Luis Jaramillo: "Twitter me parece maravilloso, pero hay mucho bandarra que lo pervierte"
El director de Cope Castilla y León es el más veterano de los responsables de medios de comunicación de Castilla y León
25 octubre, 2021 07:00Entró en Cope Valladolid el 2 de noviembre de 1984 como redactor. Rápidamente se convirtió en redactor jefe, puesto que ocupó hasta 1996 año en el que fue a Burgos como director de la emisora para regresar a Valladolid en 1998 también como director, pero esta vez con la responsabilidad ampliada a todo el circuito de Castilla y León.
Un cargo que aún mantiene y que convierte a Luis Jaramillo en el director más longevo en un medio de comunicación de Castilla y León. En estos años le ha dado tiempo en ver cómo ha cambiado la radio y como se ha ido adaptando a los cambios tecnológicos. Eso sí, siempre con éxito y manteniéndose como uno de los referentes del periodismo ocupando el primer lugar como fórmula de los ciudadanos para informarse.
- ¿En qué momento empezó a interesarle el mundo de la radio?
- Muy pronto. Siempre me ha gustado mucho la técnica, los aparatos y el mundo de las ondas desde esa parte técnica. En esos años los contenidos informativos no tenían especial relevancia, pero sí que la radio era un entretenimiento y la recuerdo con mucho cariño cuando yo era niño.
- ¿Y en cuándo conoció la radio por dentro?
- De joven, por amistades familiares, fui a Radio Popular de Zamora. Yo soy zamorano, muy amante e implicado en la Semana Santa desde niño y se me abrió la posibilidad de poder hacer alguna colaboración sobre ello. Ahí empezó mi relación con Radio Popular de Zamora, en 1972.
- ¿Qué recuerda de aquellos años en la radio?
La verdad que todo muy vagamente. Sí recuerdo la muerte de Franco. No es porque hiciéramos algo diferente en la radio porque era a través de conexiones con radio Nacional de España, pero lo recuerdo. Y en la transición simultanee la carrera de Medicina con la radio.
- Un médico en el periodismo...
- Mi primera intención era hacer ingeniería de Telecomunicaciones, pero éramos cuatro hermanos, mi padre era funcionario y había que buscar algo en Salamanca. Como mi abuelo había sido médico y yo siempre había jugado con aparatos de medicina también me parecía interesante.
- Y no le fue mal.
- No. La hice con un buen expediente académico porque sí me interesé. Es verdad que durante esos años los fines de semana iba a Zamora y colaboraba en Radio Popular de Zamora. Allí tuve a un maestro, Luis Felipe Delgado, y con él empecé a hacer cosas porque la radio comenzaba a despertar y desarrollarse con todo su potencial.
- ¿Cuándo acabó la carrera se encontró ante la disyuntiva de elegir entre la medicina y el periodismo?
- En aquellos años la carrera de medicina no tiene nada que ver con lo que sucede ahora. Entonces salíamos mil alumnos licenciados solo en Salamanca y no había trabajo. Éramos cuatro hermanos, venían otros empujando y había que empezar a trabajar. Tuve la oportunidad de presentarme a una especie de oposición que había en Cope y vine a Valladolid a sustituir a Quintín Rodríguez, una estrella de la radio en aquel entonces.
- ¿Pero usted intentó regresar a la medicina?
- Sí, pero no conseguí aprobar el segundo examen de médico de urgencias al que me presenté diez años después. Pero he tenido la suerte de ser feliz pese a no desarrollar la carrera para la que me formé.
- ¿Siempre en Cope?
- Tuve ofertas de varios sitios y posibilidades de irme a otras cadenas de radio. Pero al final pudo más el corazoncito que te liga a una casa en la que he pasado más tiempo que en la mía. Es una especie de lealtad mutua que hoy se mantiene y me siento orgulloso.
- Usted es el director que más tiempo lleva en el cargo dentro de un medio de comunicación…
- Desde luego de los que empezamos en la década de los 90 soy el veterano, lo cual demuestra que le vida avanza demasiado rápido.
- ¿Y cual es el secreto? Porque normalmente los directores no están tanto tiempo en el puesto.
- Sentido común. Pero es que eso es válido para cualquier cosa en la vida. Primero hay que tener una buena formación y luego sentido común. Intentar aplicar soluciones, que los compañeros seamos todos iguales. Pese a que haya alguien que decide y que coordinar o gestionar, lo importante es crear un buen ambiente de trabajo.
- ¿Llevarse bien con la gente?
- Exacto. No puedes llevarte bien con todo el mundo, pero hay comprender a los demás y ponerse en su lugar. Eso ayuda bastante.
- Decía usted que la vida pasa deprisa. En la radio, desde que empezó a ahora ¿cómo ha cambiado todo?
- No voy a decirle que yo conocí el magnetófono de hilo, porque no es verdad, pero sí la radio que empezaba a las 10 de la mañana para acabar a las una de la madrugada con una programación íntegramente local, salvo el ‘parte’ que era obligatorio emitir el de RNE. Había mucho más personal, se contaba al minuto lo que pasaba en tu ciudad, mucho reportaje, radioteatro…
- Y eso fue cambiando…
- Llegaron los primeros informativos, el Tiempo de Juego, los programas nocturnos deportivos, el desarrollo de la programación de cadena con los magazines. Has cambiado muchísimo el medio, la tecnología…, pero al final seguimos usando la palabra y el lenguaje directo comunicando de forma directa con los oyentes que mantienen una fidelidad asombrosa. Para que se hagan una idea, según un estudio 27 millones de personas escuchan diariamente la radio.
