“Estoy aquí para agradecer a la ciudad y a toda España los diez años que estado en mi negocio. Para mí ha sido un éxito personal poder luchar y estar a la altura. Estoy muy agradecida a muchas personas, sobre todo en estos dos últimos años desde que llegó el virus. Han sido importantísimas para ayudarme a llegar donde estoy”, asegura Hortensia dos Santos, más conocida como ‘Romy’.
Tras una década al frente del ‘Café Fado La Portuguesa’, este establecimiento hostelero ubicado en la calle de la Estación de la capital del Pisuerga ha puesto el punto y final a su actividad este jueves. Ha bajado su persiana por la jubilación de su dueña. Uno de los restaurantes más emblemáticos de la ciudad dice adiós.
“Quiero dar las gracias de corazón a todos y me gustaría decir que siento, de verdad, irme. La situación me ha superado: el agotamiento físico y moral. Aunque no lo parezca tengo 67 años y llevo trabajando desde los 11. Se me han acabado las pilas”, asegura ‘Romy’.
Se trata de una despedida “agridulce”, añade la profesional de la hostelería. Por un lado “le da mucha pena” y por otro lado “se alegra para disfrutar lo que le queda de vida con salud”. “Seguiremos viéndonos en Valladolid”, añade.
Afirma que “no va a dejar de ser quién es ni con el bar, ni sin el bar” para continuar siendo ‘Romy La Portuguesa’. Con “momentos amargos y dulces” y “mucha lucha y sacrificio para llegar donde ha llegado”.
“Solo ha habido un Dalí, un Picasso y una Romy, La Portuguesa. La reina de las sartenes”, finaliza la lusa.
El coronavirus, aderezado con la crisis de precios marcada por la inflación desde el comienzo de la guerra de Ucrania está poniendo en jaque a muchos negocios, sobre todo en la hostelería, obligados a echar el cierre.