Elegir entre una hipoteca variable o fija es complicado, más aún en un momento de crisis mundial debido a la guerra de Ucrania. Desde que comenzara el conflicto armado el Euribor ha experimentado una gran subida y cotiza al alza, aunque sigue en negativo (-0,160 el jueves, 24 de marzo, por los -0,398 del 2 de marzo) por la posibilidad de que el Banco Central Europeo suba sus tipos de interés. Esto ha provocado que los bancos hayan encarecido sus préstamos hipotecarios a tipo fijo por el efecto que el Euribor provoca sobre las hipotecas a tipo variable.
“Si el Banco Central Europeo sube los tipos de interés, también lo harán las hipotecas. En estos últimos años una hipoteca a tipo variable era más factible porque bajaba constantemente y estaba por debajo de cero. La visión que se tiene es que los préstamos hipotecarios van a subir, no de golpe, pero sí gradualmente. Se necesita que los precios, debido a la inflación, se ajusten”, explica a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León Juan Carlos de Margarida, decano-presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora.
En la actualidad, la mayoría de los españoles prefieren la estabilidad de las hipotecas fijas. A fecha de diciembre de 2021 el 32,3% de los que formalizaron una hipoteca para comprar una vivienda se decantaron por un interés variable, mientras que el 67,7% que firmaron un préstamo hipotecario para adquirir una vivienda optaron por el tipo fijo.
En este segundo grupo están Sara Zamora Arranz, nacida en Vitoria y de 33 años y Guillermo González Villa, de León y 29 primaveras. La pareja ha formalizado su hipoteca el pasado 17 de marzo, en busca de la estabilidad y de evitar los vaivenes motivados por el Euribor rechazando la hipoteca variable y buscando la tranquilidad en una urbanización cercana a Tordesillas, donde arrancarán un bonito proyecto.
El sueño de su vida
“He sido camarera muchos años. Tenía la ilusión de comprarme una casa, pero siempre he sido realista y sabía que con 930 euros de nómina no podía hacerlo. Pasaron los años, decidí probar suerte en la industria y acabé en Michelin, en la planta que tiene en Valladolid, donde llevo cuatro años y ya soy indefinida”, nos cuenta Sara con orgullo tras decidirse a cambiar de trabajo y dar un salto, que finalmente le ha salido bien.
Indefinida, como Guillermo. Más de cuatro años en la empresa francesa con ubicación en Valladolid, como su pareja. Una de Vitoria, el otro de León. El destino les juntó y ya tienen las llaves de su casa, que lucen orgullosos, como se puede ver en la fotografía después de cerrar todos los trámites, incluido el de la hipoteca.
“Ir al banco y decir que somos una pareja que trabaja en Michelin abre muchas puertas y todo resulta mucho más fácil. Aporta mayor seguridad a la entidad que nos financia y a nosotros, a todos. Es como decir que eres funcionario”, añade nuestra entrevistada que asegura que todos los trámites los han realizado a través de una oficina de León, con una empleada que tenía buen trato con Guille, en el Banco Santander.
La negociación empezó en enero. Ya en febrero a la pareja les comunicaron que “empezaban a subir los tipos de interés”. “Íbamos directos a por una hipoteca de tipo fijo. Nos dieron, en un principio, un interés del 1,12. Con el comienzo de la guerra de Ucrania nos lo quisieron subir al 1,30% pero conseguimos mantenerlo”, asegura nuestra entrevistada.
Con el inicio del conflicto en Ucrania los bancos han comenzado a subir sus tipos, como ocurrió hace un par de años con el comienzo de la pandemia del coronavirus, pero esta pareja de vallisoletanos “de adopción” han conseguido regatear el problema.
En busca de la tranquilidad con una hipoteca fija
¿Y por qué fija y no variable? – “Por lo que pasó con las variables en 2008, por ejemplo, cuando comenzaron a subir los tipos con el aumento del Euribor, como está ocurriendo ahora. No queríamos que nos aumentara la letra de nuestro piso. Pagamos 850 euros. Nos lo podemos permitir. Subir a 1.000 sería catastrófico. Por eso elegimos la hipoteca fija, por la seguridad de pagar siempre lo mismo”, afirma la de Vitoria, que lleva prácticamente viviendo toda la vida en Miranda de Ebro (Burgos), tras nuestra pregunta.
Juan Carlos De Margarida, decano-presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora explica que “la realidad es que no existe una hipoteca perfecta ya que la decisión de escoger una con tipo variable o fijo dependerá en gran medida de las circunstancias personales y económicas de cada comprador, así como de su aversión al riesgo”.
Debido a ello, “una hipoteca fija será mejor si se quiere pagar siempre lo mismo”, aunque la cuota sea más alta los primeros años, mientras que “una hipoteca variable será preferible si se quiere pagar menos cantidad en menos años sin importar que la cuota pueda subir a lo largo del tiempo”.
“Creo que las hipotecas van a subir más en cuanto a sus tipos. También el precio de la vivienda que ya está bastante alto y se están pagando precios que no deberían”, apunta nuestra entrevistada, que añade además que la pandemia del COVID-19 ha provocado, sobre todo, el aumento del coste de las casas con patio que “han volado” aunque esta pareja haya logrado adquirir una.
“Muy contentos” pero con “miedo”
“Los dos estamos muy contentos. Hablando de mi situación particular sentía que me escapaba algo. Tengo mucha satisfacción de poder empezar una vida en común y de pleno derecho con nuestra casa”, asegura Sara.
Nuestra entrevistada afirma que “hay miedo e inseguridad” ante los cambios que está generando y pueda provocar la guerra de Ucrania, pero añade que tras unos años de “preocupación en su empresa” por el coronavirus y el conflicto por el ataque ruso “todo vuelve a la normalidad”. “Pido tranquilidad y que se calme un poco todo. Que la guerra pare y podamos volver a la normalidad”, añade nuestra entrevistada.
Sara y Guillermo, en este panorama de incertidumbre a nivel mundial, también financiera, han optado por la seguridad y la tranquilidad de una hipoteca fija que amenaza con encarecerse como la variable con un Euribor al alza. La guerra de Ucrania sigue causando estragos, también en este ámbito de la economía a nivel global.