“Necesitamos que el caso se esclarezca, que estemos todos más tranquilos, dentro de un suceso que va a marcar ya al municipio de por vida”, asegura el alcalde de Traspinedo, Javier Fernández, en la visita de EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León al Ayuntamiento de la localidad vallisoletana.
Hoy se cumple un mes desde que el cadáver de Esther López fue hallado en la cuneta de la carretera N-122, a escasos metros del restaurante La Maña y antes de llegar a la localidad. Una localidad que intenta recobrar la normalidad, su día a día, tras un comienzo de año marcado por la tragedia.
La investigación para resolver el caso continúa bajo secreto de sumario. El primer edil del municipio pucelano nos cuenta cómo ha vivido estos, casi dos meses, desde que se denunció la desaparición de la mujer de 35 años.
P.- ¿Vuelve, poco a poco, Traspinedo a la normalidad tras un comienzo de año marcado por la trágica muerte de Esther López?
R.- Poco a poco vamos volviendo a la normalidad después de un comienzo de año en el que todo el pueblo ha estado en shock por lo sucedido. Necesitamos que el tema se esclarezca. Sobre todo, la familia, pero también el pueblo. Tenemos paciencia y sabemos que la investigación tiene que ir a su ritmo y vamos a ser pacientes, como siempre.
P.- ¿Cómo recuerda el alcalde de Traspinedo el día en el que se denuncia la desaparición de Esther López ese 17 de enero? ¿Qué pensó?
R.- Es un tema que, al principio, te parece muy extraño. Más cuando han pasado cuatro o cinco días desde que se tuvo la última noticia de Esther. Un día en el que la noticia se da a conocer por un cartel de SOS Desaparecidos, pero, en seguida, los vecinos nos ponemos en marcha para intentar buscar a Esther sin pensar que el desenlace iba a ser el que finalmente tuvo. Pensábamos, al principio, que se había perdido en la zona, que pudiera estar en alguna vivienda… que estuviera viva. En seguida la reacción fue de ponerse a buscar a Esther en la zona en la que, las dos últimas personas que la ven, dicen que desaparece.
P.- ¿Cree que fueron claves esos días que se esperó para denunciar la desaparición para que la investigación se haya embarrado demasiado?
R.- Puede influir. Es cierto que Esther, en ocasiones, se ausentaba durante unos días porque iba a un trabajo o donde tuviera que ir. Era habitual que dos o tres días estuviera en Valladolid, pero siempre avisaba a su familia. Al final, quizás por esto, no se le daba tanta importancia.
P.- ¿Cuándo fue el primer día que habló con Miguel, el padre de Esther?
R.- Cuando entro al supermercado a trabajar el 18 de enero, a las 9.00, le llamo un poco para saber qué pasa y le comento si cree conveniente que el pueblo salga por la zona que ha desaparecido Esther en su busca. Me dice, en unas palabras que siempre recordaré, que lo que hagamos, bien hecho está.
P.- ¿Cómo recuerda esos días de batidas? El pueblo se volcó en la búsqueda de Esther.
R.- El pueblo, el entorno, Valladolid y, al final, toda Castilla y León. Conseguir reunir a 600 o 700 personas, más todo el despliegue de efectivos de Guardia Civil, Protección Civil, Cruz Roja, es impresionante. Dentro de la mala experiencia, la solidaridad es con lo poco positivo con lo que me quedo. Entre pueblos, entre vecinos…
P.- ¿Cómo recuerda el alcalde también el sábado 22 de enero, día en el que se detuvo a Ramón?
R.- Nos lo comunicaron el domingo. Dentro de esa detención tampoco sabíamos en el pueblo quién es. Yo, por lo menos, no tengo constancia de quién es esta persona, a bote pronto. Se le detiene y empieza la investigación.
P.- Hay otras dos personas que han sido señaladas también. O. y C.. ¿Sabe algo de ellos? ¿Cómo lo han vivido?
R.- A O. no le he vuelto a ver. A C. sí. Esta semana, muy reciente, tomando un café en un bar del pueblo.
P.- ¿El día más duro sería, sin lugar a duda, el 5 de febrero, cuando se encuentra el cuerpo de Esther?
R.- Son semanas duras. Ves que van pasando los días y Esther no aparece. El día que encontraron el cadáver estaba trabajando. Empecé a escuchar el rumor de que habían cortado la carretera. No me quería creer que era porque habían encontrado un cuerpo. Pensaba que lo habían hecho porque seguían rastreando ya que habían efectuado un rastreo impresionante los días anteriores. Lo piensas después y te das cuenta de que el corte de una carretera era porque algo más grave había. El palo es durísimo. Lo que es llamativo es que el cuerpo sin vida se encontrara ahí, la verdad. Que apareciera Esther ahí.
P.- Ese domingo, 6 de febrero, cuando el pueblo decretó 3 días de luto y se guardaron 5 minutos de silencio, ¿Sería tremendo también?
R.- Es un día en el que se junta toda la consternación de un municipio y de toda la gente que ha estado al pie del cañón en la búsqueda. La unión de todos en un hecho muy luctuoso que nunca te esperas que pueda pasar en tu pueblo. Es un día muy duro porque además estuve en primera línea recibiendo a la gente. Dando pésames, hablando… El día que llegó Esther al velatorio también fue muy duro.
P.- Y el funeral supongo que también muy duro.
R.- Sí, pero como te comentaba, recuerdo más el día del velatorio. La llegada de Esther. Ver a una vecina antes bien y que venga de esa manera, con la familia… te rompe.
P.- Tras las últimas noticias y el primer análisis forense en el que se hablaba de cadera rota y latigazo vertical, se apunta al atropello. La Guardia Civil lo reprodujo en el lugar unos días después. ¿Cómo lo ve?
