“Este viaje supone una campaña doble ya que, simultáneamente, dos expediciones de investigadores del mismo Grupo de Óptica Atmosférica de la Universidad de Valladolid (GOA) se encuentran ubicados en dos bases antárticas. Ya es difícil organizar la logística para llegar a la Antártida por lo que hacerlo en dos bases en el mismo año es un logro importante”, nos confiesa, a miles de kilómetros y en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, Abel Calle, profesor de la Uva y miembro del grupo.
Esto demuestra la importancia de este grupo de investigación y de la Universidad de Valladolid, que lo alberga. Por un lado, los investigadores Abel Calle Montes y Patricia Martín se han desplazado a la base argentina de Marambio, ubicada al este del continente, para el mantenimiento de la instrumentación que ya tiene instalada la UVa en la base y por otro lado, otros dos científicos: Carlos Toledano Olmeda y Ramiro González Catón, están en la base española Juan Carlos I, situada al otro extremo, en la isla de Livingston y en el lado oeste, para la instalación de una cámara de todo cielo.
Al final, como nos comenta el investigador, el objetivo que persiguen estas expediciones, que ya suman días en sus respectivos lugares de desembarco, es añadir datos de distintos componentes atmosféricos en esa zona del planeta de especial relevancia por sus implicaciones en el cambio climático.
Una larga cuarentena
“La cuarentena en Buenos Aires ha sido necesaria para garantizar el estado sanitario en las bases antárticas, donde los reemplazos y el cuidado del personal está sujeto a una complicada logística. Por ello, ha sido asumida con resignación, pero con la ansiedad propia de que todo salga bien y se pueda culminar la misión científica en la Antártida”, confiesa Abel.
Los investigadores del GOA han compartido 16 días junto a investigadores de la Dirección Nacional Antártica argentina, el Servicio Meteorológico Nacional argentino y personal militar a cargo del soporte a actividades científicas en bases antárticas, en régimen de burbuja, en una base militar a las afueras de Buenos Aires.
Por otra parte, la cuarentena de la Carlos Toledano Olmeda y Ramiro González Catón se ha desarrollado en Ushuaia, previamente a realizar el cruce del paso de Drake en el buque español Sarmiento de Gamboa. 10 días en habitaciones individuales en un hotel.
“Es fundamental mantener la seguridad en lugares aislados; además, es muy difícil, donde se ha visto que incluso estableciendo medidas estrictas, el COVID se ha introducido en la base antártica belga, por poner un ejemplo”, nos confiesa nuestro investigador.
La llegada a los dos destinos antárticos se produjo casi simultáneamente: el 3 de enero a la base española y el 6 de enero a la base argentina. El tiempo estimado de ambas expediciones será de entre 15 y 20 días, aunque es imposible concretar fechas exactas debido a las dificultades de los traslados que están supeditados a las condiciones meteorológicas.
Dos expediciones y un objetivo
“El Grupo de Óptica Atmosférica de la Universidad de Valladolid (GOA) ya tiene dos equipos instalados en la base Marambio desde enero de 2018. En este viaje se va a llevar a cabo el reemplazo de uno de los equipos con un componente calibrado para asegurar, así, la calidad de las medidas que se están tomando; además, se está instalando una modificación del diseño de la instalación para hacerla mucho más versátil”, añade Abel.
Eso en su expedición por zonas argentinas. Por otro lado, en la base Juan Carlos I, se ha instalado, por primera vez, una cámara de todo cielo para “el estudio de nubes y aerosoles” en un equipo que ya opera en Marambio y también en la base ártica de Ny-Alesund. “Se trata de nuestra primera expedición a esta base y tenemos la intención de que no sea la última”, añade Calle.
“Los dos equipos son complementarios; por una parte, está el fotómetro solar y lunar para la obtención de propiedades atmosféricas relacionadas con los aerosoles. La cámara sirve para determinar, de forma precisa, la cobertura nubosa. La combinación de ambos instrumentos permite una caracterización más precisa de las propiedades de nubes y aerosoles, tanto de día como de noche”, explica el investigador.
La lucha contra el cambio climático
“La lucha contra el cambio climático requiere estrategias de actuación internacionales, en toma de decisiones. La conciencia individual, y nuestro comportamiento, ayudan a mejorar el entorno, pero la problemática del cambio climático no se resuelve con buenas palabras. En el fondo estamos hablando de una transformación del sistema energético y de consumo y esto debe ser controlado por los gobiernos”, asegura Abel.
El GOA (Grupo de Óptica Atmosférica de la Universidad de Valladolid) es uno de los pocos centros oficiales de calibración de fotómetros de la red AERONET de la NASA. Por ello, el mayor despliegue posible de nuevas ubicaciones es fundamental para el robustecimiento de la red.
“Nuestro trabajo es el de medir y proporcionar datos de calidad a la comunidad científica. El grupo al que pertenecemos ya tenía amplia experiencia con estaciones situadas en el Ártico. La instalación de nuevos equipos en bases antárticas supone cubrir la práctica totalidad del planeta con estos equipos. Esta cobertura desde tierra, junto con los datos de los satélites con los que también trabaja el GOA, permite obtener conclusiones muy valiosas para el seguimiento del cambio climático”, afirma nuestro entrevistado.
Además, no se debe olvidar que “las regiones polares son los verdaderos test del planeta para conocer la dinámica del clima” ya que “es donde se observan los efectos más drásticos”.
Abel Calle sentencia que ve “de forma muy pesimista” el futuro de nuestro planeta si no lo cuidamos. “Si los gobiernos siguen ignorando a los científicos, poniendo en duda las evidencias o, simplemente, no afrontando el problema con determinación, no es que el futuro será malo, sino que no habrá futuro”, sentencia.