Fernando Tadeo Rico, nacido en Medina del Campo en 1969 (tiene 52 años) y vive en la actualidad en Valladolid, es subdirector de calidad de la Escuela de Doctorado y catedrático del Departamento de Sistemas de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Valladolid, desde hace 10 años.
Amante de la ornitología, este vallisoletano gestiona además el Grupo de Control Avanzado y Optimización de Procesos, un ente que a través de la matemática y de los sistemas informáticos, ayuda a mejorar los procesos de producción de las empresas que buscan llegar a la excelencia teniendo muy en cuenta también el objetivo de la agenda 2030.
Charlamos con él sobre la labor de este grupo de trabajo y sobre otras muchas cuestiones en esta entrevista:
¿Qué labor desarrolla como catedrático?
Además de dar clases, en temas de investigación trabajamos en los sistemas informáticos para mejorar el rendimiento de los procesos. Son aspectos que están ocultos, porque es software. Son difíciles de ver, pero resultan fundamentales para conseguir que los procesos industriales funcionen con buen rendimiento, generando menos residuos y consumiendo menos energía. Muchos se basan en tomar un proceso industrial, analizarlo en detalle, desarrollar unos modelos que reproduzcan ese proceso en un ordenador y desde ahí optimizar el proceso utilizando el software para conseguir la mejor estrategia para que el proceso funcione.
¿Las empresas os solicitan este software o se los ofrecen ustedes?
Trabajamos con varias empresas, que van cambiando con el tiempo según sus necesidades. Por ejemplo, ahora mismo estamos trabajando con una de fabricación de tableros de madera. Antes lo hemos hecho en el sector de la desalación y también en el sector de las azucareras durante bastantes años. También nos hemos sumergido en el mundo de las energías renovables.
¿Cómo repercute su labor, por ejemplo, en una azucarera?
En la azucarera se trabajó mucho en crear simuladores para el entrenamiento de los operarios. Estos se tienen que formar, como en la industria aeronáutica, usando un simulador que reproduce el proceso. Se hacen pruebas en diferentes condiciones y los operarios buscan el mejor punto de funcionamiento en base a esas pruebas. Esto permite probar muchas estrategias y comprobar cómo cambian la energía que se utiliza, los residuos que se generan, la calidad del producto, y demás.
¿Estas empresas buscan ahora muchas soluciones para adaptarse a esa agenda 2030? Para reducir la huella ecológica y demás.
Así es. Volviendo a la empresa de tableros de madera estamos muy centrados en mejorar los gastos energéticos, en el uso de materiales, en el producir más con el mismo producto y la misma energía. Muchas de nuestras estrategias tratan ahora de esto, de mejorar la eficiencia energética, y del uso de materiales utilizando herramientas digitales. Es lo que la industria llama los ‘Gemelos digitales’. Lo que tratan estas herramientas es de reproducir el proceso en un ordenador utilizando toda la información sobre ese proceso. Las empresas tienen innumerables datos, pero muchos no se usan porque hay que analizarlos, estudiarlos y emplear herramientas informáticas para decir cuales son buenos, cuáles malos y extraer información de determinadas partes del proceso. En base a todos estos datos elaboramos una herramienta informática que reproduzca el proceso y en función a ella las empresas lo utilizan, para entrenar operarios como en la azucarera, o para mejorar el proceso como hacemos en el caso de los tableros de madera.
¿Y en la desaladora?
En las desaladoras hay aspectos como la planificación de las limpiezas. Hay que limpiar regularmente y hay que optimizar el proceso para saber cuándo tenemos que realizar esas limpiezas. Lo que hacíamos era optimizar esos instantes en los que se limpian las membranas del proceso de desalación, en base a análisis de cómo estaba rindiendo el proceso y de los costes de la energía. Interesaba hacer la limpieza cuando los costes de la energía eran altos. Adaptarse a la gestión de la energía es algo que se hace mucho hoy en día. Optimizamos las operaciones de cada empresa en base a nuestros sistemas informáticos.
Todo esto se hace dentro del Grupo de Control Avanzado y Optimización de Procesos.
Sí, lo hemos explicado en estos casos prácticos. Esa es nuestra labor del día a día.
También hemos hablado de la optimización de procesos para mejorar esta eficiencia de los procesos industriales. ¿Añadiría algo más?
Poco que añadir además de que hay muchas matemáticas por debajo. La optimización no es coger el modelo del proceso y cambiar parámetros para ver qué ocurre. Hay muchas herramientas de optimización, pero hay que conocerlas y saberlas utilizar. Permiten obtener muy buenos rendimientos en los procesos.
Informática y matemática unidas por la excelencia
Sí, al final tanto la informática como las matemáticas se unen para mejorar estos procesos en busca de la excelencia. En los tiempos que corren es mucha la importancia que tienen las herramientas informáticas para aumentar la calidad de los productos o calidad del producto.
Me ha hablado de ello pero amplíeme la importancia de los ‘Gemelos digitales’.
Es algo que está muy moda en la industria. Hay muchos datos de las industrias que se toman, se registran, pero no se utilizan completamente. Hay una cantidad ingente: Hay muchas variables del proceso que se graban de forma continua y la única forma de tratarlos es con algoritmos que permiten tratar todos estos datos y posibilitan sacar conclusiones justificadas que digan: “Vamos a cambiar el valor de este parámetro para mejorar la eficiencia energética”. Pero siempre sabiendo el porqué. Esos algoritmos que permiten tratar con esos datos, procesarlos y sacar conclusiones, son complejos, tienen muchas matemáticas y es con lo que nosotros ayudamos a las empresas.
Las empresas y las industrias son las que mejor conocen sus procesos. Nosotros ayudamos a reproducirlos en un ordenador, utilizar esas medidas que nos llegan, pero no se utilizan completamente, para que se saquen conclusiones y tomen las decisiones. Ayudamos en esa parte.
