“Me lo encontré el domingo por la tarde. Fuimos a dar un paseo mi pareja y yo por la playa para que se pegara un baño nuestra perra. Vimos algo tirado en el agua: unas coronas de flores y demás y, de lejos, nos parecieron unos peluches. Se metió la perra y la saqué porque eran restos de corderos. Uno tenía el crotal (pendiente que ponen a los animales para identificar la granja de la que vienen) en la oreja”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, Óscar Vidal.
Este tordesillano de nacimiento, asegura que “no se llevó un susto” porque “trabaja en un matadero” y “está acostumbrado a verlo”. “Saqué a la perra del agua, tiré fotos y las compartí a través de Facebook porque era deleznable”, añade, y lo hizo porque “a su pueblo le interesan hechos como estos que no deberían de suceder”.
“Según tengo entendido es un ritual religioso. No sé qué pedirán, ni que harán, pero se hace”, asegura. Óscar añade que no ha vuelto a pasar por el lugar en el que se encontró a los animales muertos, concretamente en la playa que está cercana al puente de Tordesillas, por donde pasa el río Duero.
“Sentí un poco de asco”, cuenta el de Tordesillas en declaraciones a este periódico. “Resulta que aquí no nos dejan celebrar el Toro de la Vega porque es un maltrato animal y esto sí que se puede hacer”, afirma, y corrobora que era “la cabeza, la piel, las vísceras y las patas del cordero”, lo que él halló en el lugar.
Bajo investigación
El alcalde de Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira, ha asegurado también en declaraciones a este periódico, que el Ayuntamiento tordesillano ha enviado una notificación en esta mañana de martes, 26 de abril, y que “se está elaborando un informe”. La Policía Local y la Guardia Civil están trabajando e investigando los hechos.
El primer edil de la localidad vallisoletana corrobora la versión de que “puede tratarse de un ritual religioso” y le extraña que “haya flores”.
“Aunque sea un hecho puntual o un rito de alguna religión en Tordesillas eso no se puede hacer. Es un delito tirar animales al río y matarlos de esta forma. La gente tiene que cumplir las normas y no se pueden producir este tipo de acciones porque son sancionables. Se intentará averiguar quién lo ha hecho y que no vuelva a ocurrir en lugares públicos”, ha añadido Oliveira.