El Real Valladolid demostró este sábado que, a pesar de un traspié, tiene una identidad definida y un gen ganador. Con sus mejores armas, la de la seguridad defensiva, la de la contundencia ofensiva, la del balón y la ambición, hizo pequeño a un peligroso CD Mirandés que se vio claramente superado en Zorrilla. Tres puntos, goleada y comunión con la afición en esta jornada 15 en LaLiga SmartBank que mantiene a los de Pacheta en la zona alta de la tabla.
De inicio ya se vio al Pucela que gusta ver. Incisivo, rondó el área en varias ocasiones y se hizo con el dominio del juego, algo complicado ante los de Miranda ya que también tienen un porcentaje de posesión media por partido elevado. Camello avisó del desparpajo visitante con un disparo cercano al medio campo que buscó sorprender a Roberto, pero se marchó alto.
Y respondió El Yamiq dentro del área, aunque de su intento de regatear al portero salió vencedor el rojillo. en el minuto 14 Plano estrelló el balón en la madera, instantes después Roque Mesa mandó fuera una peligrosa falta lateral, y Nacho de cabeza no pudo superar a Lizoain, quien se hizo con ese remate. Un buen caudal ofensivo blanquivioleta que pronto encontró su merecido: el gol.
Fue en el 28' cuando el Real Valladolid se adelantó. Lo hizo gracias a la habilidad, a la persistencia, de Shon Weissman quien estuvo más rápido que el guardameta para saltar a por un balón en el área y, de cabeza, mandarla al fondo de la red.
Visto y no visto, en el 32' Gonzalo Plata se inventó un magistral disparo desde fuera del área para enviarla al palo largo y subir el 2-0. Así fue como, en apenas cinco minutos, los vallisoletanos dejaron prácticamente sentenciado el encuentro.
Meritorio trabajo defensivo
Porque, a pesar de que quedaba mucho partido, sobre el verde se vio a un Pucela intenso, solidario en el esfuerzo, presionando bien, recuperando sitio y balones, muy bien engrasado. Resultaba difícil para el Mirandés, hasta ahora el segundo máximo goleador del campeonato, encontrar los huecos en esa línea Maginot en la que se convirtió la zaga local; y el paso de los minutos no contribuyó a cambiar el escenario.
Antes del descanso Oriol Rey, ex blanquivioleta en su paso por el filial, a punto estuvo de marcar, pero su disparo se perdió por muy poco. Después del paso por vestuarios, en un partido que se abrió, tampoco llegaron las oportunidades claras para los burgaleses. Brugué desde fuera del área buscó su suerte en el 60', sin éxito, y acto seguido nadie llegó, por poco, a un centro de Oriol al área.
Supo templar el partido el Real Valladolid, en una noche de mucho frío en la ciudad del Pisuerga, y dejó que el minutero hiciese su efecto sin sobresaltos. Camello en el minuto 78 tuvo una de las mejores para los suyos pero se encontró con Roberto, y en el 80' Aguado respondió con un disparo al travesaño, preludio de lo que sería el 3-0 obra de Weissman al culminar, como lo hace un matador, un medido pase de Sergio León al borde del área tras galopada individual. En anécdota quedó el tanto de los de Miranda de Ebro, anotado por Marques al filo del final.
25 puntos para los blanquivioleta, y el reto de continuar ganando en el próximo compromiso, que tendrá lugr de nuevo en el Estadio José Zorrilla el sábado 13 de noviembre, a partir de las 16.00 horas, ante el CF Fuenlabrada.
Ficha técnica:
(3) Real Valladolid: Roberto; Luis Pérez, Kiko Olivas (Javi Sánchez, min. 85), El Yamiq, Nacho; Gonzalo Plata (Anuar, min. 63), Aguado, Roque Mesa (San Emeterio, min. 39), Plano (Kike, min. 63); León, Weissman (Cristo, min. 85)
(1) CD Mirandés: Lizoain; Carreira, Capellini, Arroyo, Letic; Simón (Hassan, min. 68), Álex López (Vicente, min. 54), Meseguer, Oriol, Riquelme (Brugué, min. 54); Camello (Marques, min. 85)
Goles: 1-0, Weissman, min. 28. 2-0, Plata, min. 32. 3-0, Weissman, min. 82. 3-1, Marqués, min. 88.
Árbitro: Gálvez Rascón (C.T. madrileño) amonestó con cartulina amarilla a los visitantes Oriol, Simón, Álex López, Arroyo.