“Nací en 1968 como el Rey, Óscar Puente o Alejandro Sanz”, asegura Javier Martín, decano del Colegio de Abogados de Valladolid, cuando abre la puerta de su despacho a EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León, para hacer un repaso a su algo más de un año al frente de la institución vallisoletana.

Pucelano de nacimiento, llegó al cargo el 16 de octubre de 2020, día en el que tomó posesión. Amante del fútbol y del rugby (se confiesa chamizo), charlamos con él sobre la futura Ciudad de la Justicia, el turno de oficio, o sobre cómo ve la ciudadanía la labor judicial en esta entrevista.

Después del primer año en el mandato, ¿Qué valoración hace Javier Martín al frente del Colegio de Abogados de Valladolid?

Un balance positivo dentro de la situación extraña. El mantener la estabilidad del Colegio de Abogados ya era suficientemente complicado en un año de pandemia. Sobre todo, la readaptación, pero creo que ha ido bien.

¿Con qué medidas de las tomadas durante este año está más satisfecho y cuál no ha implantado todavía pero le gustaría?

Estamos contentos de las medidas que hemos implantado con respecto al teletrabajo y la digitalización del Colegio de Abogados. Nos ha obligado la pandemia, pero van bien.

Tenemos, además, un plan de igualdad que queremos introducir y los nuevos estatutos colegiales. Estos últimos los tendremos en poco tiempo porque ya está el borrador y contamos con las enmiendas que los compañeros nos han remitido. Estamos pendientes de convocar la Junta General Extraordinaria pero ahora queremos ser muy cautelosos por la situación que estamos viviendo con el coronavirus.

¿Es la sombra de Javier Garicano alargada? ¿Mantiene contacto con él?

Mantengo todo el contacto del mundo con él. Somos compañeros desde 1º de EGB con lo que la relación es muy buena. Somos diferentes, pero tenemos muchas cosas en común. Fundamentalmente en cuanto a la forma de trabajar y pensar.

Hace poco le entregaron la réplica del bastón de mando a Javier Garicano. ¿Qué valor tiene?

Es una réplica del bastón de mando que te dan cuando tomas posesión como decano. Te dan la medalla y el bastón. Cuando terminas el mandato te dan la réplica de ambos.

Remarcaba, en su toma de posesión, el "extraordinario trabajo" de Javier y de su familia en situaciones de especial “complejidad”. El COVID-19 lo ha cambiado todo.

El inicio de marzo, con el confinamiento, fue duro. El 13 de marzo estábamos aquí. Cinco personas y dos dieron positivo. Desde ahí, el teletrabajo tomó nuestras vidas.

Ha sido, mirando el lado positivo, un buen momento para apostar por la digitalización…

Estamos empezando a implantar el expediente digital para ir abriéndolo a la colegiación. A deontología, honorarios, turno de oficio y demás. Lo estamos ya implantando.

¿El expediente digital que novedades presenta?

Se trata de la realización de cualquier trámite por vía telemática, igual que en las administraciones públicas. Estamos empezando a readaptar el salón de actos para poder retrasmitir en streaming. Ahora lo hacemos de forma casera pero queremos que la calidad de la imagen, del sonido y demás sea óptima para poder hacer los cursos de forma bimodal. Tanto de forma presencial como para el que quiera hacerlo desde su despacho.

Javier Martín atiende a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León

¿Cómo ve lo de los juicios telemáticos? Parece que han llegado para quedarse.

Muy bien. Se ha mejorado mucho en cuanto a calidad de imagen y sonido. Antes se cortaba y había más problemas, pero ahora la calidad es bastante buena. Ha llegado para quedarse, sobre todo, en actos procesales que son entre profesionales o en los que no es necesaria la presencialidad. Creo que juicios con muchas pruebas se seguirán haciendo presenciales porque es importante ver, in situ, cómo declara y lo que declara alguien. Lo presencial nos gusta a todos.

¿Qué trabajo lleva a cabo el Colegio de Abogados de Valladolid? ¿Cuál es su labor?

Son muchas. Desde la dirección y coordinación de todas las áreas del Colegio hasta si hay que mover una silla. Ya no es la imagen del decano antiguo, ahora tocamos todos los palos.

En su toma de posesión apostaba por la reivindicación del cobro del Turno de oficio “un mal endémico de la profesión”. ¿Cómo está la situación?

