Cocinando pollos a 200 grados en plena ola de calor
Alberto Martínez, propietario del 'Todo Pollo' en Valladolid, nos explica lo que es trabajar con las altas temperaturas que están acompañando los últimos días y con un horno a pleno rendimiento
14 junio, 2022 07:38Valladolid, comienzo de semana. Miramos al termómetro: 36º al sol. Cerca de las 15.00 horas de la tarde. El calor aprieta. La ola continúa en la ciudad del Pisuerga y lo va a hacer los próximos días, al menos hasta el viernes, con el mercurio rozando los 40º.
“Lo llevamos. Con este calor se trabaja peor. Dentro del establecimiento se concentra una temperatura que ronda los 45º. Es un sitio muy reducido y el problema está en que no puedes sacar el calor. Por más que lo intentas no sale”, cuenta en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León Alberto Martínez.
Él es el propietario, desde hace 20 años, del ‘Todo Pollo’, establecimiento ubicado en la calle Portillo del Prado número 10, dentro de la ciudad del Pisuerga, y en concreto en el barrio de la Rondilla. Un lugar que atesora 53 años de historia y que cuenta con una larga tradición familiar, de los Bombín.
El local, de 35 metros cuadrados. El horno, trabajando a 200º y el ventilador, alojado en el interior, que trata de “combatir el calor” haciendo que “el aire caliente salga” del establecimiento.
“Combatimos el calor con agua. Cada poco tiempo estamos refrescándonos. Salimos, nos turnamos. Intentamos refrescarnos con agua bien fría. Somos cuatro personas y, por suerte, nunca hemos tenido sustos ni golpes de calor, ni de la plantilla ni de clientes. Gracias a Dios”, apunta nuestro entrevistado.
Superando la pandemia y combatiendo la subida de precios
“El negocio va bien. La época buena nuestra es esta, la del calor. Cuando la gente no quiere cocinar. Tuvimos que cerrar en la pandemia, dos meses, y luego empezamos, no de cero pero casi. Luchamos y seguimos como hasta esa fecha”, asegura Alberto.
El ‘Todo Pollo’ estuvo cerrado desde marzo y hasta mayo de ese fatídico año 2020, pero desde entonces no ha tenido que volver a cerrar. La gente volvió a responder comprando los productos que oferta y, ahora, están prácticamente en cifras similares a antes de la pandemia.
“La subida de precios por la guerra en Ucrania nos repercute mucho. Hemos tenido que aumentar los precios porque ha subido todo. Productos que hacía muchos años que no veían crecer su precio, como el pollo, que oscilaba entre 5,10, 15 céntimos más al año, ha experimentado una subida de entre 60-70 céntimos, estamos hablando en kilos”, afirma.
Todo mirando de reojo a la guerra de Ucrania que ha hecho que la cesta de la compra se encarezca, como todos hemos podido comprobar.
Con el objetivo de seguir
En el establecimiento de Alberto ofrecen “lo básico”. La especialidad es “el pollo asado”. “No tiene truco. Ni especias, ni nada. Se asa con ajos, sal y un poco de manteca”, asegura. Algo básico que triunfa porque las colas, sobre todo los fines de semana, se pueden apreciar desde lejos.
Ahora también se están especializando en elaborar otros platos como “ensaladilla rusa o patatas alioli”, elaboraciones que “no están fuera de lo normal” y que “sirven para acompañar al pollo”.
“El pollo gusta y hay clientes habituales que vienen todas las semanas. El objetivo es el de seguir con el negocio si nos acompaña la suerte y nuestro trabajo”, finaliza.
Y lo hace sudando, con el calor que agobia a todos los vallisoletanos en estos días tras una dura jornada de trabajo.