Los grupos municipales del PSOE y Valladolid Toma la Palabra presentarán una moción conjunta, durante el próximo pleno del Ayuntamiento, en la que pedirán al resto de formaciones políticas que se solidaricen con el alcalde, así como que condenen la “emisión, difusión y justificación del mensaje de Twitter en la que incita al asalto a nuestro Ayuntamiento y el asesinato del alcalde”.
Asimismo, solicitarán que se “trasladen estos acuerdos al presidente del Partido Popular de Valladolid para que aclare quien o quienes deben asumir su responsabilidad política por la nefasta gestión de este grave e injustificable episodio”.
Ambas formaciones recuerdan como el pasado 19 de noviembre “el Grupo Municipal Popular difundió́ un mensaje a través de su perfil oficial en la red social Twitter en el que se apelaba a la valentía popular para tomar el Ayuntamiento de Valladolid y acabar con el alcalde al estilo Mussolini".
En otro mensaje, el PP justificó la difusión del anterior tuit alegando su “supuesto tono irónico" y añadiendo que "hay quien tiene la piel muy fina", en referencia a la reacción del Alcalde, quien había indicado que "esto rebasa ya todos los límites de lo tolerable en democracia".
Después de ello, el Grupo Popular, en un comunicado “reconoció́ haber elegido el mencionado mensaje de incitación al asalto del Ayuntamiento y el asesinato del regidor para presentarlo como la consecuencia natural de la ejecución del Plan municipal de movilidad”, alegando que "se trata de una mera imagen para reflejar el enfado que produce el Plan".
En dicho comunicado, sin firmar, el Grupo Popular aseguraba no entender "que el alcalde pueda sentirse molesto por este retuit", por lo que condicionó sus disculpas a lo que "en algún momento" este haya "llegado a pensar", decidiendo mantenerlo publicado en su perfil oficial a pesar de que el autor o autora original ya lo había eliminado del suyo. “Autor o autora que sigue amparándose en el anonimato”, han añadido.
Reconocimiento de culpa por parte de concejales del PP
Además, en la moción han recordado que el concejal José́ Antonio de Santiago-Juárez valoró que “hay días que en esta red se hacen las cosas mal. Hoy lo hemos hecho francamente mal. Todos cometemos errores, toca hacer autocritica". De sus palabras se hizo eco la presidenta del Grupo, Pilar del Olmo, añadiendo: "Es lo que toca. Disculpadnos". Pero, según han incluido en el documento, “ninguno de los dos asumió́ ninguna responsabilidad sobre lo sucedido”.
Después de que, a lo largo del día, el asunto hubiera trascendido mediáticamente al ámbito nacional, el presidente provincial del PP, Conrado Íscar, reaccionó y expresó expresando en Twitter su "total rechazo a la difusión de un mensaje que no representa ni al PP ni a sus afiliados". “¿A quién representa entonces? ¿Quién asume la responsabilidad de difundir, justificar y mantener un mensaje que incita al uso de la violencia contra el Ayuntamiento y el Alcalde de Valladolid?”, han subrayado.
Y no han finalizado ahí la cronología de los hechos ya que han indicado que, el domingo 21, “manteniendo aún publicado el mensaje en el perfil del Grupo, el Grupo Popular emitió un nuevo comunicado en el que su responsable de comunicación, afirmó haberlo difundido bajo su criterio y responsabilidad, sin autorización ni instrucciones de ningún concejal".
“¿Quién decidió́ mantener el tuit publicado?, ¿Quién autorizó que se emitieran ambos comunicados?, ¿Quién situó́ a la periodista como cabeza de turco? Y sobre todo: ¿Quién dirige el Grupo Municipal Popular?” se han preguntado.
Valoración del trabajo de la responsable de comunicación
Finalmente, el lunes 22, el presidente provincial del PP salió́ en defensa de la trabajadora del Grupo Municipal, valoró su trabajo y desautorizó al concejal De Santiago-Juárez y a la concejala Del Olmo, a quien dijo "lo que había que decir", dejando en evidencia la "gestión" de ambos en este escándalo. Sin embargo, Íscar no asumió ni atribuyó responsabilidad política alguna, al tiempo que relativizó la gravedad del contenido del mensaje.
Por todo ello, han concluido que, ante lo que consideran un “desatino por capítulos, la corporación municipal no puede ni debe permanecer impasible, pues lo acaecido se opone al más elemental respeto a las normas de comportamiento democrático, constituyendo, en sí mismo, la intolerable banalización de una amenaza, ya no solo contra nuestra institución y quien la preside, sino contra nuestros valores constitucionales”.