Primera novillada del XXII Piñón de Oro de Pedrajas de San Esteban con motivo de sus fiestas patronales en honor a San Agustín. Casi tres cuartos de entrada. En el cartel, un malagueño, Curro Márquez que sustituía al mexicano Pablo Martínez, y un vallisoletano, José Manuel Serrano.
Se lidiaron cuatro novillos de la prestigiosa ganadería de Zalduendo. Bien presentados, serios, enseñando las puntas, nobles y con fijeza a excepción del tercero. Destacó por encima de ellos el corrido en cuarto lugar, tuvo nobleza, fijeza y buen ritmo desplazándose por el pitón izquierdo y por el derecho.
Curro Márquez
En primer lugar saltó al ruedo, Zurumbatico, que le tocó en suerte a Curro Márquez, recibiéndole con verónicas y chicuelinas rematando con una media en el centro del platillo. Acudió al caballo con prontitud siendo muy bien picado por Juan Antonio Agudo. Destacó la lidia de Herminio Jiménez “El Chaca”.
Ya en la muleta, después de brindar el torero la faena al público, el novillo pedía todo por abajo y con mucha suavidad porque acudía al cite un tanto rebrincado, recentándole el malagueño tandas por ambos pitones, en las que se alternaban pases de trazo más largo con otros en los que el novillo se quedaba más corto. Le faltó clase en la embestida. Mató de dos pinchazos y estocada tendida. Ovación.
En tercer lugar se lidió el novillo más complicado del encierro, de nombre Relimpio, negro de capa, alto, serio, enseñando también las puntas, un tío, de incierta embestida, de los que piden el carnet. Lo recibió de forma aseada Curro Márquez por verónicas.
Acudió al caballo al relance recetándole Rafa Agudo un puyazo en todo lo alto siendo muy aplaudido por el público. Y lo mismo sucedió en el segundo encuentro. Dos puyazos de mucho mérito, sobre todo el primero por la seriedad del novillo y por la fuerza y velocidad con la que acudió al caballo.
Curro Márquez solventó la papeleta con mucha dignidad, incluso con momentos de buen toreo, porque el “novillo-toro” era una prenda. De embestida informal como se dice ahora, unas veces venía cruzado y otras se quedaba abajo, de los de tragar y vaya si lo hizo el malagueño. Mató de pinchazo, estocada y varios golpes con el verduguillo. Ovación.
José Manuel Serrano
Se corrió en segundo lugar, un toro castaño, capirote, Drogisto de nombre, que fue recibido por Serrano por verónicas rematadas con una media. Bien en las banderillas Rubén Sánchez y Juan Cantora.
Con la franela, el vallisoletano estuvo a la altura del buen novillo de Zalduendo, tanto con la mano izquierda como con la derecha, sobre todo cuando a partir de la tercera tanda decidió bajarle la mano logrando momentos de brillantez que llegaron mucho al respetable. Mató de estocada. Oreja.
El último de la tarde, fue el novillo más completo, de nombre Bromista, negro, bien hecho y serio. Le recibió Serrano con un ramillete de verónicas rematadas con una media en el platillo que puso a la plaza en pie.
El novillo desprendía nobleza y se desplazaba por ambos pitones percibiéndolo el vallisoletano rápidamente, sacando su mejor repertorio. Torero de clase y de desmayo, inició la faena por la mano derecha y a medida que transcurría la misma fue bajando la mano lo cual el novillo agradeció porque es lo que pedía: mano baja y sometimiento. A partir de ahí llegaron los momentos más estelares de la tarde, con un Serrano muy metido en la faena y relajado, disfrutando en la cara del novillo, y con un público entregado.
Bravo el novillo que se encontró con un torero que supo y tuvo capacidad para estar a su altura. Remató la faena con unos ayudados por bajo engarzado con un pase de pecho. Estocada arriba. Dos orejas. Salió a hombros por la puerta grande.
Hoy, segunda novillada con los legendarios jaboneros de Prieto de la Cal.
Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio por Francisco González Plaza, aficionado y asesor del coso durante años. A continuación, la banda de la Asociación Musical Perindola, bajo la dirección de Ismael Clary Capellán, interpretó el himno nacional.