“El código ético de Valladolid Toma la Palabra es el que es y tanto María Sánchez, como Alberto Bustos como yo lo cumplimos”, asegura Manuel Saravia, concejal delegado general de Planteamiento Urbanístico y Vivienda en el Ayuntamiento de Valladolid. El concejal de Valladolid Toma la Palabra recibe en su despacho a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
La formación de izquierdas afronta un momento decisivo para su futuro, con la marcha, salvo sorpresa mayúscula de tres de sus pesos pesados: María Sánchez, actual concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad, de Alberto Bustos, concejal de Participación, Juventud y Deportes y del propio Saravia.
A sus 69 años, el vallisoletano defiende “la renovación” en el partido y asegura que “dejaría la política como cargo público” pero que “seguiría colaborando y ayudando en lo que pudiera al partido”.
Hablamos con él de este momento clave en su formación, de la situación política municipal, de las elecciones de 2023 y de otras muchas cosas más en esta entrevista:
P.- La primera pregunta es la que se hace todo el mundo. ¿Será Manuel Saravia cabeza de cartel de Toma la Palabra para las elecciones municipales de mayo del 2023?
R.- Hay varios matices. La elección del cabeza de cartel va por primarias. Nadie lo puede decir. El otro matiz es que, como hemos dicho muchas veces, estamos sujetos a un Código Ético que permite estar en el cargo dos legislaturas que se cumplen ahora. Tanto, por un lado, como por el otro, no puedo responder afirmativamente a la pregunta.
P.- En mayo de 2019 ya prorrogaron en asamblea su estancia en el partido para cuatro años más.
R.- Así es. Estuvimos, tanto María Sánchez como Alberto Bustos y yo, de concejales en la oposición, no en el Gobierno, de 2011 a 2015. De 2015 a 2019 entramos ya en el Gobierno y, en 2019 es cuando aprobamos la prórroga de cuatro años más que se cumplen ahora, en 2023.
P.- Por asamblea, ¿Si se volviera a plantear otra prórroga de cuatro años?
R.- No está previsto.
P.- ¿Se vería con fuerzas para seguir?
R.- Fuerzas sí tengo. La experiencia tiene un lado malo: te acostumbras demasiado. El ir tan rodado te puede hacer perder frescura, pero tienes la ventaja de que no te pierdes en caminos imposibles o en aspectos minúsculos. Sabes moverte. La experiencia es un grado. Hablo por los tres, también por María y por Alberto, y creo que ahora hay más fluidez en el funcionamiento y se consiguen mejores resultados. Por otro lado, creo que la necesidad de ir renovando a la gente tiene sentido.
P.- ¿Cómo valoraría su trabajo en estos ocho años dentro del Equipo de Gobierno municipal?
R.- Es importante subrayar que los dos partidos hemos convivido muy bien. Es cierto que hay diferencias notables que todo el mundo conoce, pero hemos sabido priorizar los acuerdos. Hemos cedido en cosas que no eran tan importante como otras y hemos sabido acercar al resto del Equipo de Gobierno a posiciones que nosotros defendíamos. Me parece que, desde el punto de vista de la coalición, se ha funcionado bien.
P.- En caso de que no siguieran, ¿Quién tendría las papeletas para coger las riendas de Toma La Palabra?
R.- Está abierto. En Toma La Palabra hay, entre afiliados y simpatizantes, más de 1.000 personas. Hay mucha gente que estaría dispuesta y lo llevaría bien.
P.- Lo que sí que está ya en marcha, tras la primera asamblea del partido el pasado 22 de septiembre, es avanzar en esa confluencia entre los partidos que la conforman: Izquierda Unida y Equo y Podemos y Alianza Verde, para las municipales. ¿Qué supone esto?
R.- Podemos no está en Valladolid Toma la Palabra, pero sí está en las conversaciones y la voluntad de configurar una candidatura conjunta. Me parece que el formar una candidatura unitaria entre todas las formaciones políticas, o las que se puedan, en un mismo ámbito político y cercano, es bueno. Todo para no dispersar y perder votos. Es positivo llegar a acuerdos entre todas esas formaciones.
P.- Cabe recordar que Valladolid Toma la Palabra ha sido clave para la conformación de un Gobierno de izquierdas en el Ayuntamiento junto al PSOE.
R.- En las últimas y en las anteriores. Estábamos en minoría, pero también teníamos el apoyo de Sí Se Puede. Los concejales, primero cuatro y luego tres, de Valladolid Toma La Palabra han sido necesarios y determinantes para la conformación de Gobierno.
