No hace mucho tiempo el mero hecho de escuchar música no consistía en pulsar un botón en el teléfono móvil, tampoco era cuestión de un par de clics en el ordenador. Los tiempos cambian sí, y a pesar de que se han reducido muchos elementos a tamaño bolsillo, cada vez son más las personas que optan por los vinilos para escuchar sus canciones favoritas de una forma un tanto más personal y diferente. Sin embargo, requiere de un tiempo que en plena época de la inmediatez y redes sociales no todo el mundo está dispuesto a sacrificar y es que escuchar un vinilo en el tocadiscos supone todo un ritual ya de por sí: elegir el elepé del estante, ponerlo en la bandeja y colocar la aguja para luego sentarte a disfrutar de esa dulce melodía.
En Valladolid no hace falta buscar en internet para encontrar auténticas joyas de este formato ya que entre sus calles podemos encontrar dos tiendas dedicadas al mundo del disco y el vinilo, dos rincones cuyos dueños llevan la tradición musical no solo entre sus estantes sino también toda su vida.
Uno de estos rincones es Discocenter, de Carolina González, ubicada en la calle Alonso Pesquera desde hace seis años, aunque ha tenido varios locales en la capital, y reconoce que es “herencia de la familia, siempre estaba trabajando con ellos, hasta que al final me quede aquí”.
González señala que estamos en pleno “auge del vinilo” y la tienda no se ve afectada por el mundo digital, aunque confiesa que hace años ha habido épocas peores debido principalmente a “la piratería” ya que la gente empezó a “depreciar que un disco original costará quince euros”, pero ahora mismo es algo que “se aprecia mucho más, sobre todo el formato de vinilo”.
La propietaria de Discocenter destaca que la “juventud está empezando en el mundo del vinilo” y que aunque un adulto puede tener un mayor poder adquisitivo, estos jóvenes, de entre 15 y 17 años comienzan a interesarse por este formato musical.
La pandemia ha pasado factura en mayor o menor medida, sin embargo, en Discocenter las ventas han ido bien “a raíz de estar todos confinados todo el mundo escuchábamos lo que teníamos en casa y queríamos aumentar la colección. Desde ese momento ha habido mucha demanda de vinilo”.
Además, destaca la importante diferencia entre escuchar música a través de plataformas como Spotify y un tocadiscos, ya que se “va a notar nada más ponerlo, no tiene nada que ver un formato con otro”.
En cuanto al otro rincón de música de la ciudad no lleva tantos años en la ciudad pero es heredera de la mítica tienda de Charly Blues que permaneció abierta durante 32 años y desde octubre, Antonio ‘Otto’ López y José Miguel Sebastián brindan a Valladolid de música de todo tipo en su tienda de la calle Torrecilla, Disconautas.
Sebastián reconoce que el “catalizador principal” que motivó a ambos amigos a abrir la tienda fue Charly Blues, Carlos Pedreño, del que quisieron recoger el legado al tener que jubilarse por enfermedad.
Otto, por su parte, recuerda que su primer vinilo procedió de la tienda de Charlie, al que veía como “ese hermano mayor que me ha faltado, no solo era una tienda de discos”, Charly le hizo avanzar en la música al enseñarle a ver detrás de lo comercial y otros géneros, a “no contentarme con lo que me ponían delante, musicalmente” y para llevar la tienda recuerda como la llevaba el mítico Charlie, que siempre intentó tener “todo tipo de géneros, alternativos, cosas poco conocidas, ya sea de grupos humildes o locales, y también pensando en todos los bolsillo”.
Y reconoce que al final no abrieron la tienda por “hacer funcionar un negocio únicamente, hay una motivación más. Intentamos mantener ese espíritu, aparte de ayudar a nuestro amigo a que permanezca este tipo de tienda en Valladolid”.
La tienda, como es de suponer esta arropada por el espíritu de aquel Charly Blues, del que tienen aún una gran colección de música de la vieja tienda e incluso aprovecharon algunas de sus estanterías, “el nombre de Charlie esta por la tienda, esta presente, en nuestro cartel, pero nosotros somos Disconautas, somos otra cosa”.
