La novillada de abono de esta noche en Sevilla nos ha devuelto a tiempos pasados. Por fin unos novillos con casta, que puede ser de la buena o de la menos buena; brutotes algunos, nobles cuando se les ha sometido, rajado el quinto y más que peligroso el sexto; con un conjunto de buena presentación, destacando segundo, tercero y cuarto. Es lo que ha mandado Dª Clotilde con el nombre de Buenavista.
Con el primero y el cuarto, Curro Durán, hijo del matador del mismo nombre que Madrid lanzó a las ferias, ha estado en torero castellano, tan lejos de su Utrera natal. Ha dominado la transmisión del primero en la muleta por la derecha y no lo ha conseguido por la izquierda, lo que logró de manera inversa en el cuarto, donde cortó una oreja. Ha sido efectivo con la espada y se debe destacar el toreo por bajo al principio de las faenas que ayudaron a las buenas embestidas que le regalaron sus novillos.
No fue la mejor noche de Marcos Linares, quizás por los nervios, quizás por la mala lidia en ambos de su desacertada cuadrilla. Lo cierto es que si con el rajado 5º se demostró animoso y con ganas, en el 2º pagó el efecto de lo duro que se castigó en varas, cuando se le apagó demasiado pronto en la muleta. Debe, según mi opinión, perseverar con el capote y tener variedad. Hay más que chicuelinas. Escuchó palmas en los dos al saludar.
Mario Navas quiere ser torero. Es más, es torero con proyección. Le sale la vocación por los poros de su cuerpo, tan abelmontado hasta en posición de observar, con montera calada, el tercio de banderillas de, esta sí, buena cuadrilla. Cuajó verónicas rodilla en tierra que parecían sacadas de la célebre fotografía de Ordoñez que inmortalizó Arjona.
Domina y se gusta con el capote, variado y valiente en quites. Las verónicas arrancaban olés sentidos y de un quite por gaoneras salió ileso de milagro. Entendió a su primer novillo con gusto tanto por la derecha como por la izquierda y sus pases de dominio como de adornos tienen hondura. Nadie se explicó el por qué el buen presidente y mejor aficionado le negó la oreja. Luque Teruel, que ha sido el usía, debió contar mal los pañuelos que solicitaban la oreja, que eran, como mínimo, los mismos que la solicitaron y concedió a Duran. Conociendo su sensibilidad no dudo que no habrá conseguido dormir de un tirón. La justicia, que conoce, debe imponerse por la ilusión de los novilleros e incluso por su proyección.
Incidencias
Tuve la oportunidad de ver y comentar la novillada con Carlos Fernández, un aspirante a novillero mejicano, hijo del célebre matador de toros El Quitos. Y nos fijamos en la torería de Curro Javier, de Juan José Domínguez y de Roberto Blanco con capote y banderillas; el primero con Durán y los dos últimos con Navas, como sus picadores Alberto Sandoval y Carlos Pérez.
Lástima que solo un cuarto de plaza nos entretuvimos con el festejo, justo en duración, y a estocada por novillo salvo el 5º que pinchó una vez Marcos Linares. Por cierto, ¿sería el derrame que produjo la más de medio estocada -de perfecta colocación- que Mario Navas endilgó a su oponente la causa de la oreja no concedida? Lo de Pepín Luque sigo sin entenderlo…