Martes, 10 de mayo. Bar La Cárcava y calle Cascajares en la ciudad del Pisuerga. De fondo, un monumento imponente, la Catedral de Valladolid y, al lado, el protagonista que atemoriza en los últimos días a los dueños de bares y restaurantes, el experto en ‘simpas’ que suma más de una docena en el último mes y que cuenta con 23 antecedentes policiales, como ha podido saber EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León.
D.M.V., de 34 años de edad, llegó ese día a las 19.00 horas al bar. Apareció al poco de que el establecimiento hostelero comenzara con su función de tarde y estuvo hasta casi las 00.00, momento en el que la Policía Nacional se personó en el lugar.
“Intenta ser simpático porque es muy particular y luego es muy hábil. Es como si tuviera dos personalidades. Por un lado, se mete en todo y por el otro se recoge y es correcto. No invita a decirle que se vaya o a enfrentarse a él”, confiesa Juanjo, el copropietario de La Cárcava desde hace nada más y nada menos que 30 años.
A las 20.00 horas ya estaba todo lleno y el experto en ‘simpas’ consumiendo. “Tú le ves que sí pero no y estás incómodo trabajando toda la noche”, añade Juanjo, que cuando bajó el nivel de trabajo, a eso de las 23 horas, se acercó a él para que le fuera pagando lo que le debía. “Me dijo que sin problema. Siempre utiliza términos muy campechanos”, añade nuestro entrevistado.
En ese momento, D.M.V. le pidió una copa mientras buscaba el dinero para pagar. Luego otra. Ahí fue cuando Juanjo llamó a la Policía Nacional que se personó en el lugar. Identificación, y puesta en libertad, lo de siempre, una vez más y ya van unas cuantas.
“La cuenta era de más de 60 euros. Igual te debe un vino que una cerveza que un whisky… El hombre no se llena. Comió tostadas, bocaditos, vino… de todo. La Policía me invitó a denunciarle, por el bien de la hostelería y por el mío, para no servirle en otra ocasión, y eso fue lo que hice”, añade el copropietario de uno de los mejores locales de la ciudad del Pisuerga.
Juanjo asegura que “no hay miedo” a esta persona y que “pasó la foto del susodicho” a los bares cercanos para “hacer de asociación” y que “estuvieran al tanto ante una persona como esta”. “Ya no es que no pague, es que no sabes cómo va a terminar la cosa. Solo quieres que se vaya cuanto antes de tu bar”, finaliza nuestro entrevistado.
Más establecimientos hosteleros que nos cuentan su fatal experiencia con el ‘simpa’ que no deja de hacer de las suyas en Valladolid.