P.- ¿Cómo es su relación con el alcalde, Óscar Puente?
R.- Bastante buena. Ha sido razonable, desde el punto de vista político. No es una relación personal en la que el trato va más allá. Ha sido una relación muy cordial de intentar entendernos y racionalizar las discrepancias que ha habido. Me parece que ha sido una relación muy buena.
P.- Ha habido rumores de que, en caso de no seguir, podría acabar en las filas socialistas. ¿Son solo rumores?
R.- Son rumores totalmente gratuitos. Con esas cosas no se juega. Tú estás en una formación poque tienes una forma de entender la política. Tus prioridades o hacia donde se deben dirigir las propuestas que se están planteando. No vale ir cambiando y sustituyendo. Creo que con esas cosas no se juega.
P.- Puente ha dicho que “no sería inteligente” una renovación en Valladolid Toma la Palabra… ¿Qué tiene que decir a esto?
R.- Creo que lo dijo porque, como hemos estado hablando, hemos funcionado bien entre los dos grupos. Hemos sabido sumar las propuestas de unos y otros para conseguir una política de ciudad bastante buena, desde mi punto de vista. En este sentido, sabiendo que tenemos esa forma de funcionar, creo que el alcalde se refiere a saber aprovechar esa forma de hacer buena política. La inteligencia de las cosas, pienso que no se reduce a la funcionalidad de las cosas. Sobre todo, en política.
P.- Esté Manuel Saravia dentro o fuera, ¿Cree que las elecciones municipales de mayo de 2023 van a estar tan apretadas como las de las dos legislaturas anteriores?
R.- Las encuestas valen. Te marcan la situación en la que estás, aunque nosotros nunca hayamos tenido internamente, pero pueden cambiar mucho en poco tiempo. En principio, por sensaciones y viendo como están las formaciones políticas de los partidos, el gobierno actual tiene posibilidades de repetir tras las elecciones municipales en Valladolid. Por las dos formaciones que estamos dentro. Hay que esperar. Es importante que un gobierno como el que tenemos, que está cambiando la mayoría de las líneas políticas que había, se refuerce. Es más, un deseo.
P.- Hablando de la oposición. ¿Cómo ve al PP?
R.- Tengo la sensación, desde el primer día, de que están moviéndose demasiado. Recuerdo que en las elecciones de 2019 el tema estrella era el soterramiento. Pilar del Olmo defendió que no íbamos a tener debates estériles, pero con el paso de los meses se ha convertido en el punto más importante de crítica al gobierno municipal. Creo que la gente ve que van dando bandazos por interés electoral. Se subieron a la Plataforma Por El Soterramiento de Valladolid porque pensaban que les iba a beneficiar… me parece una manera de entender la política un poco triste.
P.- Hablando del candidato o la candidata del PP. Se habla de Mercedes Cantalapiedra, está Pilar del Olmo, ha salido a la palestra Jesús Julio Carnero… ¿A quién pondría Manuel Saravia?
R.- Tengo buena relación con Mercedes y Pilar. Son distintas. No puedo decir nada. La elección le corresponde al Partido Popular.
P.- ¿Y el papel de Vox y Ciudadanos en el Ayuntamiento? ¿Qué nota les pondría?
R.- Ciudadanos está teniendo una actitud cambiante. Ha sido muy duro en ocasiones, pero, en general, creo que ha buscado tener una posición más equilibrada. El caso de Vox está clarísimo. Tiene una política planteada desde Madrid con el no por definición. En temas que me resultan sangrantes. En el último pleno se debatió para que el Ayuntamiento de Valladolid se adhiriera a una Plataforma sobre la Pobreza Cero en la Infancia y no se sumaron con un argumento totalmente ridículo. En muchos casos es abandonar, reducir o criticar derechos, que cuesta mucho conseguirlos. El papel de Vox me parece lamentable.
P.- ¿Cómo vive o cómo ve lo que está ocurriendo en las Cortes de Castilla y León?
R.- Es un espectáculo muy duro de tragar. No se pueden hacer así las cosas. Hay un consejero, Mariano Veganzones, y un vicepresidente, Juan García-Gallardo, que están haciendo un papelón. En las Cortes es peor porque Vox está en el Gobierno. Que un concejal en el Ayuntamiento de Valladolid lleve una política como la que lleva Javier García Bartolomé, me parece lamentable. Pero que se haga estando en el Gobierno, me parece surrealista. Que exijan la desaparición de las autonomías pero que gobiernen en una. Que hablen de buscar acuerdo liquidando los anteriores… todo con malas formas e insultos, no se puede consentir. Veganzones y García-Gallardo son un espectáculo muy difícil de digerir. Es muy negativo. En todo lo que tratan, acaban planteando el volver a los años 50 que es su horizonte.
