Ecologistas en Acción ha interpuesto ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León sendos recursos judiciales contra las autorizaciones ambientales otorgadas por el delegado Territorial de la Junta de Castilla y León en Valladolid, Augusto Cobos, para la ampliación de dos explotaciones ganaderas intensivas porcinas en los municipios de Bahabón y Cogeces del Monte.
A través de un comunicado, la organización ambiental ha explicado que “entiende que la administración autonómica no ha considerado la elevada contaminación por nitratos del acuífero Páramo de Cuéllar, por la que desde el año 2003 la veintena de pueblos de la comarca de La Churrería se tiene que abastecer de agua potable desde un manantial de la provincia de Segovia”. El problema se agrava por la histórica sobreexplotación del acuífero, que ha visto descender su nivel hasta en 50 metros desde la década de 1970.
Ecologistas ha subrayado que “las más de 20.000 toneladas de purines que producirán cada año ambas explotaciones agravarán el problema de la contaminación de las aguas subterráneas por nitratos, al esparcirse por los terrenos de la comarca”. Situación que se agravará porque “también emitirán al aire 100 toneladas anuales de amoniaco y de metano, contaminantes tóxicos que inciden en la formación de partículas y ozono, y en el caso del metano son responsables del cambio climático”.
Han indicado, además, que “la explotación de Bahabón amenaza la fuente de Minguela, donde nace el arroyo Valcorba, tradicional lugar de paseo y de recreo para los vecinos”.
Zona vulnerable
Según ha explicado la organización, “la Churrería es una de las seis zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero existentes en la provincia de Valladolid, junto a los páramos de Esgueva y de Torozos, el acuífero de los Arenales y las comarcas de Medina y Tordesillas, zonas que en conjunto afectan a 111 municipios sobre más de la mitad de la superficie provincial. La causa de esta elevada contaminación es el exceso de abonado de las fincas agrícolas”.
En los últimos años, la contaminación por nitratos en La Churrería y en otras zonas vulnerables “está aumentando por la implantación o ampliación de grandes granjas industriales porcinas y avícolas, cuyos residuos se están vertiendo en las tierras de su entorno”. En sus 16 municipios y sus 580 kilómetros cuadrados, “sólo la Churrería alberga una veintena de explotaciones sujetas a autorización ambiental, por ser las más contaminantes, siete de las cuales se concentran en Cogeces del Monte”.
El debate de las macrogranjas y posibles soluciones
Por último, Ecologistas en Acción ha criticado que “la Junta de Castilla y León y los responsables provinciales y regionales del Partido Popular se han entregado completamente a los intereses de la ganadería industrial, sacrificando la salubridad del aire que respiramos y el agua que bebemos”.
Eso sí, han felicitado a Alfonso Fernández Mañueco “por haberse incorporado al debate sobre las macrogranjas y el modelo alimentario que representan, frente a la tradicional ganadería extensiva y a la agricultura y ganadería ecológicas”. Pero le han pedido que lo aborde “con seriedad, y adopte medidas que protejan el medio ambiente, la salud de la ciudadanía y de los consumidores y los pequeños ganaderos de Castilla y León, como las anunciadas en Aragón, Castilla-La Mancha o Cataluña”.