Que levante la mano quien no haya bailado en una verbena ‘que la detengan’, quien no haya movido las caderas al son de la eurovisiva ‘dile que la quiero’ o se haya emocionado con el dueto de Rosas y Espinas. Todas estas canciones llevan el sello del turolense más conocido, porque David Civera existe, y lo hace con más fuerza que nunca. Tras varios años de dejarlo todo por su familia, (y no es una frase hecha), ha vuelto con más ganas y energía que nunca. En la madrugada del sábado 1 para el domingo 2 de octubre (1.30 horas) se convierte en el plato fuerte de las fiestas patronales de Mojados (Valladolid).
Una actuación muy esperada donde no faltarán los éxitos de toda la vida y su último tema que lo lanzó en mayo, a través de un single titulado 'Entre amigos' con el que pretende mandar un mensaje de “buen rollo” tan necesario. El joven de la eterna sonrisa, el cantante del positivismo en cada canción se sube al escenario vallisoletano. Civera es el novio que toda abuela quiere para su nieta y para ella para pasar las tardes de invierno a su lado jugando al chinchón. Nos concede una afable entrevista a El Español Noticias de Castilla y León.
Pregunta. ¿Cómo hago para no parecer que esta entrevista es de un fan?
Respuesta. (Risas). Me mola. Aunque es cierto que la palabra fan es muy amplia. A mí me gusta decir que sois personas que creéis en mi música y en lo que hago. No te preocupes que no se notará. La magia es que entre todos sumemos, pero es cierto que me hace muy feliz cuando me dicen que me siguen.
P. - ¿Dónde ha estado metido hasta hace un año que solo le veía en Cachitos y en Viaje al Centro de la Tele?
R. - Soy un tío muy familiar y cuando nacieron mis hijos (Daniel y Laura) puse en segundo plano el seguir haciendo discos y giras. He volado por libre y me he producido yo solo. Ya no tengo 20 años, tengo 43. Aún así, he hecho mis cosas, luego vino la pandemia y tocó reflexionar. No me arrepiento de haber desaparecido. Todos mis conciertos comienzo con un “perdonadme si me habéis echado de menos, pero prefiero que me echéis de menos vosotros a que me echen de menos mis hijos". Y el aplauso es máximo, así que creo que he tomando la dirección correcta.
Todos mis conciertos comienzo con un “perdonadme si me habéis echado de menos, pero prefiero que me echéis de menos vosotros a que me echen de menos mis hijos"
P. - Familia e hijos, palabras que parecen olvidadas en los tiempos que corren.
R. - Si no hay valores nada se puede desarrollar sólidamente. Como artista necesito estar feliz, tranquilo y en equilibrio, solo así puedo dar lo mejor a mi gente. Yo sé que mis años de primer nivel pasaron hace mucho, pero ahora me siento orgulloso de mi público fiel que después de 25 años creen en mí, en mi música y se van satisfechos de cada concierto.
P. - Y ahora vuelve con ‘Entre Amigos’. ¡Cuánta falta nos hacen!
R. - Sobre todo cuando te prohíben estar con ellos como han hecho en los dos últimos años. Yo siempre presumo de mi familia, hermanos, primos…pero los amigos como decía Julio Iglesias son ‘la familia que elegimos entre extraños’, y es cierto. El amigo te aporta verdades que un familiar por no herirte no te lo dice. Y eso es importante.
P. - Llega a Valladolid (Mojados) mañana sábado a domingo. ¿Algún recuerdo o anécdota que confesar?
R. - Es una tierra que me gusta mucho, sus tradiciones, cuna de buen vino, gastronomía y buena gente. Recuerdo un concierto en Laguna de Duero con más de 20.000 personas. Fue una pasada. Espero que este sea un concierto que guste mucho, que la gente venga con ganas de pasarlo bien y con una receptividad emocional.
