Óscar Lorenzo superó el cáncer después de casi dos años de tratamiento y 14 de revisiones

Óscar Lorenzo superó el cáncer después de casi dos años de tratamiento y 14 de revisiones

Valladolid

Óscar Lorenzo: de superar un cáncer con 28 años a pelear contra el síndrome de Phelan-McDermid

El vallisoletano reconoce que hoy, 4 de febrero, Día internacional del cáncer "es una fecha especial en la que deseo que mucha gente, como yo, salga adelante"

4 febrero, 2022 07:00

Aunque hace muchos años la palabra cáncer era sinónimo de muerte, con el paso del tiempo ya no es igual. Los avances científicos, las nuevas terapias o la prevención han conseguido que, cada vez sean más las personas que superan la enfermedad y consiguen salir adelante. Ese es el caso del vallisoletano Óscar Lorenzo quien a sus 44 años sabe lo que es pasar por ello. Hoy, 4 de febrero, se celebra el Día internacional del cáncer y son muchos los que, tanto de un modo directo como indirecto, les ha tocado de cerca la enfermedad.

La historia de Óscar comenzó hace 16 años, cuando “empecé a sentir, molestias, cosas raras, sintiéndome extraño y estuve yendo al médico seguridad social durante un mes”. Allí no terminaban de encontrar las razones de sus molestias hasta que, después de acudir a la médico de la empresa, “me hizo una radiografía y me mandó a urgencias”. El diagnóstico fue claro: linfoma de Hodgkin.

Un mazazo tremendo para un joven -en ese momento tenía 28 años- y que “además tenía a mi mujer embarazada de tres meses y cuando me lo dijeron, no me lo creía”. Esa fase de negación que pasan los enfermos de cáncer que vino acompañada por la típica pregunta de ¿por qué a mí?. “Yo era una persona sana, joven, deportista…, pues te toca y te toca, pero fue un palo, no solo por mí, sino también por la persona que tienes a tu lado y la familia”.

Porque su mujer, además de afrontar su embarazo tuvo que ayudarle. Por delante hubo muchas sesiones de quimioterapia, de radioterapia, días muy malos, otros mejores, aunque afortunadamente con un final feliz. “Tuve año y medio de tratamiento, ocho meses de quimio y seis de radio que se me hicieron muy largos”. Un tiempo en el que se puso “pequeñas metas”. Como el de ver a su hija “porque en los momentos malos pensaba que a lo mejor no la conocería”.

Sobre todo, porque “al principio parece que puedes con todo, pero a medida que se van mermando las fuerzas te vas desgastando y se hace muy complicado”. Pero mereció la pena puesto que llegó el día en que le dijeron que la enfermedad había desaparecido. Ese momento fue “de una alegría inmensa”.

Aunque no para creer que ya estaba todo olvidado, porque como reconoce “vas con pies de plomo ya que el miedo nunca lo pierdes”. Incluso ahora, cuando por fin le han dado el alta definitiva después de 16 años.

Y es que la enfermedad, como dice, “me cambió”. Pero no solo para mal en los momentos de mayor sufrimiento, sino también para bien “a la hora de afrontarla y de verla”. Varió totalmente su manera de ver las cosas o de disfrutar esos pequeños momentos que antes pasaban desapercibidos.

Vena solidaria

“Ahora vivo cada momento, disfruto de los que tengo al lado y ayudo en todo lo que puedo”. Esa parte solidaria, sin duda, fue otro efecto positivo que quedó en Óscar porque en cuanto pudo se hizo miembro de una asociación de ayuda para enfermedades raras. “A mi sobrina la diagnosticaron una enfermedad que afecta a pocas personas y fue en un momento en el que tenía aún más ganas de ayudar porque me habían dado una segunda oportunidad de vivir; por eso me metí de lleno en ello”.

Tanto que llegó a ser vicepresidente de la organización para aportar su granito de arena “no solo a mi sobrina, sino a todas las personas diagnosticadas con el Enfermedad de Phelan-McDermid -algo más de cien en toda España-.”. ¿Y cómo lo hizo? Como mejor sabe y más le gusta “organizando eventos y juntándome con gente para que conozcan la existencia de esta enfermedad y aporten su granito de arena”.

Óscar Lorenzo

Óscar Lorenzo

Respecto a esa ayuda que ahora le gusta prestar, también le hubiera encantado encontrarla, en algunos casos, cuando también la necesitó. “Pones a la gente en su sitio, porque hubo personas que pensaba que estarían a mi lado y no estuvieron, mientras que otras las tuve conmigo y me sorprendieron”. A quienes no olvida es a los profesionales del Hospital Clínico Universitario “que tuvieron un trato excelente, tanto que con alguno mantengo amistad”.

Sin duda, su experiencia le ha servido para aprender mucho sobre la enfermedad y aunque no es de dar muchos consejos sí que apunta alguna recomendación a quienes les diagnostiquen cáncer. “Hay que ir día a día, mantenerse fuerte psicológicamente, tener un apoyo fuerte en casa e ir poco a poco sin metas a largo plazo”. No es una solución mágica, pero al menos sí un inicio para intentar salir adelante. Porque el otro pilar en el que cimentó su fuerza no lo puede prestar. “Virgi, mi mujer, que tiro de mi como una bestia trabajando y cuidando de mí y de la niña a la vez”.

Siempre alerta

Y hay que tener en cuenta que, una vez curado, siempre vas a sonar la alarma en tu cerebro cuando sientas algo extraño en tu cuerpo. “A mí me pasa, soy muy vigilante con mi físico, con el de mis hijos o con el de los que tengo a mi alrededor, o cuando tenía revisiones que unos días ante y otros después, sufría un poco más de lo normal”.

En cuanto a la celebración del día internacional de cáncer, que se conmemora hoy, 4 de febrero, Óscar reconoce que es una fecha en la que recuerda “una experiencia que he tenido, como tantas otras personas y que es una enfermedad en la que se debería de avanzar un poco más en materia de investigación. Para mí es un día en cierta manera especial porque deseo que, como yo, sea mucha más gente la que lo supera”.