"Sí, estoy conforme con la petición de la fiscal", es la única frase pronunciada por Jesús C.P. en la vista de conformidad celebrada este martes en la Audiencia de Valladolid donde el ya condenado ha aceptado su culpabilidad y ha asumido la obligación de indemnizar a su suegra con los 1.800 euros que, sin su permiso, extrajo de un cajero automático haciendo uso de la cartilla de la víctima.
Lo llamativo del caso es que el condenado, pese a reconocer la autoría de un delito de estafa cualificada por multirreincidencia--tiene en su haber otros delitos por idénticos hechos--, no tendrá que cumplir pena de cárcel ya que la acusación pública le ha aplicado la excusa absolutoria por razón de parentesco.
Su condena, por tanto, se circunscribe tan solo a la obligación de satisfacer la responsabilida civil, incluido el pago de costas, compromiso que el condenado ha asumido en su comparecencia por videoconferencia desde la prisión salmantina de Topas, donde permanece preso por otra causa, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
El juicio no ha llegado a celebrarse y la víctima, que ha acudido al Palacio de la Audiencia de Valladolid en silla de ruedas, no se ha visto obligada a testificar contra su yerno.
Los hechos, con sentencia ya firme, se remontan a los días 19 y 21 de julio de 2019 cuando el condenado, quien convivía en el mismo domicilio con su esposa y la madre de ésta, se dirigió a la oficina de BBVA de un pueblo de Valladolid y, utilizando la cartilla de su suegra, realizó en el cajero automático sendas extracciones por importe cada una de 900 euros, sin contar con la autorización de la víctima y con el propósito de enriquecerse injustamente.