Valladolid ha vivido este Viernes Santo uno de los momentos más importantes de su afamada Semana Santa: la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor, una de las más destacadas de la Semana de pasión vallisoletana, declarada de Interés Turístico Internacional. La ciudad ha enmudecido al paso de los cofrades, en una solemne procesión en la que se respiraba emoción y sentimiento, con el único sonido de fondo de las cornetas y los tambores.
En la Procesión General han desfilado un total de 33 pasos, alumbrados por las veinte cofradías vallisoletanas, tras partir desde la Iglesia Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias a las 19:30 horas de la tarde. Posteriormente, ha recorrido las calles Angustias, Bajada de la Libertad y Ferrari hasta la Plaza Mayor, para después continuar por calles Santiago, Miguel Íscar, Duque de la Victoria, Regalado y Cánovas del Castillo, donde finaliza.
La llegada a la plaza Mayor ha sido uno de los momentos cumbre de la procesión, que ha recibido con gran silencio y solemnidad a las veinte cofradías. El tiempo ha dado tregua para disfrutar de una agradable tarde, en la que centenares de personas pudieron disfrutar del recorrido de todas las cofradías de la ciudad y el desfile de sus espectaculares pasos hasta la crucifixión de Cristo. Las tallas de Jesús de la Esperanza y la Sagrada Cena fueron las encargas de abrir el cortejo, que cierran el Santo Sepulcro y Nuestra Señora de las Angustias.
Tras dos amargos años sin Semana Santa, Valladolid ha retomado con fuerza este gran acontecimiento cultural, catalogado de Interés Turístico Internacional desde 1981. Sus impresionantes tallas de artistas como Gregorio Fernández, Juan de Juni, Francisco del Rincón, Pedro de Ávila y Andrés de Solanes han hecho de la Semana de pasión vallisoletana una de las más bellas de toda España, como ha quedado de manifiesto en esta Procesión General.
Este año, asistieron, desde la tribuna de autoridades, además de la corporación municipal, encabezada por el alcalde de Valladolid, y el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, diez embajadores en España, que ya acudieron por la mañana al Sermón de las Siete Palabras. En concreto, se trata de los máximos representantes en España de Estonia, Mariin Ratnik; Japón, Kenji Hiramatsu; Italia, Ricardo Guariglia; Guinea Ecuatorial, Miguel Edjand Angue; Guinea Bissau, Abel Coelho; Corea del Sur, SahnghoonBahk; Guatemala, Mónica Renata Bolaños; Arzebaiyan, Ramiz Hasanov; Indonesia, Muhammad Najid y el encargado de asuntos de la embajada de Afganistan, Mohammed Rahin. Muchos de ellos además estuvieron acompañados de sus agregados culturales.
La procesión también fue seguida por los operadores turísticos italianos que durante estos días se encuentran en la ciudad interesados por la Semana Santa vallisoletana. Se trata de un grupo de turoperadores y agencias de viajes especializados en turismo religioso, que estuvieron acompañados por el embajador de Italia en España, Riccardo Guariglia; así como de miembros de la Oficina Española de Turismo en Roma.
Origen de la Procesión General
Su historia se remonta al siglo XVIII cuando la minoría ilustrada de la época realizó una primera propuesta de procesión general, para acabar con la multiplicación de procesiones organizadas por las cinco cofradías históricas y las disputas que derivaban de esto. Las cofradías deseaban mantener su independencia de las autoridades, y así, en la prevista Procesión General de 1731, acabó desfilando únicamente la Cofradía de Jesús Nazareno.
En plena Guerra de la Independencia, las nuevas autoridades ‘afrancesadas’ consiguieron hacer realidad una Procesión General en abril de 1810 en colaboración con las cofradías y el Jefe de Policía, José Timoteo de Monasterio, cofrade de Jesús Nazareno. A lo largo del siglo XIX convivieron las procesiones de Regla de las cofradías penitenciales con la organización de procesiones unificadas el Viernes Santo, con bastante irregularidad y con un continuo descenso del número de cofrades.
Al promover el arzobispo Remigio Gandásegui la recuperación de los pasos y procesiones, la del Viernes Santo se convirtió en el eje vertebrador de la iniciativa. La primera gran Procesión General estaba prevista para 1922, pero tuvo que ser suspendida por la lluvia. En los siguientes años, el recorrido se amplió, manteniéndose ya con pocas variaciones hasta la actualidad. Todas las nuevas cofradías creadas en el siglo XX se han incorporado también, junto a las históricas, a esta procesión.