R.- No puedo decir mucho sobre ello. Hay varias líneas de investigación. Si una de ellas puede ser el atropello, respetamos que tengan esa hipótesis. No puedo decir ni que me lo crea ni que no me lo crea. Se deja trabajar. Desde el inicio del caso, esa noche del 12 de enero, es todo muy complejo. Si un vehículo está en tal sitio, si Esther se podía haber bajado, si no. Si fue andando al pueblo… muchas hipótesis.
P.- ¿El pueblo se muestra receloso con la hipótesis del atropello? ¿Qué le dicen los vecinos?
R.- Más que con la hipótesis del atropello, que puede ser, con el hecho de que aparezca el cuerpo en la cuneta. Una zona que a lo mejor hemos pasado por allí y no lo hemos llegado a ver, pero es lo que más nos extraña. Que aparezca el cuerpo en una zona tan cercana, en una cuneta de una carretera. Eso es lo que realmente nadie del campo, agricultores y gente ganadera, creen. Que un cuerpo esté ahí durante 24 días. Se nos hace a todos muy raro. Más con los testimonios de esta gente que entiende del campo, que se preguntan que cómo puede estar un cadáver ahí si hay animales que pueden hacer a ese cuerpo algo. Es lo que estará investigando la Guardia Civil.
P.- ¿Era esa una zona batida? El día 6 de febrero, Emilio Álvarez, subdelegado del Gobierno en Valladolid, apuntaba que esa zona en concreto no.
R.- No te puedo decir, la verdad. Si no se llegó a ese punto, batimos zonas muy cercanas a donde apareció. A lo mejor el límite fue la carretera, la vía, pero por los cuadrantes que teníamos antes de cada batida es muy difícil que se nos haya escapado ese lugar.
P.- El pueblo cree que el cadáver es imposible que estuviera ahí 24 días.
R.- Sí. Es lo que piensa la mayoría del pueblo y la mayor parte de las personas con las que hablo, sean del pueblo o no. Hay familias de agricultores que aseguran que, a nada que haya un cuerpo por las tierras, los animales merodean por allí. Sobre todo, por lo que dice la gente entendida del campo. Más allá de cualquier tipo de especulaciones, que no queremos hacer ninguna porque hay muchas líneas de investigación abiertas y esperamos que se esclarezca el caso.
P.- ¿Podía ser, como han apuntado fuentes a este periódico, que no estuviera tan visible y semienterrado?
R.- Puede ser. No descartamos nada. Pudo estar 24 días o no. Es cierto que, lo que es la cuneta, tiene una inclinación de más de un metro que hace que no se vea tan fácil. Sumado a la presencia de maleza que había allí también. No nos podemos cerrar a ninguna hipótesis. Ese punto es clave, si estuvo allí 24 días o no, pero realmente el mal ya está hecho haya sido un atropello o un acto violento. Esther no está entre nosotros.
P.- ¿Por qué sigue el pueblo haciéndose tantas preguntas?
R.- Porque al final hay gente del pueblo que son los últimos que están con Esther, vecinos del municipio. O. más de Valladolid, pero tiene aquí un chalé. Es, un poco, porque todo se ha desarrollado en la localidad. No hay sensación de desconfianza, ni tensión.
P.- ¿Cómo se tomó el pueblo la aparición en un conocido programa de televisión de un presunto novio de Esther?
R.- El programa sentó muy mal. Fue especulativo y no gustó. Se puso la imagen del pueblo bajo sospecha cuando tampoco es así. Las dos personas que acompañan a Esther hasta el último momento, en principio, han colaborado. No sé si tienen más o menos que decir.
P.- ¿Ha vuelto a hablar con Miguel, el padre de Esther? ¿Cómo está?
R.- Sí, sobre todo los días después del funeral. Ha sido una constante ir a verle y hablar, prácticamente todos los días. Cuando estábamos en la búsqueda de Esther, cada acto contaba con su opinión y con la de la familia. Le hemos planteado llevar a cabo alguna acción de presión para que se resuelva cuanto antes el caso pero, como están en contacto directo con los que llevan la investigación, no lo ven oportuno. Dicen que van a esperar, con paciencia, hasta que se resuelva. Le hemos trasladado las condolencias, de todos los puntos de España. También cartas y demás. Estamos en contacto con él y con la familia. Es una familia estupenda y humilde.
P.- La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, ha asegurado que resolver el caso llevará su tiempo. ¿Cómo lo ve?
R.- Ahí estamos, a la espera. Me quedo un poco con esos mensajes que llegan de Delegación y de Subdelegación. Vamos a ir de la mano con ellos, como hasta ahora. Hace falta que se esclarezca con el tiempo que sea necesario. Hace un mes ya que encontramos el cuerpo de Esther, pero si la familia está de acuerdo con la actuación, el Ayuntamiento y el pueblo, también.
P.- ¿Es lo que necesita Traspinedo… una resolución a un misterio negro y que ha marcado ya la historia del pueblo?
R.- Necesitamos que el caso se esclarezca, que estemos todos más tranquilos, dentro de un suceso que va a marcar ya al municipio de por vida. Se tardará tiempo en recobrar la normalidad porque Esther siempre estaba presente en el pueblo. Una chica muy maja, cariñosa y simpática. En fiestas, en los bares, con su familia… va a pesar bastante.
A la hora de preparar Carnaval o Fiestas hay sentimientos encontrados. De pasar de una situación tremenda a una más lúdica, pero tiene que ser así. Agradezco que la familia sea comprensiva y que nos haya dicho claramente que la vida tiene que seguir. Eso reconforta bastante. Se han hecho bien las cosas, hasta donde hemos podido, y tenemos que continuar viviendo. Quién más ha perdido es Esther y su familia.