El Partido Animalista PACMA ha difundido unas imágenes sensibles en las que se muestran tres cadáveres de perros esqueletizados, presumiblemente galgos. Los animales presentan signos de muerte violenta. Los vecinos denuncian que no es la primera vez que se «desechan» perros utilizados para la caza en las inmediaciones de la zona.
"¿Cuántos cadáveres más hacen falta para prohibir la caza?", denuncia PACMA en sus redes sociales. Una vez más, salen a la luz lamentables imágenes del maltrato que sufren los galgos en España. En esta ocasión, uno de los cuerpos estaba convertido, literalmente, en un saco de huesos; otro presentaba una soga alrededor del cuello y un tercero una posible herida de bala en el cráneo. Dos estaban escondidos en una galería abandonada y un tercero, en un pinar a unos metros de distancia. Podrían llevar allí varios meses.
Según denuncia la formación animalista, los habitantes de la zona aseguran que este zulo, ubicado en una antigua yesera de Valladolid, es un "cementerio de perros de caza". "Hay más, pero ha habido un derrumbe y los cadáveres momificados han quedado sepultados", declara un vecino.
PACMA afirma que este tipo de prácticas son frecuentes cuando los animales ya no cumplen una función para los cazadores. "Muchos veterinarios se niegan a eutanasiar animales sanos, como es normal, y como no quieren mantenerlos porque ya no les sirven, acaban con ellos aquí con lo primero que tengan a mano. No queremos imaginar el sufrimiento de estos animales, tanto en vida como a la hora de la muerte", declaran.
Miedo a las represalias
Varios vecinos de la zona han declarado que son conscientes del problema que existe en su comunidad, pero que tienen miedo de que "les señalen". Según confirman, no son pocas las represalias, amenazas y otras coacciones que reciben por parte de colectivos de cazadores cuando hacen algún comentario o cuestionan su actividad.
"Tenemos miedo por nosotros y nuestros animales. Hemos llegado a encontrar veneno. Esta es una zona rural de la que se han apoderado algunos y si estás en contra o tienes algo que decir, la toman contigo", argumentan vecinos.
El Partido Animalista ya ha puesto los hechos en conocimiento del SEPRONA para que sean investigados y se localice a los responsables.
Las muertes violentas de los galgos españoles
Es imposible contabilizar con cifras exactas el número de galgos, podencos, bracos, pointers, ratoneros y otras razas utilizadas para la caza que perecen finalizada la temporada, o incluso antes. Algunos, abandonados, lo hacen de inanición; otros, en cunetas tras ser atropellados y arrastrados por el asfalto; otros son "despachados" directamente por sus explotadores de las formas más grotescas.
Para PACMA, "la violencia que genera la caza empieza con las presas, pasa por los animales que se utilizan como herramientas y termina en las personas que la practican". La formación política que defiende a los animales argumenta que "el cazador asume la cotidianidad de la muerte y se va insensibilizando hasta que la normaliza por completo, sin reparar en el sufrimiento que provoca".
Desde el Partido Animalista afirman que la brutalidad con los galgos es consecuencia directa de la permisividad y laxitud administrativa con el colectivo de cazadores: "los únicos límites se los ponen los propios civiles, y ya hemos visto que cuando esto ocurre, hay probabilidad de salir perjudicado", alerta PACMA haciendo referencia al reciente vídeo en el que un hombre perdía un ojo por el culatazo propinado por un cazador, o aquella grabación, también reciente, en que unos cazadores humillan e insultan a guardias civiles sin represalia.
PACMA sentencia que la caza no debe controlarse de forma más exhaustiva, sino terminarse: "mientras se siga permitiendo matar animales, ya sea con perros o armas, seguiremos asistiendo a escenas como esta. Esto no tiene negociación ni excusa, la caza se tiene que prohibir en concordancia con el sentir de la mayoría de los españoles".