una vida. De forma habitual, si se da en la ciudad, suelen dar a luz en los hospitales pero si no, es precioso. Siempre tienes la tensión de que se pueda complicar pero si no es una actuación muy satisfactoria. En accidentes, cuando ves también que salen adelante personas en parada, se recuperan, y te dicen que gracias a tu labor ha sobrevivido, es muy gratificante.
P. Hemos hablado de la peor actuación que recuerdas, ahora cuénteme la que recuerde con más cariño.
R. A mí me gratifica mucho cuando acudimos a un accidente y sientes que has hecho un buen trabajo. Sobre todo cuando hacemos una inmovilización correcta, que es nuestro trabajo. Si no lo haces bien puedes dejar a alguien en silla de ruedas para toda su vida.
P. Al final conviven con esa delgada línea que separa la vida de la muerte. ¿Son conscientes?
R. Sí. Con la muerte convivimos a diario. Siempre vemos la muerte de cerca, en accidentes y otras actuaciones.
P. En cuanto al conflicto en el sector. ¿Cómo ve las manifestaciones de los últimos meses?
R. Estamos en la negociación de un convenio. Pedimos a la administración que responda porque tenemos los salarios más bajos de España. Queremos un reconocimiento. Hay un limbo legal porque nosotros somos profesionales sanitarios. El módulo está reconocido por el Ministerio de Sanidad como profesionales sanitarios pero la Junta no nos tiene reconocidos aún.
P. Se acusa también a la Patronal de incumplir la jornada laboral de 1.800 horas que se va ya a más de 2.000.
R. Ese es un tema que está en juicio que nos dio la razón el Tribunal de Castilla y León y está a la espera de resolución.
P. Los salarios llevan congelados también bastante tiempo
R. Así es. Llevan congelados durante todo el convenio anterior. Todavía no hemos firmado nada.
P. ¿Qué supondría para el sector esa internacionalización por parte de la Junta, que se pide también?
R. No creo que se vaya a hacer. Lo importante, para mí, y al margen de internacionalizar o no, sería conseguir un buen convenio y unas condiciones óptimas para después hablar de esto otro. El principal problema que tenemos, más que que se nos internacionalice o no, es que tenemos unas condiciones, sobre todo económicas, muy bajas.
P. ¿Cómo ve el futuro?
R. Lo quiero ver esperanzador. Aunque en Castilla y León estemos a la cola es una profesión que en el resto de España está en auge. Se están mejorando las condiciones y creo que es fundamental que se profesionalice y se haga visible. Es una profesión bonita e importante. Todo el mundo, el día de mañana, puede tener un accidente de tráfico y le interesará que las personas que vayan a atenderle sean profesionales y estén formados, más que que sean baratos.