Ligada al arte y a la pintura toda una vida, Celia Gallego decidió dar un paso adelante y adentrarse en este mundo de manera profesional con el comienzo de la pandemia. Los principios no son fáciles, en ningún ámbito de la vida, pero en especial en el mundo del artista, sobre todo cuando se es desconocido.
Para ello, la graduada en Periodismo por la UVa hizo una apuesta fuerte por las redes sociales, un canal de comunicación con un potencial enorme para darse a conocer, además de acudir a diferentes exposiciones de otros artistas para ir haciendo contactos.
Su personalidad, esfuerzo y dotes de comunicación le han llevado a lograr más de 25.000 seguidores en Instagram y 61.300 en TikTok. Una comunidad grande que le ha servido para promulgar su nombre y sus cuadros por muchos rincones del mundo artístico. "Mis primeros pasos en la pintura coincidieron con el auge de las redes sociales, entonces al mes de abrirme los perfiles empecé a subir fotos de mis obras", señala la joven vallisoletana.
Sin embargo, llega un momento de tomar la decisión de si lanzarse al mundo profesional en esta rama y antes dar el paso existe un pequeño proceso previo en el que Celia Gallego vio en sus propios ojos "el miedo a fracasar". "Llegó un momento que era insostenible, realmente a lo que quería dedicarme a parte de la comunicación es a pintar entonces me lancé a la piscina", explica la artista.
Los ojos derretidos, la obra maestra de Celia Gallego
Precisamente, los ojos son el elemento por el que gira casi toda la obra de esta vallisoletana. Además, estos son extraños, algo nunca visto antes y que despiertan interés por conocer. Se trata de los ojos derretidos.
Ahora bien, los ojos derretidos no nacieron por casualidad. Celia, al encontrarse un lienzo redondo, tuvo una primera idea, que era pintar ojos, pero normales. Los derretidos llegaron después, tras un "enfado". La artista se encontraba en una de sus últimas exposiciones en Gran Vía donde, precisamente, tenía expuesto uno de esos ojos redondos gigantes.
Celia descubrió a través de las redes sociales que una artista de Malasia se había hecho viral con unos ojos iguales a los suyos. "No teníamos nada que ver una con la otra, al final tú ves un lienzo redondo y se te ocurre pintar eso instintivamente", asegura la vallisoletana.
"Los ojos derretidos nacen de crear algo nuevo e innovador"
Un jarro de agua fría pero que no frustró la idea de Celia, que estaba convencida de seguir pintando los ojos, pero, esta vez, a su manera. "Los ojos derretidos nacen de darle una vuelta a esa primera idea y crear algo nuevo e innovador", asevera.
¿Qué significan estos ojos? Pues la obra creada por la joven es un tributo a la parte más elemental del ser humano para Celia. "Para mí lo más importante de una persona son los ojos, siempre me fijo en ellos, tengo tatuado uno, tengo ojos en los colgantes, los anillos, etc.", afirma.
Las redes sociales, herramienta de promoción y divulgación
Una vez presentada la obra es necesario promocionarla. Y que mejor manera que las redes sociales, una herramienta de comunicación que Celia Gallego ha sabido aprovechar al máximo.
Sus primeros pasos fueron en Instagram, donde la pintora vallisoletana empezó a subir sus cuadros y dibujos, pero el gran 'boom' llegó con TikTok, donde Celia no solo enseña su obra, sino que comparte experiencias, consejos y realiza una labor de divulgación del arte.
"La vida transciende a la obra"
Uno de sus ideales es que siempre hay que unir al autor con su obra. Es por ello por lo que también, concienciada con el feminismo, defiende que junto con la obra de Picasso hay que contar la vida del autor, pues "la vida transciende a la obra".
"Tenemos muy romantizado y puesto en el altar la obra de un artista, la gente piensa que cuando crea una obra, la obra ya tiene capacidad de voto, puede ir a hacer la compra sola o se puede pagar hasta una casa, pero en realidad no existiría de no ser por el propio artista, cada cosa que haces está muy ligado a esas vivencias que tienes tú", insiste.
"Hay obras que están hechas por y para ridiculizar a las mujeres"
Es por ello por lo que cree que junto a Piccaso se debería contar que "hay obras que están hechas por y para ridiculizar a las mujeres" y que "hay varias entrevistas en las que él mismo lo dice".
"Cuando vas al Prado y ves una obra de una mujer te cuentan todos sus chismorreos, luego con los hombres eso no pasa, no digo que haya que censurarlo, nadie en su sano juicio diría 'vamos a quitar el Guernica', pero es algo que no hay que ocultar", denuncia Celia Gallego.
Ciberbullyng, un problema a erradicar
Las redes sociales, sin embargo, no han sido una cascada de buenas noticias constante. Hace unos años, cuando estaba de Erasmus, sufrió un caso de ciberbullyng. La joven vallisoletana decidió hacer un dibujo de la cantante Aitana, del cual estuvo muy orgullosa y lo subió a Instagram.
"Una chica que me seguía que también pintaba y tenía unos 100.000 seguidores empezó a acusarme de que yo había manipulado la foto de ese dibujo y que lo había hecho con photoshop. Obviamente dije que esto no es verdad y que les iba a enseñar en una historia como es el dibujo. Diez minutos después me empezaron a llover mensajes de odio, amenazas e insultos porque esta chica había colgado el dibujo en sus historias acusándome y riéndose de mí", explica.
Una situación que desembocó en "un ataque de pánico horroroso" y "temblando" en el baño llorando sin sentir "las piernas". Finalmente, ese dibujo de Aitana lo acabó "rompiendo y tirándolo a la basura". Una situación desagradable que tuvo que pasar pero que con los años parece haber sanado y que ha acabado denunciando públicamente en su canal de TikTok.
Ya asentada y haciendo un excelente trabajo de divulgación y promoción de su obra, Celia Gallego espera dedicarse profesionalmente durante muchos años. "Poquito a poquito vamos a mejor", finaliza.