"Donde la mente no teme y la cabeza se mantiene alta", este es el primero de los versos del poeta indio Rabindranath Tagore, que da la bienvenida a la Fundación Casa de la India. Este complejo, ubicado cerca de la estación de autobuses de la capital vallisoletana, constituye un punto de acercamiento entre las culturas española e india. Dentro de sus muros y jardines, se encuentra todo un mundo vinculado a la cooperación internacional en materia académica y cultural.
Este punto de acercamiento se encuentra en uno de los edificios históricos de Valladolid, cedido en 2006 por parte del Ayuntamiento de la ciudad, uno de patronos de esta fundación. Junto a éste, colabora la Universidad de Valladolid así como el propio Gobierno de la India, a través de su embajada en España.
El centro consta de varias plantas en las que se pueden encontrar desde colecciones de instrumentos tradicionales hasta una enorme biblioteca con cientos de libros de todos los ámbitos. También sus jardines reflejan a la perfección lo que es y supone este proyecto: un pequeño rincón de la India en Valladolid y en España.
Su director, el doctor Guillermo Rodríguez Martín, representa entusiasta su labor. Tras haber centrado sus estudios en esta cultura, experimentándola desde sus vivencias a lo largo de sus siete años de estancia, lo vinculan de cerca a los estudios de la India, su cultura y sus artes. En esta entrevista nos cuenta todos los detalles de este fascinante rincón del lejano Oriente en plena ciudad de Valladolid.
¿Cómo nace la Fundación Casa de la India?
Si nos remontamos al año 2000, desde la Universidad de Valladolid, y desde la creación del Centro de Estudios de Asia, se impulsó la línea de promocionar los estudios sobre la India. En aquel entonces había un grupo que quería promocionar el conocimiento de Asia en España y se decidió que la India era uno de los países prioritarios junto con Japón y China. En ese entonces las relaciones comerciales todavía no eran tan intensas como con China, pero la Universidad de Valladolid dio la oportunidad de expandir unos estudios que eran bastante ausentes en el panorama académico español.
La embajada quiso establecer una Casa de la India en España y Valladolid se ofreció como sede. Ya había, como yo digo, el contenido antes que el continente. Ya había un interés académico importante y desde este impulso de la Universidad se implicó al alcalde del Ayuntamiento de Valladolid para ofrecer una sede, que es este edificio histórico.
Se consiguió crear la fundación como entidad jurídica el 17 de marzo de 2003, de hecho, el año que viene celebramos el 20 aniversario de la constitución de la Fundación. Se integra la Universidad, el Ayuntamiento y el Gobierno de la India, a través del Consejo Indio de Relaciones Culturales, dedicada a implantar centros de la india en el exterior, y la Embajada.
Por tanto, es una joint-venture, una iniciativa conjunta entre dos administraciones españolas, el Ayuntamiento y la Universidad, y el Gobierno de la India. Una forma jurídica diferente a los otros centros culturales que tiene en el exterior como el de Londres o el de Berlín.
¿Cuál es su razón de ser?
Es una forma novedosa de hacer diplomacia cultural para el Gobierno de la India, de hecho, somos el modelo, el referente de la nueva diplomacia cultural para este gobierno.
En el 2003 se crea la Fundación y tres años más tarde, se consigue en octubre de 2006 inaugurar la sede, en un edificio histórico para el cual se abre un concurso de rehabilitación arquitectónica, y los ganadores, liderados por Julio Alberto Irrijalba, Paloma Gil y Eduardo Carajo. Llevaron un proyecto arquitectónico que sirviera desde un principio para las funciones y objetivos a los que estaba destinado.
¿Cuáles son las funciones de la Casa de la India?
Por un lado, servir de plataforma de las relaciones culturales, dar a conocer la cultura de la India en todas las disciplinas: la danza, la música, exposiciones, etc.
El segundo objetivo fundacional es la educación. Ahí, por supuesto, abarcamos los estudios académicos universitarios e impulsar la cooperación académica España-India y también a través de un programa específico que se llama 'Escuela de la India' para llegar al público escolar. Incluso también al grupo de la tercera edad, ya que trabajamos también con la Universidad Permanente. Educación más de divulgación y académica y científica.
El tercer ámbito es la cooperación inversa. En un proyecto cultural como éste, se entiende desde un principio que los lazos culturales sirven para establecer e intensificar las relaciones comerciales y de cooperación económica. Trabajamos desde Cámaras de Comercio, ONGs, etc. para atraer oportunidades de crecimiento España-India.
