En ocasiones hay historias que superan a la ficción. Pero por suerte, siempre hay héroes que están para restablecer la tranquilidad. Ayer, un niño de solo tres años salió a la calle Casasola de Valladolid para pedir ayuda. Lo hizo al grito de “mi madre está muerta” durante la pasada madrugada.
El niño, totalmente asustado, no iba desencaminado. Había comprobado cómo su madre se desplomaba en la casa. Pero no era un problema de salud, era que estaba en estado de embriaguez. Una vez en la calle, una mujer escuchó el lamento de la criatura y llamaron a la Policía Nacional, que fueron los que se encargaron de recoger al niño y llevarlo a su casa tras cuidarlo durante casi dos horas, según ha confirmado fuentes de la policía a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.
Una historia con final feliz que ha sido narrada por el sindicato Jupol en las redes sociales. “Menos mal que vieron que sólo estaba borracha. Gracias por cuidar de él durante dos horas, sois unos ángeles”, han escrito junto a una foto en la que se muestra el momento en el que es acompañado hasta casa, con un peluche entre sus manos.