El sindicato CSIF ha denunciado hoy, a través de un comunicado, las condiciones laborales de las trabajadoras de la ayuda domiciliaria del Ayuntamiento de Valladolid que ha calificado de “semi esclavitud”.
Desde CSIF se ha explicado que aunque la jornada completa semanal se fija en 36 horas para estas trabajadoras de la ayuda domiciliaria del Ayuntamiento de Valladolid, “la mayoría de las 625 empleadas, en su inmensa mayoría mujeres, vienen haciendo una media de 25 horas semanales, es decir, el 65% de la jornada completa” lo que reduce enormemente los salarios, ya de por sí muy ajustados.
Además, han indicado que “a las trabajadoras se les clasifica dependiendo de si están incluidas dentro de la bolsa de trabajo, que son 139 (28% de la plantilla); o si están fuera, las 490 empleadas restantes, que suponen el 72% del número total. Estas últimas sufren peores condiciones que sus compañeras”.
Asimismo, han subrayado que las trabajadoras del servicio de ayuda domiciliaria “no saben cuántas horas van a trabajar la semana siguiente, ni el horario, ni en qué días”. Una situación de flexibilidad horaria extrema “intolerable” que soportan durante todo el año, y que imposibilita cualquier conciliación de vida laboral y familiar.
Además, están condenadas "a ser empleadas en riesgo de pobreza”. Unas condiciones e incertidumbre permanentes que afectan emocional y psicológicamente “seriamente” a estas empleadas, como se detecta en la valoración psicosocial que les han hecho.
Por otra parte, la división por edades de la plantilla de ayuda domiciliaria, muy feminizada, “refleja que el 78% supera los 40 años, lo que evidencia que no es un trabajo que atrae a las mujeres jóvenes, en edad de tener hijos”. Solo un 10% de estas empleadas tienen más de 20 años, y un 12% están entre 30 y 40.
Complicaciones para la conciliación familiar
CSIF también ha hecho hincapié en que a esta situación “se suman numerosas pequeñas exigencias laborales, que cada día ponen un poco más difícil el trabajo diario”. Señala, como ejemplo, que la jornada no podría denominarse ni continua ni partida, pues la tarea se circunscribe a los horarios demandados por los usuarios, por lo que pueden tener jornadas laborales discontinuas “con tiempos muertos”, que -lógicamente- no se pagan. Las trabajadoras, por tanto, alargan la jornada laboral por la mañana, tarde e incluso noche, para cumplir con las horas de trabajo asignadas.
Por todo ello, el sindicato ha reclamado al Ayuntamiento de Valladolid que evalúe integralmente el servicio de atención domiciliaria que se presta, “que es importante, necesario y de calidad. Pero todo el esfuerzo para prestarlo no puede recaer en los trabajadores”.