Casi 360.000 euros es la cantidad que ha invertido el Ayuntamiento de Valladolid en la actuación de mejora de la movilidad y la seguridad en el tramo final de la Cañada Real. Una obra en la zona sur de la ciudad que se extiende entre esa calle, la VA-30 y el final del suelo urbano y que ha ocupado un total de 1,5 kilómetros.
Durante la visita a la zona, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha detallado que “la actuación ha consistido en la construcción de un carril bici y la ampliación de la calzada, todo ello para mejorar la movilidad”. Y es que, en esa área, había cierta peligrosidad debido al “precario estado de conservación y el escaso ancho de la calzada” que había anteriormente.
Para reducir al máximo la producción de residuos de demolición, el regidor ha subrayado que la empresa encargada de la obra -Toyrsa- “se ha reutilizado en la construcción”, logrando así una optimización en el coste y la reducción de emisiones de CO2 durante la obra.
En el margen urbanizado, también se ha aprovechado para incluir paradas de autobús de Auvasa totalmente accesibles, así como, para un drenaje urbano más sostenible, las aguas pluviales generadas en el espacio pavimentado se filtran al propio terreno.
En cuanto al carril bici, Puente ha añadido que la política del equipo de Gobierno es “ampliar los ya existentes”. Para ello ha anunciado que ahora mismo se priorizan “el del camino Viejo de Simancas y el de la subida a Fuensaldaña”, lo mismo que “conectar todos los existentes y estén así más preparados que para el ocio”. Porque la idea es que “sirvan para moverse por toda la ciudad y se use la bicicleta para ir al trabajo, al colegio o dónde sea”.