- ¿Los cambios han sido a mejor o a peor?
- Todo cambio hay que pensar que es a mejor. A lo mejor hemos perdido protagonismo en la radio local pero también porque lo ha ganado la radio regional que no existía. Pero yo pienso que la radio va a regresar en lo local a través de internet.
- ¿Y eso?
- Porque lo de menos es el vehículo, lo importante es el mensaje. Y la palabra se va a usar a través de la red. Y ahí ganaremos la cuota local que perdimos en su momento.
- Ahí aparecen las redes sociales también ¿Twitter es la radio escrita dada su inmediatez?
- Son medios diferentes que se pueden complementar. Son colaboradores necesarios que deben trabajar unidos, pero hay un peligro: ¿dónde está el límite de las redes sociales? Éstas son herramientas maravillosas. Antes mandar un audio desde fuera a la emisora era casi un drama, ahora lo envías por Whatsapp y ya está…
- ¿Pero?
- Pues que en Twitter hay mucho bandarra, mucho troll, mucho robot y a veces esa parte oscura hace que la red se pervierta. Por ejemplo, Trump quiere crear su red porque le han censurado en Twitter. ¿Qué será esa red? Su verdad, no la verdad. A mi Twitter me parece maravilloso, pero deberíamos, los que usamos esa red, un ejercicio serio para que no pierda la esencia para la que se creó y no para decir lo que quieras cuando se usa el insulto, la amenaza o la descalificación.
- Ha habido mucha polémica con lo que ha conseguido el youtuber Ibai Llanos que es llevar a su canal figuras mundiales inalcanzables para muchos medios convencionales ¿Qué le parece esa situación?
- El periodismo, en general, tiene que hacer un examen de conciencia y un ejercicio para saber qué es lo que nos está pasando y porqué tenemos tramos de edad a los que no llegamos y no somos sus referentes. Hay que reflexionar sobre ello. Creo que los medios tradicionales somos los más creíbles y los más fiables. La gente sabe que detrás hay una ideología u otra, pero hay una persona que se responsabiliza del mensaje y eso debe servir para captar a quienes se van a otras fórmulas.
- ¿A usted le gustan esas otras fórmulas?
- No me parecen ni mal ni bien. Pero es verdad que son preocupantes porque el ejercicio que hacen no es impositivo, sino que llevan, en muchos casos, a la negación o la marginación pudiendo convertirse en un problema social.
- La información política es un aspecto de la radio que a usted siempre le ha gustado ¿en que momento ve la política en estos momentos?
- No me gusta mirar atrás porque me parece un ejercicio de nostalgia, pero creo que actualmente detecto una política subida al carro de la bronca sistemática. Siempre ha sido tensa, dura… pero ahora parece que es imposible hablar entre unos y otros.
- ¿Cómo sí pasó en la creación de la Constitución de 1978?
- Yo reconozco el valor de esa época y de quienes la protagonizaron. Con todos los problemas que hubo, se hizo un ejercicio de diálogo que hoy es imposible. Eso degrada la política. Las encuestas lo dicen claramente, la sociedad ve a los políticos como el problema y no como la solución. Veo a los políticos pensando más en sus proyectos que en los proyectos sociales.
- ¿Los medios de comunicación han estado a la altura durante la pandemia?
- Yo creo que sí. Se ha contado lo que sucedía y la gente ha creído lo que contábamos. Otra cosa es el ruido de los negacionistas, de los antivacunas… Pero a estos se le ha dado más cancha en las redes sociales. Por eso los medios no debemos hacer seguidismo de todo eso.
- ¿Qué futuro ve a los medios?
- Brillante porque somos imprescindibles. Tienen retos como el de captar a los nuevos oyentes. Sinceramente creo que los medios de comunicación marcamos la agenda informativa y las redes se mueven con lo que beben de nosotros. La gente no lee un tuit porque sí y quienes buscan información se hacen sus listas con las cuentas de los medios convencionales.
- ¿Pero habrá que adaptarse a los avances tecnológicos?
- Es evidente. En nuestras casas leemos el periódico del día, usamos el PC para leer un digital, la Tablet, la televisión y muchas radios. Eso se acaba. Habrá una televisión, una Tablet y un smartphone y todo conectado. Así, seleccionaremos medios. ¿A la carta? Seguro.
- ¿Y la radio?
Claro que tiene futuro. Antes teníamos un problema y es que lo que se emitía se perdía. Ahora no porque tiene un soporte en internet en el que se queda el contenido. Ya no es efímero. Lo importante es que sepamos aprovecharlo.
- Sigamos con el futuro…. ¿Cómo ve el suyo?
- Con más de 63 años es acabar su vida profesional en la radio y seguir en activo. ¿Cómo? Hay que saber retirarse a tiempo ni forzar nada, pero si puedo mantener colaboraciones con medios o a mi casa, que es la Cope, allí estaré. Pero no quiero estar ni un minuto más de lo que tenga que estar.
- ¿Qué le ha dado y quitado la radio?
La radio me ha dado la vida y me ha quitado partes de mi vida personal por las que he tenido que pagar un alto precio. Pero cuando entras en este mundo es lo que pasa. Al final, en el balance, es todo positivo.