Ha mejorado algo, pero seguimos mal. Hay procedimientos en los que se denegaba el beneficio que los puedes cobrar ya, como son los casos penales, en los que se deniega por falta de documentación en cuanto a que el pago es mensual, y se están llevando bastante bien porque nos han pagado ya el mes de septiembre. El pago mensual se implantó hace dos años aunque legalmente ha sido a partir de marzo de 2021, con el nuevo reglamento de Asistencia Jurídica Gratuita, cuando ha comenzado a funcionar. Ya llevaba un par de años haciéndose, con la prórroga de los presupuestos, se aprobaba una Orden Ministerial que permitía el pago mensual aunque la norma hablaba de trimestral. En marzo de 2021 se reformó la norma para que fuera mensual.

¿Queda mucho aún para que el turno de oficio quede equiparado al ejercicio de la profesión con clientes de libre elección?

Muchísimo. Hay un abismo bestial como hemos visto con el último jurado, en el caso del Crimen de la Circular. Dos compañeras lo han llevado en el turno de oficio por 480 euros. Lo han tenido que hacer todo. No solo el juicio. Desde el momento de la detención en sede policial, hasta primera declaración y todo lo de después. Estudiar, las declaraciones, en instrucción, luego juzgados, elección de jurado… todo por ese importe. La diferencia es muy grande.

En su toma de posesión apostó también por la Ciudad de la Justicia. ¿Cómo lo ve?

Siempre hemos dicho que nos daba igual la ubicación. Preferimos esta pero lo que queremos es una Ciudad de la Justicia buena. Cuando ves, este año, que los Presupuestos van con 100.000 euros piensas que el que viene no se va a poner ni una piedra ni se va a tirar una valla. Es otro año perdido. Dicen que para finales de 2025, ojalá.

Hace apenas un mes se reunió con Javier Maroto, portavoz del PP en el Senado, para mantener una reunión antes de que el Grupo Popular presentara una moción para impulsar el Campus. Moción que finalmente decayó. ¿Cómo lo valora?

Es una pena que la partida presupuestaria este año sea tan baja. Al final, hay dos maneras de hacer las cosas, o muy rápido inyectando dinero o poco a poco y parece que en este caso se ha optado por esta segunda opción. Tendremos que ir lentamente.

Javier Carranza, presidente de la Audiencia de Valladolid, aseguró en una entrevista a este periódico que valoraría una cantidad superior pero que para los trámites del próximo año puede ser suficiente la partida presupuestaria del Ministerio. ¿Habla con el alcalde, con el presidente de la Audiencia y demás para saber cómo va el proyecto?

Con el presidente de la Audiencia sí, porque coincidimos en muchos eventos. Con Óscar Puente, desde que fui a verle a los tres meses de tomar posesión al Ayuntamiento, no he vuelto a hablar desde hace casi un año. Quedó en que me iba a contar las novedades y no he vuelto a saber de él. Supongo que no hay novedades.

Javier Carranza hablaba de poner la primera piedra en 2023 y el proyecto finalizado en 2025. ¿Cómo vería estas fechas?

Supongo que se ha evolucionado mucho en la construcción. No conozco los trámites, no sé más. Sé lo que por los medios de comunicación me llega. Ojalá que sea así, sería estupendo. Además, mantenemos el Colegio de Abogados en este lugar. Esa es la ventaja de esta ubicación.

¿Qué importancia tiene para Valladolid la Ciudad de la Justicia?

Muchísima. En Valladolid tenemos una dispersión, que no genera mucha pérdida de tiempo al ser una ciudad no muy grande pero que es incómoda. Sobre todo, no solo la dispersión sino la estructura de cada sede. Hay algunas que ya están viejas y obsoletas.



Insistí mucho al alcalde, Óscar Puente, en que los abogados y procuradores deberíamos participar, no en cuestiones técnicas que nos dan igual, sino en cuestiones funcionales ya que somos los que vamos a llevar a los clientes y demás.

Esperemos que en el nuevo edificio haya zonas ventiladas y habilitadas para no quedarse uno frío y taparse cuando llueva.

También apuesta por la mediación…

Agiliza y, sobre todo, desjudicializa. El que te dé la solución un juez siempre es malo para una de las partes y, en ocasiones, para los dos. Mientras que la mediación tampoco es una manera de llegar a un acuerdo sino de lograr que las partes lleguen, por sí mismas, a un consenso o solución del asunto. Como son ellos los que llegan a un acuerdo siempre es satisfactorio para los dos y acorta mucho los plazos.

El decano del Colegio de Abogados de Valladolid atiende a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León

Cuentan con un centro de mediación…

El Colegio tiene constituido el CEMICAVA, que es el centro de mediación desde hace muchos años y funciona muy bien. Hay mediación intrajudicial, extrajudicial y estamos contentos aunque falta la inyección económica. Si al ciudadano le sale más barato irse ante el juez que ante el mediador acaba acudiendo ante el primero pese a que el resultado puede ser peor para él.

