El precio de la luz por las nubes, el gasoil el nuevo 'oro líquido' o la harina por cantidades de dinero insospechadas. Tres factores que han provocado la "tormenta perfecta" para los panaderos de Castilla y León, que se encuentran una situación "límite" totalmente ahogados por la crisis. Así define la situación Mario Serna, un panadero de Montemayor de Pililla, en Valladolid, que está pidiendo auxilio. Y como Mario son centenares.
Para ser conscientes de la superinflación que están viviendo lo mejor es ejemplificar en cifras. Mario ha pasado de pagar 2.800 euros por viaje de harina, uno cada 20 o 25 días, a casi 6.000 euros. Con el gasoil, ya que este panadero vallisoletano reparte en torno a 15 o 16 municipios, pasa más de lo mismo. Ha pasado de 2.200 euros a facturas de 5.800 o 6.000 euros. La luz se ha duplicado, de los 600 euros mensuales a 1.000 o 1.200 euros. El gasoil de calefacción ha pasado de pagar 0,5 el litro a 1,3 euros.
Unos precios que, lógicamente, luego también repercuten en el cliente, ya que están abocados a subirlos, si no la desaparición de estos negocios sería inminente. "Ya hemos repercutido parte, una barra que vendía antes a 0,75 céntimos ahora lo hago a 0,95", explica en declaraciones a este periódico, al mismo tiempo que aclara que "no repercutes todo" y al final esto hace que te vayas "quedando" y va a llegar un momento en el que "no vas a poder seguir poniendo en marcha la panadería".
Una llamada de auxilio en una situación "límite" que ya ha implicado tomar medidas drásticas. "Tú tienes una empresa para crear unos beneficios y te dé un nivel de vida, si no lo que hay que hacer es recortar gastos por donde sea, tanto de personal como de servicios", lamenta.
También la crisis ha supuesto un golpe duro a sus infraestructuras, ya que en esta situación no es posible mantener todo el conglomerado. "Tenía un despacho propio y servía también a una tienda independiente de Montemayor, pero he tenido que cerrarle. Solo servíamos pan y temas de dulces y no era rentable", remarca el panadero vallisoletano.
Un negocio que tiene su origen en 1902, cuando su bisabuelo decidió montar 'Panaderías Serna'. 120 años de historia que ahora ven como la crisis económica y energética ponen en jaque su continuidad de no tomar medidas de manera inminente. Ya son cinco generaciones las que han pasado por el negocio y no quieren que esta tradición familiar desaparezca.
Para evitar este "mazazo" Mario tiene claro que medidas habría que tomar. Por ejemplo, considera que se debería ayudar a los panaderos como se ayuda a "otros sectores a nivel energético". Igualmente, considera que hay muchas localidades muy pequeñitas en las que "la Diputación de Valladolid o alguien" tendrían que darles alguna "ayuda" o "incluso nosotros cumplimentar el servicio que damos", ya que muchas veces lo hacen de forma "profesional, sin interés". "En esas poblaciones vive gente mayor sin capacidad de desplazarse", recalca.
"Siempre he pensado que el pan es un elemento de primera necesidad y todos tenemos derecho a tener acceso a él diariamente", sentencia un Mario que lanza un grito de auxilio para que alguien salga al rescate de las panaderías en un momento tan crítico como el que se está viviendo.
Por otro lado, el secretario de la Federación de Panaderos de Castilla y León, Miguel Ángel Santos, explica que en los últimos años el consumo medio anual de una persona ha pasado de los 90 kilogramos a tan solo "34", algo que agrava más la situación, sumando además las "cadenas de alimentación" que han surgido. "Es absolutamente imposible competir las pequeñas y medianas empresas con estas cadenas", denuncia, a la vez que aclara que la mano de obra la tiene la "pyme".
"La mano de obra en las grandes empresas es casi nula o muy poca", asevera Miguel Ángel Santos, que puntualiza que el coste de producción es del 40 o 50% más en las pequeñas y medianas empresas.
Sin embargo, queda un pequeño halo de esperanza para este sector, que ha logrado reunirse con la Junta de Castilla y León y han llegado a una serie de acuerdos que creen que van a servir como "parches buenos" para el sector. "Nos ha aportado una serie de soluciones que creemos que a este medio plazo pueden solucionar algunas cosas, pero todo va a depender de como evolucione el mercado eléctrico", matiza el secretario de la Federación.
"También hemos hablado con la Diputación para que echen una mano de obra para los panaderos del medio rural porque si no van a tener que dejar de suministrar pan a los pueblos todos los días", añade.
Por último, Miguel Ángel Santos asegura que la solución energéticamente hablando la tiene el Gobierno de España, ya que es quien controla el mercado eléctrico. "España tiene suficientes recursos energéticos no para ser autosuficientes pero sí muchísimo menos dependientes. Hablo de nucleares, gas, hidroeléctricas, solar eólicas e incluso hasta de petróleo. Al final si el panadero repercutiera todo los costes en el pan sería insostenible", sentencia.