No es de extrañar ver artistas callejeros ofreciendo su arte al público si paseamos por el centro de Valladolid. Sin embargo, esta vez los vallisoletanos se han encontrado con una gran y original sorpresa por la calle Santiago de Valladolid. Se trata del gran oso pardo que circula por las calles céntricas de la ciudad vallisoletana para tomarse fotos con todo tipo de gente que pase por allí para ganarse la vida. El hombre que se encuentra dentro de ese voluminoso disfraz (cuya identidad no ha querido desvelar) es colombiano y ha estado viajando con su alter ego de 'Yogi' por ciudades como Madrid y Palencia.
"Realmente más que ser un trabajo es mi vocación, me encanta que la gente sonría al verme disfrazado. En parte no importa el bochorno o el calor que paso aquí dentro porque lo entiendo como una forma de trabajar y de generar ingresos.", apunta el oso mientras anima a un niño pequeño a sacarse una foto con el.
El joven colombiano subraya que es autónomo y que este es su único trabajo en el que recalca que "no me puedo quejar, no me va nada mal". Y es que entre Palencia y Valladolid este joven artista ya lleva tres meses bajo la fachada de 'Yogi'. En Madrid ya cuenta con un poco más de experiencia, concretamente un año.
"Tengo varios disfraces el de oso pardo, oso panda y un koala. Me llamó la atención Valladolid porque me parece una ciudad muy linda en infraestructuras, hay bastante gente y por lo general son bastante amables y disfrutan mucho con lo que hago.", comenta entre la rejilla del disfraz.
Lo que realmente sorprende a la gente que pasa alrededor de 'Yogi' no es solo su gran tamaño, sino que las frases de los pucelanos cuando ven al oso se remiten a: "Buf, que calor tiene que estar pasando".
El hombre, que se considera artista callejero, comenta que el calor es secundario a la hora de trabajar y que lo importante es hacer lo que le gusta. Sin embargo, hay cosas de la ola de calor que no puede pasar por alto. "Dentro del disfraz tendré alrededor de 40 y 43 grados. Aquí dentro tengo una botellita de agua y con eso sobrevivo.", explica.
Sin embargo, el joven artista afronta con alegría la situación sacando la parte positiva de su trabajo. "Lo que más me gusta es la interacción que tengo con la gente, el intentar que se lleven un bonito recuerdo. A veces la gente suele ser un poco cerrada, pero cuando ven al oso corren para hacerse una foto y se les ve contentos.", concluye mientras se pone a bailar.