UGT ha informado, a través de un comunicado recogido por EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, de que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Valladolid “ha resuelto a su favor” la denuncia que a principios de año presentó contra la empresa de seguridad Eulen, que es la adjudicataria del Servicio de Vigilancia del Hospital Clínico Universitario y del Edificio Rondilla en Valladolid, que cuenta actualmente en este servicio con 27 trabajadores.
Desde el sindicato han recordado que, como quedaba recogido en la denuncia, “los chalecos son antihigiénicos porque no se pueden lavar” y que “tampoco permiten maniobrar físicamente con ellos para evitar un acto delictivo” ya que “son rígidos y muy pesados” y que “al ser unisex no se adaptan a la morfología de cada persona”.
En definitiva, tal y como señalan fuentes de sector de seguridad privada de UGT en Valladolid, “los equipos de protección individual deben ajustarse al portador y no ocasionar riesgos adicionales ni molestias innecesarias, deben estar homologados al puesto de trabajo”.
El sindicato ha apuntado que Eulen ha informado que “la utilización del chaleco no es un requisito exigido por el cliente”, que en este caso es el Hospital Clínico Universitario y el Edificio Rondilla en Valladolid “ni una obligación legal, sino una mejora voluntaria ofrecida por la propia empresa en la licitación anterior”.
Por lo tanto asegura UGT, continúa señalandola empresaque“enla próxima licitación”, ya enmarcha,“no se ofrecerá esta mejoray sicontinúa con el servicio, no se utilizará elchaleco de seguridad”.
Desde UGT, tras indicar que los chalecos con los que están trabajando en la actualidad tienen un coste de 100 €, frente a los 500 euros que cuesta cada uno de los chalecos “con los que deberían estar realizando sus funciones de vigilancia en unas buenas condiciones laborales y de seguridad”, han concluido, de forma contundente, que “Eulen ha tasado la seguridad de sus vigilantes en el HCU en 400 euros, la cantidad que se ahorra en cada uno de los chalecos”.