Difícil describir con palabras lo que se ha vivido este sábado en el Estadio José Zorrilla entre dos equipos que han dejado sobre el césped vallisoletano su candidatura clara al ascenso directo. Prometía espectáculo el enfrentamiento entre Real Valladolid y Girona y no ha defraudado, una fiesta a la que también se ha unido el VAR para añadir suspense y emoción, alegría y drama, a un encuentro de fútbol vibrante que ha sido una oda a la esencia de este deporte.
La primera batalla a librar era por la posesión de balón, la principal herramienta de uno y otro equipo para hacer daño. La ganó el Pucela desde el principio y hasta el final, pero los catalanes demostraron tener recursos de sobra para golpear de otra forma. Los primeros treinta minutos de partido fueron una exhibición local, un vendaval blanquivioleta que arrasó con el rival y en el que tan solo faltó el gol. Toni Villa en el minuto 5, Aguado en el 14, Weissman en el 17 y Cristo en el 18 dispusieron de opciones claras para anotar, mientras que la defensa pucelana brillaba a un nivel sobresaliente en la recuperación, con una presión asfixiante que ahogó a los gerundenses.
No obstante, el Girona tenía mucho que decir. Ya dejó pinceladas de su velocidad en esos minutos, liderados por un Samu Saiz espectacular, y enfatizó su presencia tras el ecuador del primer acto. Comenzó a generar peligro, a inquietar a Masip, e hizo que la zaga local tuviese que emplearse con maestría para bloquear los disparos. Borja García y Stuani rozaron el gol, al igual que lo hizo El Yamiq con un cabezazo en el 43' al que respondió Juan Carlos, salvador. Y de cabeza llegó, ya cuando se enfilaba el descanso, el fin a la increíble racha de imbatibilidad del Real Valladolid: Bernardo puso el balón lejos del alcance de Masip tras un centro lateral para dejar en 646 el récord de minutos sin encajar gol.
Locura
Se precipitó el encuentro con el paso del tiempo una vez arrancada la segunda parte. Propuso más el conjunto de Pacheta, dominador del esférico, logró frenar las transiciones relámpago visitantes, y encontró eso que tanto buscaba. Lo hizo Sergio León apenas cinco minutos después de ingresar al terreno de juego, y al aprovechar una jugada que condensa el ir y venir que ha supuesto el partido. Weissman remató a la media vuelta una dejada de El Yamiq, la pelota rebotó en un defensa, luego en otro, y cayó en los pies del delantero, que no falló.
Como un torrente desbocado se sucedieron los acontecimiento a partir del empate. Aleix García la tuvo, Weissman estrelló su cabezazo contra la madera, el Yamiq dentro del área repelió el disparo de Samu Saiz, y Toni disparó fuera después de un bonito zigzagueo al borde del área. Todo ello en diez minutos. Faltaba lo mejor. O, al menos, lo que más palpitaciones levantó en la grada.
En el minuto 78 Juan Carlos realizó un paradón a un golpeo de Weissman, quien remató de primeras un buen centro de Morci y ante el cual el portero del Girona sacó una mano espectacular. Y en el 80' llegó la jugada que rompió todos los esquemas. Anuar encaró área y sacó un centro chut que el meta visitante logró evitar con la ayuda del palo. El balón quedo muerto y Morci lo mandó dentro de la portería, donde Juan Carlos lo detuvo. ¿Gol? No. Con medio Pucela celebrando la jugada continuó ya que el colegiado no apreció el tanto, una contra catalana que a punto estuvo de convertirse en el segundo visitante. Ahí sí, paró el partido el colegiado mientras desde el VAR confirmaban que sí, que había entrado. Minutos de dudas. Y 2-1.
Quedaban pocos minutos para certificar la remontada. Pero iban a pasar muchas cosas. En el minuto 87 un córner visitante que despejó la defensa acabó con penalti a favor del cuadro catalán después de que desde el VAR llamasen al árbitro para revisar una acción alejada del balón pero que acabó significando la pena máxima y el empate.
7 minutos de descuento
Con tantas cosas no resultaron extraños los siete minutos añadidos al partido. Obviamente ningún contendiente dio tregua ni quiso firmar la paz. Morir de pie. Y siguieron brindando Real Valladolid y Girona un partido vibrante en un tiempo de descuento en el que Samu Saiz cerca se quedó de marcar en una contra y en el que el Pucela se volcó sobre el área rival, sin éxito.
Finalmente, tras 24 remates locales y 12 visitantes, 11 saques de esquina blanquivioletas por dos del rival, y una posesión para los de Pacheta del 57% ante un equipo que se caracteriza precisamente por tener balón, el partido llegó a su fin. Un punto que desborda fútbol y que mantiene al Real Valladolid en la zona alta de la tabla, siete por encima del Girona, que es quinto a la espera de que concluya la jornada, y con el ascenso directo al alcance de un partido.
El próximo choque llevará al Pucela hasta Cartagena, el viernes 28 de febrero a partir de las 21.00 horas, donde se buscarán tres puntos y prolongar el buen momento, tras ocho partidos invictos.
Ficha técnica:
(2) Real Valladolid: Masip; Luis Pérez, El Yamiq, Javi Sánchez, Nacho; Plata (Plano, min. 54), Aguado (Morci, min. 76), Roque Mesa, Toni Villa (Anuar, min. 76); Cristo (Sergio León, min. 54), Weissman
(2) Girona FC: Juan Carlos; Arnau, Bueno, Bernardo, Juanpe, Jairo (Juncá, min. 62); Borja García (Iván Martín, min. 74), Pol Lozano (Terrats, min. 80), Álex B. (Aleix García, min. 62), Samu Saiz, Stuani (Bustos, min. 74)
Goles: 0-1, Bernardo, min. 45. 1-1, Sergio León, min. 59. 2-1, Morci, min. 80. 2-2, Samu Saiz (p), min. 89
Árbitro: Pulido Santana (C.T. Canario) amonestó con cartulina amarilla a los visitantes Álex Baena, Juan Carlos; y a los locales Roque Mesa, El Yamiq
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 27 disputado en el Estadio José Zorrilla el sábado 12 de febrero de 2022, a partir de las 18.15 horas, ante 14.570 espectadores