¿Puede evitar que se produzcan atascos esta apuesta por la mediación para resolver conflictos de una forma más rápida? Atascos judiciales como en las cláusulas suelo. ¿Cuál es el conflicto y cómo podría resolverse?

El Juzgado de las Cláusulas Suelo está bastante mal. Antes de verano tenía más de dos millones y medio de euros parados en el Juzgado, principalmente en intereses y costas porque no tienen gente. No es problema de ellos sino del Ministerio. Si, al final, metes cuatro jueces pero no añades funcionarios ni letrados de administración de la Justicia, la tramitación en la ejecución se te para. Es verdad que cuando celebras una audiencia previa tienes sentencia a los siete días. Eso va de maravilla porque lo han dotado de jueces pero como no hay funcionarios ni letrados de la administración de justicia tarda en incoarse ocho o nueve meses el procedimiento y la ejecución, ni te cuento, se hace eterno.

 ¿En Valladolid cómo está este caso porque hay bastantes afectados por las cláusulas suelo?

El goteo va siendo cada vez menor pero el 4 y el 4 BIS están dotados con cuatro jueces. Tienen un volumen y están señalando constantemente y eso que solo hacen la audiencia previa. No llegan a juicio porque al final es documentar y se ahorran un trámite, pero están colapsados.

¿Cómo ve la figura del expediente electrónico?

Queremos acceder al expediente tal y como lo ve el juez y el fiscal. Y que nosotros, los abogados, podamos llevar todo el expediente en el ordenador, igual que como lo tiene el juez. Que el abogado que interviene en un procedimiento tenga acceso al expediente para revisarlo cuando quiera. Es, incluso, más seguro para ellos. Ya nadie podría quejarse de que, por ejemplo, no le han dado traslado de un informe de Sanidad o de otro pericial porque tendríamos acceso directo a dicho expediente.

¿Cómo ve la renovación parada del Consejo General del Poder Judicial?

Es una pena porque al final es politizar órganos que no deben ser políticos. Hace muy poco he coincidido en la facultad con Vicente Guilarte en unas charlas y estaba también Martínez Tristán y los dos coincidían en que debía renovarse ya pero sin criterios políticos. Que a los representantes de los jueces les nombren los propios jueces. Pero que voy a saber yo si un magistrado que está en la Audiencia de Valencia es apto o no para esto. Me lo tendrán que decir los jueces de Valencia, no los jueces del Congreso ni los políticos ni el Senado o el Congreso. Es un pena la politización de la Justicia.

¿Genera esto entre la población un poco de escepticismo y desconfianza en la Justicia?

Siempre va a haber suspicacias. Por un lado está una designación por una contrastada experiencia y una gran trayectoria profesional pero si la nombra un partido determinado la situación se complica. El Consejo General del Poder Judicial lo que hace al final es nombrar jueces, mover jueces y nada más. No tiene nada que ver con el Supremo aunque el presidente del Consejo General del Poder Judicial sea el presidente del Supremo. Pienso que el órgano jurisdiccional no debe estar politizado.

¿Cuál cree que es la valoración que el ciudadano de a pie tiene de los jueces, abogados…? ¿Cree que están bien vistos?

Creo que en el día a día el ciudadano confía en la Justicia. La valoración es buena. Uno puede estar más o menos contento con una sentencia pero lo normal es que se dicte justicia en estrictos términos legales de forma correcta. Con asuntos de mayor calado mediático la gente tiene sus sospechas. Creo que la opinión es buena y, todos los años, en el observatorio de justicia gratuita el servicio más valorado por todos los ciudadanos, además con una nota de entre 8,5 y 9,5, es la del abogado del turno de oficio. Algo haremos bien.

¿Cómo ve el futuro de la abogacía?

Nos viene un futuro diferente. Me preocupa que estemos más pendientes de la forma que del fondo. Y la preocupación nuestra sean los medios tecnológicos y el presentar el escrito en un determinado momento más que el contenido de ese escrito. En eso, a lo mejor, la inteligencia artificial nos perjudica porque se va a intentar automatizar algo que, incluso en cláusulas suelo, el problema de un cliente no es igual a otro. Todos tienen matices. Hay cosas que hay que matizar cada uno.

¿Le preocupa esta globalización?

Me preocupa por el hecho de que en un futuro queden cuatro despachos enormes donde contraten abogados en distintos lugares y terminemos con los despachos de abogados de provincia más pequeños de uno o dos compañeros. Al final se pierde humanidad sin el abogado de provincias.