Es una iniciativa multisectorial, de futuro y el principal objetivo es acercar más la India a España porque ha habido un vacío. Históricamente, España se ha fijado más en Latinoamérica y de cara a Asia, quizás porque no ha habido una relación colonial, no se ha producido.
¿Qué tipo de actividades, acciones y proyectos se llevan a cabo desde la Casa de la India?
Nosotros tuvimos muy claro que nosotros trabajamos en estos contenidos de dos maneras. La primera es recibir contenidos y propuestas del Gobierno de la India, igual que en el mundo hay entidades como el Instituto Cervantes, que difunde la cultura de España. Nosotros recibimos muestras artísticas, como de música, películas, etc. Por una parte, el contenido viene de giras internacionales por el mundo desde la India, nosotros lo acogemos y lo distribuimos o buscamos espacios de exposiciones, teatros, auditorios. También recibimos profesores visitantes como artistas.
La segunda línea de trabajo, porque creemos que la cooperación cultural debe ser bidireccional: dar a conocer la India en España y España en la India. Trabajamos en lo que podemos denominar coproducciones. Trabajamos con empresas privadas y entidades públicas; pueden ser artistas, festivales, producciones de cine. Por ejemplo, en las artes escénicas, hemos impulsado la creación de una versión del Quijote en teatro clásico indio.
Creamos una idea que sirve para promocionar la India en España, pero también España en la India. También encuentro de escritores España-India, donde juntamos escritores de ambas nacionalidades para hacer traducciones de poesía india a español o poesía española a lenguas indias.
Al final de alguna manera hacemos lo mismo en el aspecto académico y en el de cooperación. En el académico generamos y producimos seminarios, cursos, congresos, junto a la Universidad de Valladolid. Estamos intentando crear un máster en Estudios sobre la India que aúna lo contemporáneo con lo tradicional. La India es tan compleja que hay que acercarse a ella con un conocimiento, hace falta expertos. El gran proyecto que tengo en mente es crear un máster dedicado exclusivamente a la India que se llamaría Máster en la India: Cultura y Comercio, que sería online para aunar más alumnado de toda España y otros países.
En cooperación es una estrategia parecida donde hacemos eventos para promocionar el turismo, producciones de cine, participamos o creamos con otras instituciones eventos específicos.
¿Qué target específico quieren atraer?
Nosotros queremos, desde nuestra sede en Valladolid, trabajar en enriquecer la ciudad, Castilla y León y España. Trabajamos en un ámbito nacional, pero nos interesa porque nuestros patronos en parte son de Valladolid, conseguir unos objetivos. Estamos tratando de generar un plan estratégico con el que atraer estudiantes de la India, que aportan un valor añadido a la comunidad universitaria. Profesorado también, e investigadores.
Además, queremos traer turistas a Valladolid, Castilla y León, por medio de estas iniciativas; rodajes cinematográficos que ya están viniendo otra vez después del parón de la pandemia. El gran reto siguiente es traer inversiones a Valladolid y la Comunidad, porque aún no se conoce suficientemente como destino con ventajas para trabajar, vivir e invertir, sobre todo también con cierta comodidad.
¿Cuál es la historia del Tagore de la entrada?
Aquí tuvimos un primer acercamiento a la India por parte del Gobierno de la India. Desde un primer momento nos ofrecieron si queríamos tener algún busto o alguna escultura. En el 2001, el Gobierno de la India ofreció una estatua de Gandhi que está en el Parque de la Paz que se inauguró unos días después del 11S. Fue una inauguración muy emotiva y ahí teníamos ya a Gandhi, que es el líder de la no violencia. Esta presencia de Gandhi ya estaba ahí.
Pero cuando nos hablaron de dar un contenido simbólico, pero también icónico a la parte de la entrada de la Casa, nos preguntaron a quién queríamos tener. Es una casa de la cultura, mejor vamos a tener a un poeta. La mirada del poeta, de este genio tan polifacético que es Tagore. Es un homenaje a Tagore, pero también a que una casa de la cultura tiene que tener una mirada renacentista como la que tenía Tagore, abierta de mente y un pionero que creyó en la cooperación intercultural. Nos pareció la figura perfecta para establecer en la entrada esa escultura, de un escultor bengalí.
Casualmente luego se nos acercó José Paz, que tenía la colección más importante de libros sobre Tagore y se realizó una donación importante de su colección a la Casa de la India, que será parte del centro de estudios tagorianos que va a acoger la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid.
Tagore también inspira nuestro programa de estudios escolares de la India hasta tal punto que pensamos en que lo renombremos Escuela de Tagore. Encaja perfectamente la presencia de Tagore ahí.
