Boecillo ha vuelto a vibrar con el jazz un año más. Este sábado el municipio vallisoletano ha celebrado la última noche de sus XVI Veladas de Jazz, con las que cada verano trata de recuperar un estilo que, aunque no está de moda ni es el más escuchado en las listas musicales, no deja de emocionar a quienes no se pierden esta cita anual. Población local y amantes de este estilo musical llegados desde otros lugares han disfrutado de la edición más internacional de estas jornadas que ya cargan las pilas para el año que viene.
El grupo Menil Swing ha sido el encargado de poner fin a las Veladas de Jazz de este 2022. La formación, compuesta por Javier Sánchez a la guitarra; Aldo Aguirre al violín, en sustitución de Raúl Márquez; Christian Pérez al contrabajo y Arturo Záldivar como cantante y guitarrista, ha traído a Boecillo la música que marcó la década de los años 30 del siglo pasado. Menil Swing emocionó a los espectadores con el estilo del que hacen gala, el gipsy jazz o jazz manouche, de origen francés.
El grupo cumplió lo que prometía, "un repertorio de música swing francesa de los años 20 y 30 y unas melodías maravillosas, una música muy bailable, muy animada y temas muy agradecidos de escuchar para el público que no entiende especialmente de jazz", tal como señalaba el guitarrista Javier Sánchez.Menil Swing es puro jazz, incluso en su nombre, inspirado en el distrito de París Menil Montant, ubicado en lo más alto de la capital francesa. Este lugar acogió, en la década de 1930, a los artistas más importantes de la historia del gipsy-jazz, como Django Reinhardt o Stèphane Grappelli, así como a otros artistas destacados de la época, de la talla de Edith Piaf o Maurice Chevalier. Precisamente, Django Reinhardt es una de las principales influencias de Menil Swing, un artista que, influenciado por la música jazz que llegaba de Estados Unidos, creó un estilo muy particular, "sin batería, ni viento, cuando todos los grupos de jazz tenían estos componentes", recuerda Sánchez.
La música llenó, por aquel entonces, las noches parisinas en las calles, los teatros y los cafés del distrito más bohemio de la capital de Francia, y ayer Boecillo se sintió como aquel París de los años 30, el más musical, virtuoso y original en cuanto a interpretaciones de la historia, gracias a Menil Swing. El grupo no solo interpretó canciones de aquella época, sino también composiciones propias, en un ambiente de diversión en el que quedó demostrado que "también se puede acercar el jazz al público en sitios pequeños como Boecillo, y en directo la gente se da cuenta de que no es una música tan lejana".
En el panorama nacional, "cada vez hay más y mejores músicos de jazz, más jóvenes y más escuelas dedicadas a la enseñanza, y aunque es una música bastante minoritaria, hay que apostar por ella", destaca Javier Sánchez. Y así lo ha hecho Boecillo con la decimosexta edición de las Veladas de Jazz. El evento dio comienzo el pasado 6 de agosto, con la actuación de Tara & The Jazz Bombs. Continuó el día 20 con Carlos Fischer Band, y finalizó ayer, 27 de agosto con Menil Swing. El Parque El Tejar de Boecillo ha sido el escenario que ha acogido el evento durante las noches de estos tres sábados de agosto, y la entrada ha sido libre en las tres jornadas.