No hay nada como el amor y el cariño que puede llegar a proporcionar una mascota. Un perro, un gato… que son capaces de inundar de felicidad nuestro día a día con el fin de sacarnos una sonrisa en cualquier momento. Siempre fieles. Siempre esperando a nuestra llegada a casa o a que les saquemos a pasear.
En Villabrágima, un municipio vallisoletano ubicado en Tierra de Campos y con más de mil habitantes, que se cree que es la antigua ‘Villa Máxima’ de los romanos, se ubica, para dar el descanso final que merecen a nuestras mascotas, el único cementerio de animales de Castilla y León, gestionado por David Lago Blanco y Cristina Cardeñosa Moreno.
“En Castilla y León somos el único cementerio de animales que existe, no hay ninguno más. Abrir uno es complicado por la legislación existente que no es muy lógica pero ahí está. Tratamos con perros, gatos y caballos”, asegura David en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León.
El propietario de este camposanto añade que en España “hay pocos”. Solo “en Madrid, Bilbao y Málaga” pero “son de carácter privado” y ensalzan el hecho de dar un descanso digno a nuestra mascota más allá de la incineración.
Desde hace más de dos años y medio
“Estuvimos casi tres años para conseguir poner en funcionamiento nuestro cementerio. No tiene mucha lógica que se pidan tantos papeles para hacer un enterramiento. Al final es igual enterrar a un animal de compañía que a una persona”, afirma Cristina Cardeñosa Moreno que apunta que también coordina, junto a nuestro otro entrevistado, el Centro Canino La Malena.
Este cementerio “a la americana” suma dos años y medio y cuenta con una superficie de césped y algo de arbolado de 3.000 metros cuadrados. “En la actualidad hay 25 animales enterrados individualmente. Aceptamos perros, gatos e incluso caballos”, asegura David.
“Tenemos la opción de enterramiento individual y colectivo. Son tumbas en tierra, con lápidas en vertical con el nombre del perro, fecha de nacimiento y defunción y una frase que es lo que la gente suele poner la mayoría de las personas que contratan nuestros servicios”, añade.
225 euros y una cuota anual de 65
El precio mínimo del enterramiento es de 225 euros y la cuota individual es de 65 euros al año. Ellos “recogen al animal en su domicilio o en la clínica correspondiente” y “hacen el transporte” y “el agujero”. El cliente está presente normalmente en el entierro y la lápida llega pasados siete días, más o menos.
El cliente puede visitar a su animal en el cementerio cuando quiera, eso sí previo aviso, para honrar la memoria del mismo y que tras su fallecimiento, su recuerdo no caiga en el olvido.
“El objetivo es enterrar dignamente al animal con el que has convivido durante muchos años y no tener que recurrir a la incineración que es la opción más utilizada pero que no es la única. Eso queremos que lo conozca la sociedad. El enterramiento está reglado y es una opción viable, sostenible y más respetuosa que la incineración”, finalizan nuestros entrevistados.
Visto bueno del pueblo
Noelia García González, alcaldesa de Villabrágima, ensalza la importancia de este cementerio de animales, por un lado “el emotivo significado” que tiene el abrir sus puertas y por el otro “al ser referencia en la provincia” entre otras zonas limítrofes y “el primer camposanto de Castilla y León”.
“Creo que es una gran iniciativa. Pionero y un referente. Además, está gestionado por una pareja joven con niños que vive en el pueblo y esto es muy importante para fijar y asentar población”, añade la alcaldesa.
García González también censura la “cantidad de requisitos y trámites que se piden a la hora de comenzar un negocio por parte de las administraciones” y pide “facilitar las cosas para que la gente que quiera quedarse en su pueblo lo pueda hacer”.
Un cementerio único para honrar la memoria de nuestras mascotas.