Valladolid estrena un nuevo asfalto en la calle Catedral para evitar los problemas con la pintura de las peatonales

La calle Catedral de Valladolid ya luce un renovado y nuevo aspecto tras las obras acometidas para su peatonalización. En ella se ha intervenido en tres tramos diferentes. El primero de ellos es un adoquín que enlaza con la calle Tintes, en la que se mantiene el tráfico a los garajes. Seguidamente, hay un segundo pavimento en la propia plaza, que es la prolongación del pavimento petrio que rodea a la catedral. El tercero de ellos es la gran novedad, que es el asfáltico en el enlace con el cruce de Cánovas del Castillo y la prolongación a la calle Regalado. Ahí se ha utilizado un asfalto con un betún que soporta hasta los 70 grados.

Precisamente, este acometido con este nuevo pavimento se debe a los problemas suscitados en las obras de peatonalización de las calles María de Molina, Pasión y otras tantas peatonales, donde el efecto invernadero y el betún, que soportaba entre 35 y 40 grados, ha hecho que se produjese "una especie de efecto invernadero" entre el asfalto y la capa de color provocando rugosidades que han deteriorado la calzada, según ha explicado el alcalde Óscar Puente.

El regidor ha aseverado que ha sido en este sitio, en la calle Catedral, el sitio donde "primero" han usado este betún. "No hemos querido cubrirlo todavía de color, queremos ver como funciona y esa probablemente sea la solución que apuntalaríamos en el futuro en esas calles que van asfaltadas y un pavimento colorante encima", ha añadido.

Además, ha anunciado que este nuevo asfalto resistente a temperaturas de 70 grados es el que se va a usar en futuros cambios del mismo en las calles "en previsión de nuevas peatonalizaciones". Sin embargo, Puente ha afirmado que en el "corto plazo" no tienen "ningún plan" de progresar en nuevas peatonalizaciones. "Se van produciendo de manera natural, el peatón gana espacio y al comercio le interesa", ha aclarado.

Estas obras de la calle Catedral se han financiado a través de los presupuestos participativos y han tenido un coste de 85.000 euros.