Con el comienzo del siglo XVI nació la que se conoce como la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad. Pero no fue hasta 1578 cuando se redactó y aprobó la primera norma de la misma. Se trata de una de las hermandades históricas de la ciudad de Valladolid, destacando sobre las demás por sus características y sello inconfundible.
Cinco siglos de historia en los que esta Cofradía siempre se ha mantenido al lado de los más desfavorecidos y los condenados a muerte, llegando incluso a tener un hospital, en la calle López Gómez, para atender a los enfermos. Entre sus costumbres y tradiciones hay una que sobresale del resto: el indulto de un preso en la procesión de la Penitencia y la Caridad del Jueves Santo.
Esta tradición nació en 1927, hace casi un siglo, que, precisamente cuando se cumpla, será la canonización de su virgen y para lo que están preparando un trono que además pretenden se pueda estrenar ya el año que viene, según anuncia el hermano mayor de la Cofradía, Ángel Herrero Ortiz, a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
La Piedad y su procesión de la Penitencia y la Caridad es algo único en Valladolid, aunque durante estos últimos siete años, incluido el presente, el Consejo de Ministros del Gobierno de España no ha dado la aprobación al indulto del preso. "Lo de los indultos surge a raíz de cambiar los itinerarios y pasar por delante de la cárcel. Ya luego trasladaron el centro penitenciario a Villanubla y pasábamos por la Audiencia, donde se juntan al cortejo los letrados, magistrados y procuradores", relata Herrero Ortiz a este periódico.
Normalmente, la Piedad siempre procesionaba con la Pasión, el Santo Sepulcro y la Preciosísima Sangre, que les acompañaban, pero con los años dejaron de hacerlo. En el caso de la tercera fue porque "querían hacer una procesión ellos solos a raíz de que les ha llegado su virgen de la caridad", mientras que la segunda, aunque han estado unos años sin hacerlo, este 2023 lo volverá a retomar y acompañará a la Piedad en la procesión de la Penitencia y Caridad, según explica el hermano mayor.
El proceso comienza durante el mes de septiembre, según pasa el verano, cuando la Cofradía comienza a pedir una terna de candidatos al centro penitenciario de Villanubla, habla con el Colegio de Abogados de Valladolid y la Audiencia y piden informes psicoanalistas y terapeutas de los reos. No obstante, estos deben cumplir unos requisitos primordiales, que se basen en no haber cometido delitos de violencia de género, de sangre y tráfico de drogas a grandes niveles.
Ángel Herrero Ortiz, que lleva más de 40 años en la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad, explica que una vez recibidos los documentos y estudiado los casos, eligen a uno el cual creen que están "en condiciones" de solicitarlo, siempre respetando los estatutos de la hermandad. Seguidamente, a principios de año se tramita la solicitud al Ministerio de Justicia, que es en estas fechas de ahora el que decide si se acepta o no en los correspondientes Consejos de Gobierno.
En el caso de este año, la Cofradía había pedido el indulto para una mujer que llevaba "seis o siete meses" en la prisión de Villanubla, según pudo saber este periódico, condenada por un delito por no entregar a sus hijos a tiempo. Sin embargo, la cartera de Pilar Llop decidió finalmente no dar el visto bueno por séptimo año consecutivo a la Cofradía vallisoletana.
Cabe destacar que esta decisión se sabe a pocas semanas o días antes de la celebración de la Semana Santa. El margen es tan poco que el miércoles de la semana pasada se concedieron cuatro excarcelaciones y otras dos este pasado martes, 4 de abril, entre las que no estaba el caso de la mujer solicitada por la Piedad de Valladolid.
El recorrido original
En un principio, el recorrido original iba desde la Prisión Provincial, donde el reo era excarcelado y se incorporaba al cortejo empujando el paso de 'La Quinta Angustia' hasta la sede de la Cofradía. Era en ese lugar donde se le proporcionaba ropa y le suministraban los gastos para que regresase a casa. Sin embargo, en 1985 la cárcel fue llevada a Villanubla, por lo que pasó a celebrarse la procesión en la Audiencia de Valladolid.
Tras ello, el cortejo procesional va por distintas calles de la ciudad del Pisuerga para regresar finalmente hasta la iglesia de San Martín, donde entonan la Salve y el reo queda liberado.