"¡Todos los acusados se representaron la idea de que la anciana podía asfixiarse!", es una de las frases que la fiscal en el caso del robo y crimen de la Plaza Circular de Valladolid ha emitido en su alegato final para cimentar la convicción del delito de asesinato imputado a los ocupantes del banquillo porque todos ellos aceptaron la posibilidad del resultado al abandonar a su suerte a la septuagenaria tirada en el piso tras "golpearla brutalmente, maniatarla y amordazarla".
La acusadora pública, en su informe en el octavo día del juicio con jurado en la Audiencia de Valladolid que abría la jornada de exposición de conclusiones que luego rematarán las dos particulares, descarta el homicidio imprudente que con carácter alternativo plantean algunas de las defensas y persiste en la calificación de asesinato al entender que estamos ante una "muerte dolosa y alevosa", ya que, a su juicio, "la víctima se hallaba en una situación de indefensión".
Para ello ha citado como dato importante el hecho de que los acusados, una vez cometido el robo, "aunque no tuvieran intención de acabar con la vida de María", dejaron la puerta del piso cerrada abandonando a la anciana en una situación de riesgo tras "invadir su piso, lesionarla gravemente y, además, impedirle respirar al colocarle una cinta sobre la cabeza fuertemente apretada, tapándole la boca y casi totalmente las fosas nasales".
No es cierto, ha advertido, de que los tres asaltantes dejaran abierta la puerta del piso, sino que la dejaron mal cerrada. "¿Creen ustedes que si hubiera sido como dicen ellos el cadáver de la anciana habría sido hallado veinticuatro horas después, como finalmente ocurrió?", ha interpelado al jurado la fiscal.
Todos son autores
Del delito de asesinato, la acusadora pública considera autores a todos los procesados a título de "dolo eventual", no sólo los tres que a modo de 'ejecutores" entraron, presuntamente, en el piso, Antón A.M, Gabriel E.K. y Gabriel M.K, sino también el supuesto 'cabecilla', el protésico vallisoletano Rubén A.R; su "intermediario", Arso A.I; y el 'taxista' o persona que trasladó en su coche a los 'sicarios', Emil A.M.
Pero a mayores, la fiscal mantiene que los seis del crimen de la Circular son autores de delitos de robo consumado con violencia en casa habitada, con la agravante de abuso de superioridad; pertenencia a grupo criminal, "puesto que se ve claramente una planificación y un reparto de tareas entre ellos" a partir del reclutamiento efectuado por Rubén; y uno de detención ilegal, "al privar de forma innecesaria a la anciana para la comisión del robo".
De ahí su petición global de 31 años de cárcel para cada uno de los procesados junto con el pago de indemnizaciones por importe de 100.000 euros en favor de cada uno de los hijos de la anciana y otra cantidad, a determinar, por los dos anillos robados a la anciana.
La tipificación de los distintos delitos y su imputación a los acusados ha sido el broche a una exposición que se ha prolongado por espacio de casi dos horas en la que la fiscal ha ido determinando los papeles asumidos por todos y cada uno de ellos y la abundante prueba que les incrimina en los hechos sin duda alguna, no solo por las numerosas contradicciones incurridas por la mayoría sino también por las confesiones de algunos y, fundamentalmente, por la prolija investigación policial que les sitúa en el escenario de los hechos, incluso el día anterior y posteriores.
La prueba, ha recordado la acusadora, la componen el posicionamiento de los autores a partir del tráfico de llamadas registrado por los repetidores de telefonía móvil próximos a la Plaza Circular y las grabaciones de las cámaras de seguridad de distintos establecimientos en los que aparecen retratados no solo ellos sino los dos vehículos utilizados, un llamativo Smart que tenía alquilado Rubén A.R. y la Renault Scenic que pilotaba Emil A.M.
El viaje que este último efectuó a primera hora del día de autos, el 17 de octubre de 2018, a Peñafiel y Medina de Rioseco para recoger en el primer caso a Antón A.M. y en el segundo a los cuñados Gabriel E.K. y Gabriel M.K, así como la posterior reunión que todos mantuvieron en un local de Rubén A.R. en la calle Arca Real de Valladolid, donde el 'protésico' fue el que encargado de dar las instrucciones del robo, han sido también esgrimidos por la acusadora pública en esa reconstrucción realizada a partir del cotejo de llamadas entre los acusados por parte del Área de Telecomunicaciones de la Policía Nacional.
La entrada en la vivienda y la forma en la que la misma se llevó a cabo fue algo aceptado y convenido por todos, insiste la fiscal, que por ello no entiende otra cosa que la autoría por parte de los seis, descartando de plano la posible complicidad e incluso la confesión que tres de las defensas invocarán de forma alternativa el viernes en sus respectivos informes.
La versión "elaborada" de Rubén
Con respecto al supuesto 'autor intelectual', el empresario Rubén A.R, la acusadora ha calificado su declaración exculpatoria de "inveraz" y "elaborada" únicamente para contrarrestar el informe pericial de la Policía Nacional, al inventarse que la reunión en su local el día de autos no fue con el objetivo de preparar el robo sino con el propósito de encargar al resto de acusados unas obras de escasa relevancia que quería ejecutar en un local para convertirlo en clínica dental.
Las "contradicciones" entre el acusado y el resto, algunos de los cuales incluso le han incriminado y asegurado que era quien daba todas las órdenes, desmontarían dicha versión y corroborarían la idea de las tres acusaciones de que Rubén fue el "instigador" a partir de una información muy detallada sobre los sistemas de alarma y hábitos de la víctima que llegaron de su entorno familiar más cercano.
Aunque la entonces pareja del hijo de la anciana, Cristina A, llegó en su momento a declarar en calidad de investigada por su supuesta implicación, la fiscal del caso ha reconocido que finalmente tal participación no ha llegado a probarse.
En su repaso de la participación del resto de la 'banda', la representante del Ministerio Público se ha detenido especialmente en la figura de Emil A.M, cuya cooperación considera "fundamental" en los hechos "puesto que es la persona que proporciona los tres autores materiales del asalto", a quienes--como así recogen las imágenes de una cámara de seguridad--se le ve a primera hora de la mañana dando indicaciones desde su coche sobre dónde se encuentra el portal de la víctima.
"El beneficio que obtendrían los tres sicarios era únicamente saldar las deudas que tenían con Emil, quien tenía previsto repartirse todo el botín con Rubén y Arso", ha asegurado la fiscal, quien ha insistido hasta la saciedad en que los seis "ejecutaron actos de cooperación necesarios".
La incógnita sobre cómo accedieron los asaltantes al piso de la anciana no ha sido despejada por la investigación policial ni tampoco en el presente juicio. Sin embargo, lo que sí parece tener claro la fiscal es que los autores no pretendían llevarse la caja, contrariamente a lo afirmado por ellos, sino abrirla para hacerse con el dinero y las joyas que, de antemano, sabían que guardaba.
La búsqueda infructuosa de la llave de la caja de caudales es, a juicio, de la acusadora, la posible causa de que la emprendieran a golpes con la anciana, "posiblemente a puñetazos. La forma en que entraron en el piso no importa, en cualquiera de ellas el acceso fue de forma violenta, en contra de la voluntad de la moradora", ha concluido.