Una autocaravana del año 92, el nuevo hogar de este vallisoletano con alma de aventurero
Álvaro Guerra ha dedicado seis meses de trabajo en reformarla pero reconoce que ha merecido la pena ya que se siente "como en casa"
3 septiembre, 2022 07:00Las autocaravanas siempre han sido la mejor vía de escape para aquellos que tienen alma de aventurero. Un viaje puede convertirse en inolvidable si el trayecto es diferente. Él es Álvaro Guerra, un vallisoletano que ha decido apostar por este medio de transporte y de vida. Como ha señalado, se trata de una forma de llevar “la casa a cuestas”.
Su nuevo hogar es del año 92 y decidió que fuera esa porque es “muy resistente y duradera”. Tras investigar sobre este mundo, el vallisoletano apostó por la autocaravana que le acompañaría en todos sus trayectos. “Los motores antiguos son más longevos y es mucho más fácil reparar las cosas”, además ha afirmado, entre risas, que su mecánico le ha asegurado que en caso de necesitar repararla solo le hace falta “un trapo, unas bridas y una llave inglesa”.
Una pasión que viene desde que era muy pequeño, pero que ha podido cumplir a día de hoy. “Yo la compré la última semana de agosto del año pasado. Fui a Valencia a por ella y realmente ya estaba camperizada pero no como yo quería. Decidí reformarla entera y hacerla a mi gusto”, asegura Guerra. Y es que esto último es, si cabe, lo más importante de todo: “sentirte como en casa”, una sensación que ha confirmado que esta nueva compañera de aventuras le transmite en cada viaje.
Su padre ha sido un gran protagonista en esta historia, el encargado de hacer la parte ardua, es decir, “el cableado y todo lo que tenía que ver con fontanería”. En definitiva, las cosas que a Álvaro se le “escapaban”. Él ha sido quien ha reformado la parte visual: pintar, poner el suelo, decorar todo y dejarla a punto para que luzca su mejor versión. La reforma total ha sido desde septiembre hasta marzo, seis meses de absoluta dedicación: “Pasaba mínimo cuatro horas en la reforma, había fines de semana que estaba desde las diez de la mañana hasta las tres de la madrugada”. Un esfuerzo que, sin duda, ha merecido la pena.
Viajar no es difícil, “al final llevas contigo todo lo que necesitas”. Hay aplicaciones que te orientan sobre dónde puedes estacionarte o los niveles de ocupación que existen. Lo más bonito, reconoce, es que “en invierno, por ejemplo, a las seis ya es de noche y pese a estar en una caravana te sientes como en casa”. Una sensación “muy bonita e inexplicable”
Su viaje más largo ha sido a Los Alpes, donde ha podido disfrutar de unas “impresionantes vistas y una inmejorable estancia”. Sin embargo, también ha reconocido que tiene una parte negativa: “El dormir por ahí no es fácil, hay sitios y municipios que pone que los vehículos en los que se puede dormir, no tienen permitido estacionar. En verano hay alternativas porque te vas a un camping, pero en invierno están cerrados. Si no lo llevas organizado de primeras, puede ser un caos”.
Una afición que viene desde que eres un niño, así lo considera el vallisoletano. “Ves a gente que lleva la casa a cuestas y es distinto”, asegura. El sueño lo ha cumplido siendo joven y es que desde hace tres años tiene “un trabajo que me permite viajar y esta es la mejor forma de disfrutar de cada estancia”.
Tras dos años ahorrando, el sueño se ha cumplido y a día de hoy cuenta con su propia autocarvana para desplazarse por todos los puntos del mundo que desee. El siguiente lo tiene claro: “Me gustaría hacer un tour por el norte de España. Dos o tres meses parando en distintos puntos y disfrutando”.