P.- A nivel nacional, ¿Cómo ve la alianza entre PSOE y Podemos?
R.- Yo creo que está funcionando bien. Se están incorporando, con sus políticas, muchos derechos. A veces, con la incomprensión de parte de la sociedad o de los medios de comunicación, con el papel activísimo de las redes sociales. Están obteniendo buenos resultados.
P.- ¿Y a Yolanda Díaz?
R.- Estuvo aquí en las elecciones regionales y pienso que es una mujer que tiene un gran futuro político y que concita mucho acuerdo en la izquierda transformadora.
P.- Dejando a un lado el tema político, estará cansado de esta pregunta, más con la integración en superficie en marcha, pero: ¿Se podía haber soterrado?
R.- En esta misma mesa, en mi despacho, he estado con la Plataforma Por el Soterramiento de Valladolid. Vinieron tres personas con Cecilio Vadillo a la cabeza. Dijeron que “entendían la decisión que se había tomado en diciembre de 2016 para el convenio de 2017 porque la situación era la que era”. A mí me lo dijeron. No sé si lo reconocerán o no, pero es así. Ahora defienden que la situación es otra y que hay dinero que viene de Europa. En estos momentos, espero que alguien salga diciendo que la situación ha cambiado: el precio de las obras ha subido mucho, el de los materiales también, pero nadie lo dice, aunque se siga hablando del soterramiento. Hablaban de que el valor de los terrenos era de 800 millones y la última tasación, que es pública, lo fija en 500 en el mejor de los casos. No salen las cuentas.
P.- El Partido Popular sigue empeñado en ello. ¿Cree que de entrar en el Gobierno Municipal podrían apostar por afrontar el soterramiento?
R.- No contemplo la hipótesis de que entren. Una cosa es tratar un tema para engañar o hacer daño a un Gobierno y otra cosa es ponerse a hacerlo. Recuerdo, estar con Pilar del Olmo los primeros años de gobierno, volcados en sacar adelante el soterramiento. Recuerdo, en 2016, una propuesta que llevamos desde el Ayuntamiento hasta que Adif entró en concurso de acreedores, para hacer varios periodos de financiación, y haber tenido varias conversaciones con Pilar. Nos dijo que buscaría financiación europea. Estoy esperando todavía. Jugarlo todo a la entrada de fondos con la venta de suelos es peligroso.
P.- ¿Qué podría estar acabado de la integración en superficie antes de las elecciones?
R.- Acabada: la parte sustantiva del paso de Labradores y Panaderos. Lo peatonal, el acceso desde Panaderos y Recondo y toda la urbanización de ese ámbito. Quizás, aunque no lo tengo seguro, el paso de Labradores. Se va a hacer ampliando y ganando más altura. Más, luego, lo que hay en el Norte con la calle Seo. Probablemente la acera de la calle Salud, en la parte más alta, y después: Andrómeda y Plaza Rafael Cano. Los proyectos concluidos y pendientes de licitar que dependen de que se haga la variante. Mientras la variante no elimine los trenes que entran por Ariza es imposible. Si pasan por ahí trenes no podemos comenzar con los tres pasos proyectados. Están a la espera. También el proyecto de Arco de Ladrillo. En marcha ya, porque hay empresa, el de Padre Claret y los otros dos están hechos los proyectos, pero no se pueden acometer a la vez.
P.- Hubo polémica por el socavón, hace un par de semanas, en las obras de los túneles de Panaderos y Labradores.
R.- He llegado a leer que el socavón era de tres metros y no es así. Había una valla y no se ponía a nadie en peligro. Se ha corregido, lo lamento y lo siento, pero pienso que ha sido un incidente menor.
P.- ¿Cuándo podría finalizar todo el proyecto de integración en superficie?
R.- Todas las obras de integración de pasos, bordes, plazas o accesos dependen mucho del Ayuntamiento y del empuje que tiene. La estación nueva de viajeros o el desarrollo de la variante dependen mucho menos de nosotros y está en manos de Adif y del MITMA (Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. No me atrevo a poner plazos, pero ahora van bastante lanzados. La estación de mercancías se ha contratado y se va a poner en marcha ya.
