En una sociedad que avanza cada vez más hacia la integración del colectivo con discapacidad, muchas son las personas que encuentran en el deporte su refugio particular. 'Tite', que ha dedicado 20 años de su vida a la natación y al piragüismo, puede presumir de éxitos en forma de medallas, un reconocimiento que no oculta las duras sesiones de entrenamiento y un esfuerzo marcado por las limitaciones derivadas de las malformaciones de sus piernas.
Enrique Navas (Valladolid, 1993) nació con problemas en sus piernas. Al año de vida le tuvieron que amputar su pierna derecha y recuperar la izquierda, esta última carece de peroné, cartílagos en su rodilla y tiene el pie fijado a noventa grados. Con toda esta situación no ha renunciado a la práctica del deporte que inició a los nueve años. "El deporte y la vida en general me han hecho muy fuerte y me han permitido ver las cosas desde otra perspectiva. Especialmente he logrado sacar lo positivo de las situaciones que nos suceden".
Su historia, de superación y reinvención constante, está plagada de éxitos en natación desde que comenzó en 2005 en el Campeonato de España celebrado en Córdoba. A partir de ahí logró alzarse con la medalla de oro durante catorce años antes de pasarse al piragüismo: "Te cuelgas una medalla y la gente te aplaude. Son muchos años de entrenamiento, pero lo importante no son los años, sino el día a día: cuentan los entrenamientos, la alimentación, el descanso y ciertas cosas que no puedes hacer por dedicarte enteramente a ello. Cuando ganas una medalla hay mucho trabajo detrás que es lo que realmente hay que valorar y no la foto".
El joven, al margen de las más de 100 medallas logradas en su totalidad, realizó un reto de 10 kilómetros a nado en un tiempo de 2 horas y 47 minutos. "La energía la sacas gracias a la ilusión y las ganas de competir. Hay veces que tienes que dosificarte yendo a los campeonatos más importantes", ha indicado. Un problema que trasciende más allá del cansancio. "Gracias a mi empresa, Cee Integra, puedo disputar los campeonatos en Galicia, Asturias e incluso Andalucía". Sin embargo, su gran oportunidad tendrá lugar el próximo 26 de octubre cuando disputará en la localidad portuguesa de Ponte da Lima, su primera cita internacional con el Campeonato del Mundo en la modalidad de maratón a la espera de conseguir algún patrocinador para el evento.
En la actualidad es el conserje del Centro de Alto Rendimiento Río Esgueva en Valladolid, un centro que lo vio crecer durante una década: "Gracias a la Junta de Castilla y León obtuve una beca que me permitió conocer un montón de lugares, abrirme puertas en el aspecto laboral y tratar deportistas de alto nivel", ha subrayado el piragüista acerca de su experiencia en el centro deportivo.
Al margen de su labor profesional, la cual le quita mucho tiempo, ha sido padre hace ocho meses, una tarea que le ha obligado a reducir sus entrenamientos de cinco a tres horas en el Río Pisuerga. "No puedes descansar igual y no dispones del mismo tiempo que antes. Le tengo que agradecer a mi entrenador, Luis Padín, a mi equipo, el Breogán y a mi mujer todo el apoyo y ayuda para seguir disfrutando del deporte.". Una situación idílica a pesar de los malos momentos: "Cuando tienes un día 'regular' y ves la sonrisa de tu hija, no lo cambiaría por nada del mundo"
La integración de personas discapacitadas, una asignatura pendiente
Enrique, además de deportista, da conferencias sobre discapacidad. Un término al que prefiere referirse como 'di-capacidad' en su lucha por normalizar una situación que cada vez más gente va naturalizando. "Se está integrando bastante a la gente con algún tipo de discapacidad, pero aún falta mucho trabajo sobre eso. Por ser muy positivo y muy 'echado para adelante', nunca he sido rechazado ni he sufrido nada de bullying, pero creo que hay personas que tienen ciertos miedos a salir a la calle por tener algún problema de este tipo", ha relatado.
Al mismo tiempo, demanda "más apoyo" y que "no se les marque con el dedo por sufrir una discapacidad. Se ha avanzado mucho y a día de hoy se está integrando a este colectivo, pero falta un poco para que la gente se sienta del todo cómoda". Por último, lanza un mensaje: "Hay que mentalizarse de que un día estás perfectamente y al siguiente puedes tener un percance grave y quedarte toda la vida con muletas, por ejemplo".