Las aulas se abrieron este viernes y la educación es algo de suma importancia para los más pequeños. Para su formación tanto en ese ámbito, como en el personal. Todo asociado a una buena salud mental, lastrada en las últimas fechas por los acontecimientos negativos que nos han tocado vivir como la pandemia del coronavirus o la crisis derivada de la subida de precios por la guerra de Ucrania.
Diego Olivar Aldudo, vallisoletano de 38 años y que lleva desde hace 12 en el mundo de la docencia, trabaja en la actualidad en la Consejería de Educación de Castilla y León y es un defensor, a ultranza, de la buena salud mental. Por ella apuesta, día a día.
El pucelano, amante del deporte, de la investigación y de pasar un buen rato con su familia y amigos defiende la inclusión de una asignatura, en toda la etapa de educación obligatoria, sobre educación emocional.
P.- ¿Cuánta importancia tiene la salud mental en el día a día de cada persona?
R.- La OMS define salud como estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Es decir, sin salud mental no estamos bien, no tendremos bienestar y mucho menos seremos felices. La salud mental, con todo lo que ello implica, es lo que nos permite vivir disfrutando de la vida o habitar en un estado de supervivencia continuo. Por lo tanto, la importancia es vital.
Según un estudio europeo de prevalencia de los trastornos mentales en Europa, cada año casi 165 millones de personas sufren un trastorno mental. El estudio calificó los trastornos mentales como “el mayor desafío de la Europa del siglo XXI”. Ante esto, la pregunta es: ¿Lo estamos tomando en serio?”
La gestión de nuestras emociones, pensamientos y situaciones, que vivimos en el día a día, nos permiten ver la vida desde un prisma alegre, de agradecimiento, de amor hacía los demás o con una visión pesimista y triste de lo que nos rodea. Y esa visión de la vida propia, es la que hace que podamos ser felices o infelices.
P.- ¿Cree que tras la pandemia la salud mental ha quedado gravemente dañada?
R.- Los datos son lo que hacen ver cómo estamos y ahora mismo indican que algo debe cambiar porque somos líderes europeos con mayor prevalencia de problemas de salud mental entre niños/as y adolescentes según el último informe de UNICEF, el aumento de venta de antidepresivos ha llegado casi a 50 millones y casi un 25% de jóvenes entre 15 y 29 años han consumido psicofármacos el último año según el Barómetro Juvenil. Salud y Bienestar. Es decir, la pandemia ha evidenciado aún más un problema que ya estaba encima de la mesa.
P.- ¿Se aprecia en las aulas?
R.- Se aprecia en la sociedad en general. Los trastornos del comportamiento en la adolescencia, bien por violencia filio-parental y/o social, constituyen uno de los problemas emergentes en salud mental. Lo que ocurre en los centros educativos es que en estas edades se gesta la maduración biológica, psicológica y social de la persona y ello va a condicionar de forma clave la salud y la enfermedad en la vida adulta. El 70 % de los trastornos mentales, en general, se inician en la etapa infanto-juvenil por lo que una atención temprana puede influir poderosamente en el bienestar inmediato y futuro de la persona.
Hoy en día, además, las conductas adictivas sin sustancias como el ciberadicción y ciberacoso, y ciertos aspectos relacionados con las redes sociales produce que ciertas conductas aún se potencien más y sean para nuestros adolescentes como gasolina en el fuego.
La desinformación y la falta de toma de conciencia sobre la salud mental producen que en muchas ocasiones la sociedad no se dé cuenta de la importancia de un buen cuidado de la misma.
P.- Otro de los dramas en las aulas y en nuestra sociedad es el suicidio.
R.- El suicidio es la principal causa de muerte no natural en España, produciendo 2,7 veces las provocadas por accidentes de tráfico, 13,6 veces más que los homicidios y casi 90 veces más que la violencia de género.
Los últimos datos indican que nos encontramos con el máximo histórico de suicidios, duplicando los casos entre menores de 15 años. Que cada vez más gente considere que la vida no vale la pena es algo que tenemos que reflexionar.
P.- ¿Cómo se puede frenar esto? ¿Qué se debe hacer?
R.- Educar, educar y educar. Que nuestros alumnos y alumnas aprendan cómo funciona todo, o al menor intentarlo. Repito. Podemos encontrar infinitas situaciones personales, psíquicas, o sociales que influyen, pero nuestra obligación como sociedad debe ser intentar parar esta avalancha que estamos viendo en la que nuestros alumnos/as van a ser arrollados sin que lo vean venir y sin que nosotros hagamos nada.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), en el informe publicado en 2018, estimaba para España un 4,2 % del PIB, unos 45.000 millones de euros en coste total de los problemas de salud mental. De ello, el 1,3 % refleja el gasto directo en asistencia sanitaria relacionado con salud mental. El 1,2 % se gasta en programas y el 1,6 % del PIB representan costes indirectos para el mercado laboral debido a la reducción del empleo y de la disminución de la productividad laboral, algo como pueden ser las bajas. Es decir: si el problema ya existe, el 1,3% de gasto de asistencia seguirá, el 1,6% debido a la disminución de productividad también. Por lo tanto: deberemos tomar medidas en ese 1,2% del programa y su utilización para intentar reducir el 2.9 %.
Debemos cambiar nuestras actuaciones; y ese cambio debe comenzar educando desde edades tempranas. Es el único camino real para mejorar. No hay otro.
P.- Objetivo y deseo en el corto y medio plazo que se marca.
R.- Los avances tecnológicos y médicos permiten que vivamos más tiempo, pero menos libres de enfermedad. Esto no significa que vivamos mejor, ni más felices. Mi deseo, a corto y medio plazo, es que se incluya una asignatura en toda la etapa de educación obligatoria sobre educación emocional.
P.- ¿Es viable?
R.- Considero que sí. La nueva Ley, la LOMLOE, en sus respectivos Reales Decretos de enseñanzas mínimas para Educación Primaria y de Educación Secundaria incluye en ambos Reales Decretos un artículo: el 8.3. que expone la posibilidad de que “Las administraciones educativas podrán añadir una segunda lengua extranjera, otra lengua cooficial y/o un área de carácter transversal”.
Esa posibilidad, es el rayo de esperanza para poder impulsar esa asignatura que tanto yo como muchos docentes consideramos tan necesaria.
En la escuela es importante que todo el currículo se impregne de aspectos saludables, para ir todos en la misma línea de tratamiento integral desde las diferentes áreas del conocimiento. Se trata de una educación en hábitos y actitudes que el alumno adquirirá, procesará o infravalorará en función de sus aprendizajes. Ahí está nuestro reto, el de la comunidad educativa y sanitaria al completo y en equipo.
El centro escolar, además del entorno familiar, es el lugar más adecuado para orientar en hábitos de vida saludable. En definitiva, la Educación y sus currículos deberán educar para que el alumnado en un futuro tenga los suficientes recursos como para tomar decisiones de forma autónoma que les haga ser más felices y disfrutar de la vida.