P.- En cuanto a la vivienda. ¿Falta en Valladolid?
R.- Hay falta de vivienda. En el Plan de Vivienda que aprobamos en 2021 se establecen varias líneas que se tienen que complementar. Uno de ellos es el filtrado, una idea que dice que, si se construyen más viviendas, nuevas y buenas, habrá gente que vaya a ellas dejando la suya que será ocupada a su vez y todos mejorarán. Aunque esto no funciona así y depende del coste y demás. Una política de renovación de viviendas, con la construcción de nuevas, contribuye a que haya menos tensión en la ciudad. Con el Plan de Vivienda nuevo, con varias áreas heredadas de planes anteriores cuidados, ayuda a que haya demanda de vivienda. Se va a impulsar una rehabilitación de viviendas energética, con la red de calor, que nos tenemos que centrar en la zona Este. Y después está el parque de viviendas público. Lo que estamos haciendo es favorecer el alquiler con el programa ALVA, que pone viviendas en manos del Ayuntamiento y nosotros establecemos unos precios contenidos, con facilidades y garantías, a los propietarios. También, el parque de viviendas blancas y, por último, las viviendas verdes que son para los jóvenes. Tienen importancia para estos las viviendas colaborativas, con elementos comunes, y ahí entrarían las que queremos comprar en la Dársena del Canal de Castilla y las que vamos a construir en la antigua azucarera. Queremos facilitar también que la Junta construya en Valladolid. Les vamos a ceder dos parcelas gratuitas para que construyan entre 40 y 50 viviendas protegidas para jóvenes. Creemos que tenemos un conjunto de actuaciones amplio dentro de lo que puede hacer una administración local en materia de vivienda, cuya competencia es de la Comunidad Autónoma.
P.- ¿Va a haber más viviendas protegidas, por ejemplo, en la zona de Viveros?
R.- En Viveros nos encontramos con la constelación de parcelas. Parcelas dotacionales sin uso que se abren a otro para viviendas colaborativas, pero también a otros que lo que hacen es revitalizar la zona. En Viveros se va a construir un Colegio Mayor en una parcela municipal. Sale a concesión a concurrencia. Está en trámites, pero muy avanzado en esa zona de Viveros 4-5.
P.- ¿Goza Valladolid de una buena salud inmobiliaria?
R.- Hoy por hoy, sí. Pero quién iba a sospechar que íbamos a estar en esta situación hace tres años, con la pandemia y demás. Se ven en las cifras. Estar en la construcción de 1.000 viviendas anuales me parece una buena cifra. Estoy satisfecho, pero hay que ver la evolución.
P.- ¿Cómo está el tema del Campus de la Justicia? Parece la historia interminable.
R.- En estos momentos la parcela de El Salvador ya la ha solicitado el Ministerio y le hemos entregado los documentos. Ya pueden hacer ahí el proyecto. La parcela de la Seguridad Social está también en el Ministerio para la firma del convenio. Es la historia interminable.
P.- Valladolid ha apostado por los carriles bici y los buses. ¿Acertado?
R.- En los temas de movilidad hay que ser valientes. Es cierto que muchas veces causan trastornos y enfados, pero o se hace o no se hace. En Valladolid, en el momento de la pandemia, ha habido una apuesta clara y ha cambiado la movilidad. Creo que había que hacerlo. Entre los técnicos hay un consenso absoluto. Hay que cambiar la movilidad para hacerla más sostenible.
P.- Para acabar, ¿Está descartada, por tanto, la posibilidad de continuar?
R.- El código ético es el que es y nosotros tres, tanto María, como Alberto, como yo, lo cumplimos. No quiero ni abrir una posibilidad que no existe ni decir esto es rocoso y no se puede mover. Todo se puede cambiar, pero sería extremadamente extraño que se moviese algo que se ha adoptado. Ha habido mucho tiempo y en ningún momento ha habido cambios en ningún sentido.
Es una circunstancia más radical el salir los tres y que tengan que entrar otros tres. Tanto Alberto, como María como yo acumulamos 11 años, tanto en la oposición como en el Gobierno. Si no uno podría seguir, pero es lo que hay. Las cosas son así y sería muy extraño que se modificase.
P.- ¿Saldrá entonces de la política?
R.- Dejaría la política como cargo público, pero estaría en Izquierda Unida, colaborando y ayudando en lo que pudiera.
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