Ya existe una trayectoria de sostenibilidad en el tiempo ¿Cuál es la proyección de futuro?
Esto es una administración de dinero público y dependemos de la entidad local del Ayuntamiento, es una Fundación registrada en Castilla y León. Nuestros patronos, el Ayuntamiento y la Universidad de Valladolid han sido muy fieles a nuestros objetivos. Incluso en las épocas de dificultad, como la crisis económica de 2009, 2010 y 2011, el Gobierno Indio nos apoyó, aumentó la aportación. Es posible gracias a que son tres instituciones que no nos han dejado atrás en ningún momento. Aparte de esa aportación también generamos algunos recursos propios con contenidos culturales, si bien, el objetivo principal es de servicio público.
Creo que estamos cumpliendo los objetivos y ojalá podamos ampliar también la Junta de Amigos. Antes de la pandemia y antes de la crisis, teníamos este órgano que abarca empresas que quieran aportar a la Fundación. Ahora existen a título individual, es una cuota mensual muy asequible y tienes descuentos, etc. Creo que la sostenibilidad está garantizada gracias al apoyo de estas instituciones públicas que tienen el compromiso muy claro.
¿Por qué poner la única Casa de la India de España en Valladolid?
A priori, puede sonar un poco extraño que una Casa de la India se establezca en Valladolid, en el corazón de España, pero bueno, si vemos el contexto histórico, ha sido capital de España dos veces, no como la nación actual, pero sí como la unión del Reino de Castilla y el de Aragón. También desde aquí se empujó la búsqueda de las Indias, Colón murió aquí en Valladolid. En el 2006, 500 años después de su muerte se inaugura aquí la Casa de la India. Es el sueño de las Indias de Colón, de alguna manera puede que este personaje muriese aquí, pero volvió hacia ese lugar.
También está aquí el museo oriental más importante de España, está el centro de estudios de Asia, siempre ha estado muy vinculado a la aventura asiática. También estoy pensando en Magallanes que tuvo aquí el apoyo para poder dar esa vuelta al mundo que termino Elcano.
Creo que no es tan descabellado que esté aquí en Valladolid. Es una ciudad universitaria, histórica, muy cerca de Madrid y tiene esa vocación de centro neurálgico.
¿Qué representa para usted, a título personal, el proyecto de la Fundación Casa de la India?
Bueno, yo tuve una experiencia vital muy importante en la India al estar ahí haciendo todos mis estudios de posgrado y mi tesis doctoral en los años 90 sobre poética y estética india. Mi perfil o interés es principalmente en el conocimiento. Yo empecé a investigar, a conocer la India con una idea muy clara, que tenía que ser vivencial, práctico y no solo teórico.
Siempre ha tenido esas dos ramas: la parte de la experiencia y la parte de la teoría. Esa idea estaba desde un principio clara y muy evidente. Creo que es muy importante poder mostrar y vivir algo que no sea una abstracción.
Ahí también tuvo un papel mi mujer, Mónica, que hace danza de la India, es conocida en Valladolid, experimenta mucho con las artes escénicas de la India. De alguna manera terminé en la India, haciendo un viaje por tierra, ahí me enganchó y me quedé a vivir allí 7 años.
Llamado por la Universidad de Valladolid y para aportar algo al conocimiento formando parte del Centro de Estudios de Asia, donde coordinaba un poco la parte de Estudios de la India, se empezó a trabajar en esta idea. Es un sueño hecho realidad, con una fórmula que funciona y que puede ser un modelo para otros países. Abarca muchos sectores, pero me siento cómodo porque está todo interconectado y sobre todo también la cooperación cultural nunca es en una dirección, siempre es en las dos direcciones.
¿Por qué explorar la India a este nivel?
Uno no deja de seguir aprendiendo, porque es tan basta y amplia la India, que cada día se aprende algo nuevo. No hay límites, es un trabajo muy creativo y se puede aprender mucho intercambiando experiencias con la India. Es un país fascinante, muy complejo, cuna de muchas filosofías y conocimientos; también origen de muchas historias, pienso en muchos cuentos de la literatura, que han viajado hasta Europa. Es como un gran laboratorio de la humanidad y podemos aprender mucho de nosotros mismos abriéndonos a otras culturas de todo el mundo. Si estamos en nuestra burbuja, no lo vamos a comprender.
Yo lo veo casi como una misión de dar ese conocimiento y devolverlo a la sociedad, y si puedo crear algo junto con todo el equipo; creo que sentimos eso, que no se puede cuantificar con todo el esfuerzo que cuesta, los frutos que da.