Valladolid es una tierra que me gusta mucho, sus tradiciones, cuna de buen vino, gastronomía y buena gente
P. - Y lo hace a las 1.30 horas de la madrugada, ¿cómo hará para meternos en calor y no dormirnos?
R. - Es sorprendente, estoy agradecido que cuenten conmigo, pero es cierto que no estoy acostumbrado a esas horas (risas). Tengo muchas abuelas, personas mayores y niños que me siguen, así que es un horario tardío para ellos, pero sé que harán el esfuerzo por verme. Cuando alguien quiere estar en un sitio, está.
P. - ¿Qué van a vivir los espectadores que se acerquen a las fiestas de Mojados?
R. - Entre lo que canto y hablo será un concierto largo y cercano. Van a sonar todas mis canciones de éxito y se van a sorprender con un repertorio que ha evolucionado con mis últimas producciones. Habrá momentos íntimos, no con canciones lentas, sino más viscerales. Se van a ir satisfechos de escuchar los grandes éxitos con un toque diferente.
P. - ¿Por qué este cambio? ¿Se lo pide la industria?
R. - Me lo pide el corazón y la sensatez. No soy yo de hacer caso a lo que te pide la industria musical. Tengo que crecer con mi público. Hay canciones que no puedes cambiar, pero son muchos años de carrera y hay que darlas toques nuevos.
Hay una generación de jóvenes que me están descubriendo poco a poco gracias a sus padres
P. - Son muchos los artistas que se lanzan a por el público joven con un estilo muy marcado. ¿No le da por el autotune?
R. - Primero pienso en mí, que me haga feliz y que me realice. No me quiero poner en un plano de una canción que no me guste solo porque la industria quiera. No busco las 100.000 reproducciones en las plataformas digitales, pero sí que las que tenga sean viscerales, que lleguen a la gente. Ahora todo se mide en redes sociales y en seguidores, pero yo tengo un público que no consume redes y también me debo a ellos. Hay una generación de jóvenes que me están descubriendo poco a poco gracias a sus padres. No se puede hacer cualquier cosa, al final no se puede ser lo que uno no es.
P. - Después de actuar para medio mundo en Eurovisión cómo lleva hacerlo en pueblos de pocos habitantes.
R. - La gente está con muchas ganas de emoción sincera. Tiene el corazón abierto y queremos estar con la gente que nos hace feliz y escuchar mensajes positivos. Nos quitaron una libertad que jamás pensamos que podríamos perder y hemos aprendido. Ya digo en uno de mis temas: “Empezar otra vez y aprender de lo vivido”. Cuando me pidieron volver, dije que haría canciones que sirvieran de medicina. Soy un tío cuya prioridad es hacer feliz a la gente, mi carisma es ese. No busco otra cosa que no sea ver caras de felicidad.
P. - Vamos a meterle ritmo a la entrevista. Leo que está casado con su amor del instituto. Yo también. ¿Decimos el secreto o nos lo guardamos?
R. - Eso es fácil. Tenemos una mujer que no nos merecemos. (Risas).
Cuando me pidieron volver dije que haría canciones que sirvieran de medicina
P. - ¿A quién le gustaría que la detuvieran?
R. - A algunos que dicen que nos gobiernan y luego no lo hacen. Más de uno y de una debería estar detenido y detenida.
P. - ¿Qué o quién le sigue robando el corazón?
R. - Mis hijos y el público.
P. - ¿En la España actual cuál importa más el orgullo o la visa?
R. - Por desgracia la visa. Pero ni la visa ni el orgullo son buenos. El orgullo tiene que ver con el ego, y al final tenemos que desnudarnos y ser nosotros mismos , como dice Manuel Carrasco “siendo uno mismo en cualquier parte”.
P. - La última. ¿Ha estado en alguna boda y le han puesto una canción suya?
R. - En muchas (risas). Y es un momento de ir corriendo al baño a esconderme. Escucho el ‘pa-pa, que la detengan’ y salgo corriendo. No por nada, pero esa canción ya se baila con una copita y puedo ser el gogo de la fiesta.