Homenaje a Charly
Ambos dueños de Disconautas han aprovechado para señalar que el sábado, 11 de junio, mucha gente acudirá a la Plaza Federico Wattenberg en el que darán sentido homenaje a este mítico de Valladolid, organizado por Vielba del grupo Arizona y estarán acompañados de otros muchos músicos de la ciudad desde el vermú hasta la noche.
Sebastián destaca la buena acogida de la tienda en la ciudad, pues ha habido un “pensamiento unánime de la gente en dar las gracias por tener un espacio donde poder recuperar aquello que construyo Charlie, que no solamente era ir a comprar discos, era ir a charlar un rato de música, escuchar un disco que te ponía Charlie y que no conocías, digamos que era tener un espacio para el aficionado a la música”.
El local esta repleto de discos, vinilos y algunos casetes, incluso algún disco láser o de piedra, de todos los estilos para cubrir cualquier gusto posible del aficionado, además también se puede escuchar música en la tienda ya que tienen unos tocadiscos para que el cliente pueda disfrutar brevemente de su música favorita antes de hacer la compra, y como curiosidad, tienen una pizarra colgada en la pared, con un buen esquema de la historia del rock and roll para las charlas de música que suelen darse en el local.
A estos dos emprendedores no les asustan las actuales plataformas como Spotify o YouTube ya que “hay mucho público aún que le gusta venir a ver, tocar lo físico y a tenerlo, entendemos que esos canales de distribución existen y que es una herramienta para conocer grupos para las personas”, afirma Sebastián.
Por esto, Otto explica que no es “un enemigo”, ya que hay gente que desea tener esa música en físico, “lo que no tienes, no lo tienes, puedes escucharlo sí, pero no lo tienes. Es lo que defendemos, lo físico, el abrazo, el tocarnos” ya que es algo que en la pandemia “echábamos de menos” pues con la música ocurre lo mismo, “es lo que defendemos con esta tienda”.
Ambos aficionados a la música pusieron en marcha la tienda antes del fallecimiento de Carlos Pedreño, y se muestran satisfechos de que haya podido disfrutar de esta, “le emocionaba el hecho de saber que la tienda iba a estar” señala Sebastián mientras que Otto afirma que su amigo tuvo la oportunidad de mostrar cuanto le gustaba en vida, lo que “es una de las mayores motivaciones” que ha podido tener, “es un gran esfuerzo para nosotros, tenemos otro trabajo” y lo está haciendo por Charly.
El formato del vinilo según Otto, no es “cosa del pasado”, ya que todos los grupos editan en vinilo e incluso hay algunos que ya no lo hacen ni en cd y defiende que se escuche al artista, tal como “concibió su obra”, ya que indica que los trabajos editados en vinilo obligan a escuchar la música en un orden, “orden que el músico ha decidido, y en ocasiones hay una historia detrás”. Algo que el formato físico ofrece y las plataformas de streaming no.
En cuanto a Sebastián asegura que a pesar de las modas, el vinilo es algo que se encuentra casi todos los días en las noticias, lo que le da una “visibilidad que a lo mejor hace diez años no tenía” de manera que aunque sea del pasado, “esta en el presente porque se están haciendo vinilos nuevos y reediciones”.
Finalmente la respuesta del público ha sorprendido gratamente a los dueños de Disconautas, ya que vienen incluso los más jóvenes, ha destacado Otto, y pone el ejemplo de “un chico de 14 años a por un disco de Kiss de 1975 u otro de 11 años que está aprendiendo a tocar la guitarra y se lleva el primer disco de AC/DC”, a lo que añade finalmente que se recuerda a él mismo de joven, al ir a la tienda de Charlie y aprendía todo cuanto podía sobre música y ahora está “viviendo lo mismo con otra gente más joven y es algo muy gordo que no se puede explicar”.