La Feria de Valladolid acoge este fin de semana el "pionero" en España 'Mi Primer Festival', una iniciativa que pretende trasladar diversión para que los más pequeños disfruten después de “un año y medio difícil” por la pandemia de Covid-19.
De hecho, las diferentes medidas restrictivas tomadas en función de la situación epidemiológica han aplazado en varias ocasiones durante este último año y medio la celebración en Valladolid de ‘Mi Primer Festival’, una iniciativa con 14 años de existencia que llega por primera vez a España de la mano de Lemon Live Entertainment y Universo Group con la colaboración del Ayuntamiento de Valladolid, la Diputación provincial, la Junta de Castilla y León y Caja Rural de Zamora, tal y como informa Ical.
Durante la presentación del evento, el CEO de Lemon Live Entertainment y fundador del festival, Antonio Villas Boas, agradeció el apoyo institucional para poder desembarcar en España con un “concepto innovador” que incluye, entre otras actividades, actuaciones musicales en un gran escenario principal con reconocidos personajes de animación infantil como el Conejo Simón, la Abeja Maya, la Oveja Shaun, Masha y el Oso, Pocoyó y Super Wings.
Estos mismos personajes estarán disponibles, además, en tres puntos diferentes de la Feria de Valladolid, donde se ubica ‘Mi Primer Festival’ entre los días 18 y 19 de diciembre, para realizarse fotos con los más pequeños, que también podrán disfrutar de una zona de hinchables que cuenta con ludoteca, ‘mega jumpy’, pista de obstáculos, ‘Eliminator’, un tobogán gigante y la presencia de diez monitores para dirigir el parque de hinchables.
También contará el festival con una zona de baile ‘Kids DJ’, la casa de Caillou para poder ser visitada, exhibiciones y talleres lúdicos con tres juegos autóctonos de Castilla y León como la rana, la calva y los bolillos, y escenarios ‘Meet&Greet’ para que los niños conozcan a grandes estrellas del mundo infantil como Bing, Dinotren, los octonautas, Heidi o los Super Wings.
Todo ello, no obstante, con un protocolo de medidas anti-COVID que implica el uso de la mascarilla obligatoria, la existencia de localidades preasignadas para el espectáculo principal del festival, y un aforo para cada sesión de 1.000 personas, dentro de una superficie de 7.000 metros cuadrados de que dispone la cita, para garantizar la distancia de seguridad interpersonal mínima entre los asistentes.
Y es que, tal y como recordó la concejal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid, Ana Redondo, durante la presentación, ‘Mi Primer Festival’ ha dispuesto medidas adicionales para que los más pequeños puedan disfrutar de esta actividad lúdica, incluida dentro de la programación de Navidad del Consistorio, bajo el prisma de la necesidad de disponer de actos de este tipo para los más pequeños para poder “conciliar la salud con una vida y una infancia feliz” después de año y medio de pandemia “que está afectando a la infancia”.
Por su parte, el director general de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León, José Ramón González, destacó la “colaboración institucional” que ha hecho posible la celebración de ‘Mi Primer Festival’ en Valladolid, con el apoyo del Gobierno autonómico a través de la concesión de ayudas, dentro de la política de apoyo a los festivales de la Comunidad, para “llevar la cultura a los ciudadanos, en este caso al público infantil y familiar, para su enriquecimiento personal”.
De hecho, la idea es que esta no sea una edición única del Festival en Valladolid, y por ello también quiso participar en su puesta en marcha en España la Diputación provincial vallisoletana, cuya vicepresidenta, Gema Gómez, reivindicó que la iniciativa ponga “a los niños en el centro de la actividad”, más aún en Navidad, coincidencia que supone “un gran acierto”.
Por último, el secretario de la Fundación Caja Rural de Zamora, Feliciano Ferrero, señaló el apoyo de su institución al evento, en especial a través del espectáculo de integración social para valorar a las personas con necesidades especiales, y esperó que la celebración de ‘Mi Primer Festival’ suponga “un buen aldabonazo de salida para esa normalidad tan deseada”.