La investigación por la muerte de Esther López se está convirtiendo en un laberinto sin salida. 80 días después del hallazgo del cadáver de la joven de 35 años en una cuneta de Traspinedo el pasado 5 de febrero, son muchas las sospechas del caso y muy pocas las certezas. De hecho, tras la declaración en el juzgado número 5 de Valladolid y puesta en libertad sin cargos este lunes de Óscar, el último amigo que vio con vida a Esther, el caso parece estar en punto muerto.
Pese a las arduas pesquisas que se han llevado a cabo durante más de dos meses, la investigación ha arrojado hasta el momento poca luz sobre las causas y circunstancias que rodean a la muerte de la joven. Y lo más sorprendente, no se sabe aún quién acabó con la vida de Esther ni existen acusados implicados en su muerte. Bien es cierto que el peligroso círculo de amistades de la joven ha sido objeto de la investigación desde el principio, pero desde su desaparición en la noche del 12 de enero y hasta la fecha, únicamente se ha detenido a una persona y se ha investigado intensamente a otras dos.
Primeramente, las miradas se dirigieron hacia Ramón el Manitas, detenido el 22 de enero y puesto en libertad cinco días después, tras un minucioso registro de su domicilio y vehículo y no hallar pruebas que lo vinculasen con el fatal suceso.
Sin embargo, entre la decena de investigados que acudieron a declarar ante la Guardia Civil, las miradas se centraron en Óscar y Carolo, los dos amigos que viajaron en el coche con la joven hasta el cruce de La Maña, punto donde se le perdió la pista. A pesar del registro de la vivienda de los padres de Óscar en la urbanización El Romeral, en Traspinedo, y su vehículo, limpiado a conciencia tras la desaparición de Esther, así como las contradicciones y sus cambios de versiones, la jueza no ha hallado pruebas para enviarlo a prisión tras la declaración este lunes en el juzgado del principal sospechoso de la muerte de la joven.
Así pues, son muchas las incógnitas que quedan por despejar en este caso que parece volver a la casilla de salida, del que solo tenemos la certeza de la desaparición y muerte de Esther. Según el sumario, sufrió un impacto compatible con un atropello a baja velocidad y falleció más tarde tras un shock hipovolémico. Ahora bien, se desconoce quién la atropelló, en qué lugar, si fue intencionado o accidental y si alguien la trasladó hasta el lugar donde posteriormente fue hallada.
Hallazgo del cadáver y sospechosos
Su cuerpo apareció el pasado 5 de febrero en una cuneta de la N-122 que desemboca en Traspinedo. En principio, era una zona batida, pero el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Emilio Álvarez, dejaba el 6 de febrero, día en el que el Ayuntamiento del municipio vallisoletano recordó a su vecina con cinco minutos de silencio, dudas sobre si realmente esa zona había sido rastreada. A partir de aquí el debate se abrió sobre si el cuerpo había permanecido o no en dicha cuneta los 23 días que transcurren entre la desaparición y el hallazgo del cadáver. Los vecinos de Traspinedo lo tienen claro: no.
El 22 de enero, Ramón era detenido y su casa, sometida a un minucioso registro. La jueza retiraba las medidas cautelares contra el, recordemos, único detenido del caso hasta el momento, el pasado viernes. Su abogada, Lorena Iglesias, se congratulaba recordando que ella siempre había mantenido su inocencia y que “tiene ganas de que todo pase y se sepa la verdad”.
El foco se centra, desde hace unos días, en Óscar. Amigo de Esther. Su coche, registrado. Su casa, o el chalé que su familia tiene en la urbanización El Romeral de Traspinedo, también, tras más de tres días inspecciones oculares y recogida de muestras de ADN de Esther. Éstas están siendo analizadas, en el laboratorio en Madrid, a la espera de que arrojen más luz a un caso negro.
Óscar sigue en libertad
La Guardia Civil comenzaba ese registro del chalé el pasado sábado, 9 de abril. 86 días después de la noche de autos. Con todo lo que se puede hacer en ese periodo de tiempo, a la hora de borrar pruebas, huellas y demás. De hecho, Óscar lavó su coche, como captaron las cámaras, horas después de, según su versión, dejar a Esther cerca del Restaurante La Maña en la madrugada de ese 13 de enero. Versión que ha mantenido ante la jueza este lunes.
