La angustia por las llamas y el fuego marcó la jornada de este jueves, también en la provincia de Valladolid. Todo tras declararse un incendio en la Reserva natural Riberas de Castronuño – Vega Duero, uno de los parajes naturales más fantásticos de la provincia de Valladolid y de toda la Comunidad.

El alcalde de la localidad vallisoletana, Enrique Seoane, siguió en todo momento la evolución de las llamas. “Bajé en los primeros minutos, a las 14.30, aproximadamente. Creció muy rápido y se extendió de manera impresionante. Cuando llegué, el incendio era muy grande”, cuenta el primer edil en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.

El regidor confiesa que las primeras dotaciones de bomberos llegaron “muy rápidas” y que “los dos helicópteros hicieron un trabajo excepcional”. Además, la vía del tren se cortó desde el primer momento ya que el incendio, declarado en el término municipal de Castronuño, comenzó cerca de la carretera y la vía se encontraba cerca.

“Lo seguí con mucha preocupación. A nadie le gusta ver un fuego. Teníamos miedo de saber hasta donde podía llegar”, añade el alcalde que asegura que “a las 17.00 parecía controlado pero que posteriormente volvió a reavivarse”.

Por la noche bajó a nivel 0 y se dio por controlado gracias a ese buen trabajo de los profesionales y también a los vecinos que ayudaron en todo momento a que el fuego no fuera a más.

“La sensación ha sido que los helicópteros han sido fundamentales y también la cercanía del río para frenar el avance de las llamas”, añade Enrique Seoane que espera para saber el número de hectáreas arrasadas, pero afirma que “puede haber centenares” y añade que “podía haber sido mucho más grave”.

El primer edil pide “responsabilidad” a administraciones y vecinos para que no vuelva a suceder. “Si se hubieran alineado los astros de peor manera tendríamos todo el monte quemado”, apunta.

Una zona bella y natural que está en el corazón de todos los vallisoletanos y que ayer nos dio un buen susto por culpa del fuego.

 

 

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