¿Las industrias os facilitan todos esos datos?
Nosotros trabajamos con confidencialidad con varias empresas. Les ayudamos a desarrollar lo que ellos quieren y la marca, en una comunicación confidencial con nosotros y sus datos, sacan esas conclusiones.
Hemos hablado de las desaladoras, las azucareras, tableros de madera. ¿Algún campo más en el que estén trabajando?
De momento en estos.
Gracias a la financiación de la Junta de Castilla y León están involucrados en la mejora de fabricación de paneles de madera en una fábrica de la región, como ha apuntado. ¿Cómo va el proyecto?
Estamos trabajando con SONAE ARAUCO. Lo que hemos hecho en este proyecto es optimizar el proceso en base a utilizar las medidas que se disponen desarrollando un simulador del proceso que permite reproducirlo en un ordenador y probar diferentes condiciones de operación. Esto permite cambiar las variables del proceso, ver cómo afecta al proceso y tomar decisiones.
¿Ustedes les dan varias opciones?
Lo que damos es el software. En este caso concreto el simulador con un software de optimización para que puedan tener las mejores opciones, pero ellos toman las decisiones. Nosotros en eso no entramos. Estamos muy contentos trabajando en este proyecto y seguimos colaborando con ellos.
¿Cuántos alumnos y profesores trabajan en este proyecto del Grupo de Control Avanzado y Optimización de Procesos?
Estos trabajos los desarrollamos, fundamentalmente, con estudiantes de doctorado. Suelen ser estudiantes que están aquí tres o cuatro años y que, tras ser formados, muchos de ellos se incorporan a las empresas. La mitad de los doctorados que hemos tenido se han incorporado a empresas. Es algo muy importante y positivo: Las personas que formamos como doctores en la Universidad van a las empresas donde continúan con estas tareas. Ayudamos también en prácticas de empresa para que los estudiantes puedan lanzarse al mundo laboral. Muchas de estas son las compañías con las que trabajamos.
¿Cuántas personas conforman el Grupo de Control Avanzado y Optimización de Procesos Avanzados?
Somos siete profesores y hay unos diez estudiantes de doctorado o personal contratado que trabajan en estos proyectos. En el Grupo se incide en reducir la huella ecológica, en mejorar estos procesos mirando al cambio climático…
Hoy en día, la eficiencia energética y el uso de materiales y demás es básico. Hace tres años hemos fundado, con unos cuantos compañeros de otros departamentos, el Instituto de Procesos Sostenibles. El objetivo que tiene es el de desarrollar la sostenibilidad en la industria: Desde el uso de materiales, a la gestión de la energía o o la reducción de residuos. Todos los temas de sostenibilidad los estamos gestionando a través de este ente. Es una institución que arrancó con financiación de la Junta y estamos muy contentos con la labor realizada.
¿Hay nivel en cuanto al alumnado de la Universidad de Valladolid? ¿Se encuentran con gente capacitada para salir al mundo laboral?
Los egresados de la Escuela de Ingenierías Industriales salen prácticamente todos colocados: en la práctica un 100%. Muchos no se incorporan hasta que finalizan el Máster, que es lo que les recomendamos: hacer un Máster antes de ponerse a trabajar. A los más interesados en desarrollar cosas nuevas les animamos a desarrollar tesis doctorales. Es un camino más largo, pero mucho más provechoso: las industrias están interesadas en las cosas nuevas y en captar gente preparada para labores de investigación.
¿Se quedan en Castilla y León?
La mayor parte sí. En los estudiantes doctorados hay más movilidad. Tenemos gente en Navarra, en Madrid, etc., pero a nivel del Grado no hay problema, de Master tampoco. Algunos se van a otras regiones porque los trabajos pueden ser más interesantes.
Hábleme de la internacionalización
Una cosa que en nuestro Grupo tenemos muy en cuenta es el trabajar con grupos internacionales. Lo vemos esencial para mejorar la docencia y la formación. Hemos colaborado en bastantes proyectos internacionales. Ahora estamos trabajando mucho en temas de formación, a nivel de máster, con el Norte de África, Túnez y Egipto. Hay gente allí muy bien preparada pero los medios no son los ideales y necesitan ayuda y es lo que proporcionamos nosotros. Estamos muy contentos con ayudar a esas instituciones, por ejemplo recibimos a muchos estudiantes de intercambio de otros países. Vienen cinco, seis meses al laboratorio y les ayudamos con sus tesis y trabajos de máster, creando vínculos que es muy importante. Muchos años después seguimos en contacto con ellos.
¿Cómo ve el futuro del Grupo?
Estamos contentos. El principal problema que tenemos es que la gente joven que termina sus tesis es difícil que continúen como profesores en la Universidad de Valladolid porque hay pocas oportunidades por limitaciones financieras, con lo que hay una competencia dura. La tasa de reposición ha bloqueado la incorporación de profesores. Ahora, en el Grupo, casi soy el más joven. Hay pocos profesores que se hayan incorporado últimamente pues la Universidad puede ofertar muy pocas plazas, y es una pena.
El rector ha dicho que quiere apostar por esta renovación
El rectorado hace lo que puede, pero necesitamos un rejuvenecimiento. Que entre gente nueva.
Objetivo y deseo.
Creo que tenemos muchas herramientas para colaborar con las empresas y un gran apoyo de la universidad. La gestión administrativa en las universidades públicas es complicada, por las limitaciones y restricciones legales. Tenemos que dedicar mucho tiempo a estas labores administrativas de proyectos por ser una universidad pública y hay que mejorar esto. Aún así estamos contentos porque las empresas están muy abiertas a colaborar.