Tras cuatro días de registros por parte de la Guardia Civil, las pruebas en busca de ADN de Esther están siendo analizadas en Madrid. El foco se cerraba, cada vez más, en Óscar. De hecho, ese martes 12 de abril, en el que acabó el registro, uno de los negocios del investigado, ubicado en el barrio de La Rondilla de Valladolid, amaneció empapelado con carteles de “justicia para Esther”.
Tanto se cerró el foco que la pasada semana, la jueza de Instrucción Número 5 de Valladolid, Soledad Ortega, levantaba el secreto de sumario parcial del caso y citaba a declarar este lunes a Óscar, el principal sospechoso del caso, vía providencia.
Sin embargo, ni el Fiscal ni la jueza atendieron a la petición de la acusación particular, la familia de Esther, ni de su letrado, el Guillermo Blay Ruiz, para imponer medidas cautelares contra el que entró como investigado y salió en la misma condición tras mantenerse en sus trece de que él dejó a Esther con vida, tras bajar ésta de su coche el pasado 13 de enero. Ni pruebas, ni indicios de ellas.
Una investigación que no acaba de atinar
“Pienso en la familia de Esther, en sus padres. Quiero que se aclare todo y que salga la verdad, pero no que acosen a una persona que es inocente. Hemos creído en su inocencia desde el primer momento. No podía ser que mi hermano hiciera algo así”, afirmaba la hermana de Ramón.
La propia hermana denunciaba, en el registro de la casa de Traspinedo, frecuentada por el único detenido en la causa, daños durante el mismo. Y reclamará a la Justicia que los arregle.
La Guardia Civil centró, a juzgar por el desarrollo del caso, su mirada en él en un primer momento, en otro de los borrones del caso ya que Ramón pudo ver como la pasada semana, la jueza del Juzgado de Instrucción Número 5 de Valladolid, levantaba las medidas cautelares vigentes sobre él, la más importante la salida de España de este, y parece que está más cerca su desvinculación del caso.
“Ramón está tranquilo. Que se hayan levantado todas las medidas es un alivio, Tiene ganas de que todo esto acabe y se sepa la verdad”, aseguraba Lorena Iglesias, abogada de Ramón, en declaraciones a este periódico este lunes, antes de la declaración de Óscar ante la jueza.
Más de tres meses y un caso sin resolver
Según el informe forense, la hipótesis del atropello queda confirmada por el tipo de lesiones que presentaba el cuerpo de Esther en el momento de su hallazgo. Si bien, las investigaciones apuntan a que este no sería el motivo de su fallecimiento, sino que la joven pudo morir de hipotermia en las horas posteriores al impacto. Los forenses indican que la joven fue atropellada cuando caminaba por el sentido derecho de la marcha en dirección a Traspinedo y de espaldas a los vehículos. Momento en el que un coche tuvo que atropellarla "a media o baja velocidad", por lo que este golpe no pudo ser el causante de su muerte, sino un shock hipovolémico y las bajas temperaturas de aquellas fechas que le provocaron una hipotermia.
Sin embargo, la familia, a través de un comunicado emitido por el abogado Guillermo Ruiz Blay, apuntaba que “de ninguna manera se indica por los forenses o la Guardia Civil que la causa de la muerte fuera accidental” y añaden que la llamada a declarar de los amigos que están en el foco de la investigación se produce “porque hay indicios suficientes para entenderles vinculados a hechos de carácter criminal”.
Un caso que como aseguraba la delegada del Gobierno en Castilla y León el pasado 1 de abril, está sin sargento al mando. El encargado del Grupo de Homicidios se trasladó a un puesto administrativo hace cinco meses dejando una vacante. Es el coronel el que se ocupa de todas las operaciones. Aunque Barcones apuntara que “tienen todos los recursos materiales y profesionales a disposición del caso desde el primer momento” y que esta vacante no influye en los trabajos para resolver el caso, la verdad es que sorprende.
La investigación, aunque Virginia Barcones diga que avanza, parece que está en punto muerto. Pasados tres meses desde la desaparición de la mujer de 35 años la falta de pruebas, como se constató este lunes, hace que Óscar continúe en libertad.
La muerte de Esther López continúa siendo un rompecabezas de sospechas con una investigación que sigue sin resolverse.